La revolución del placer ha dejado de ser una anécdota cultural para convertirse en una realidad económica. El mercado global de los juguetes eróticos ya mueve entre 17.000 y 41.000 millones de dólares anuales, según estimaciones de consultoras como Grand View Research, Fortune Business Insights o Research & Markets.
Una cifra que supera con holgura a industrias tradicionales como la del cine, la música grabada o los parques temáticos. Y que confirma el auge de un fenómeno con rostro femenino. En apenas dos décadas, los juguetes eróticos han pasado del tabú al escaparate, del cajón secreto al discurso público. Y, por primera vez en la historia, el motor económico de este mercado no gira en torno a la pornografía, sino al bienestar y la autonomía sexual de las mujeres.
Los juguetes eróticos ya superan al cine o la música
Tomando como referencia la cifra más alta de la horquilla —41.300 millones de dólares anuales—, el mercado de los juguetes eróticos supera al de las taquillas de cine, los bolsos de lujo o incluso el de los accesorios para móviles.
El crecimiento sostenido entre 2022 y 2024 refleja una tendencia imparable. La normalización del placer femenino ha generado una nueva economía basada en el autocuidado sexual.

La amplitud del rango de estimaciones se explica por la dificultad de unificar criterios. Algunos estudios se centran únicamente en dispositivos como vibradores, dildos, bolas de Kegel o anillos estimuladores. Otros incluyen también lubricantes, lencería, artículos de wellness o productos sextech.
Además, los llamados “mercados grises” —tiendas o distribuidores que no declaran ingresos— complican aún más las cifras.
Pese a esa falta de homogeneidad, todos los análisis coinciden en una conclusión: el negocio de los juguetes eróticos crece más rápido que cualquier otro dentro del ámbito del bienestar personal.
El auge de los juguetes eróticos en Occidente
El uso de juguetes eróticos está plenamente extendido en los países occidentales. Un estudio de la Universidad de Indiana, liderado por la investigadora Debby Herbernick y publicado en la base de datos PubMed, reveló que más del 52 % de las mujeres estadounidenses han usado un vibrador al menos una vez en su vida.
En Europa, una encuesta del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague entre 12.000 personas en Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Francia y Reino Unido mostró resultados similares. Además, reveló que el uso de juguetes eróticos en pareja incrementa la satisfacción sexual y emocional.
Estas cifras reflejan un cambio cultural profundo. Por primera vez, el discurso del placer femenino ha salido del ámbito privado para ocupar un espacio visible en medios de comunicación, redes sociales, podcasts o debates académicos.
Más que placer: salud y bienestar sexual
El impacto de los juguetes eróticos no se limita al placer. Varios estudios científicos han comenzado a demostrar beneficios clínicos asociados a su uso.
Investigaciones recientes, como The Role of Vibrators in Women’s Pelvic Health (A. Dubinskaya, 2024) o Effect of Intravaginal Vibratory versus Electric Stimulation on Pelvic Floor Muscle Strength (Marina P. Rodrigues et al., 2023), apuntan a mejoras en la lubricación, la función sexual, la fuerza del suelo pélvico y la reducción del dolor genital.
Otro estudio, Pelvic Floor Muscle Training vs. Vibrating Vaginal Cones (Villani et al.), comparó la efectividad de los conos vaginales vibratorios frente al entrenamiento convencional del suelo pélvico en mujeres posparto, con resultados positivos en fuerza muscular y alivio del dolor.
De esta manera, el auge de los juguetes eróticos también se relaciona con la salud sexual femenina y la mejora del bienestar general. Un argumento que ha contribuido a su aceptación social y médica.