Christel Heydemann y Marc Murtra van camino de convertirse en enemigos íntimos, al menos en España. La CEO de la teleco francesa Orange le empañó la fiesta al presidente ejecutivo de Telefónica. Cuando todo el sector nacional se preparaba para recibir el nuevo Plan Estratégico de la multinacional española, la firma que maneja Heydemann lanzó un anuncio sorpresa. En un viernes prefestivo, además. Avanzó que compraría el 50% restante de MásOrange, fruto de la fusión de Orange España con MásMóvil, por 4.250 millones de euros.
No solo eso. El mercado ha recibido con extrema frialdad el plan de Murtra, bautizado como Transform & Grow (Transformarse y Crecer, en inglés). Desde el martes pasado, día en el que se presentó (con un anuncio de recorte de dividendo), la acción de Telefónica se ha devaluado casi de un 16,5% en bolsa. La compañía se ha dejado ya cerca de 4.000 millones de euros, situando su capitalización bursátil en apenas 20.600 millones. Orange presentó su propio Plan Estratégico dos años antes que Telefónica, en febrero de 2023. Lo tituló Lead the future (Liderar el futuro) y tras su anuncio su semana en bolsa no fue tan angustiosa. Cotizó plana, con un ligero incremento del 2% en el valor de sus títulos.

Dos liderazgos análogos
Hoy, sin embargo, la situación es distinta. De no haber sufrido el descalabro estos días, en lo que va de año Telefónica habría logrado aumentar el valor de sus acciones un 12%. Sin embargo, la reacción de los inversores al Plan Estratégico hace que en lo que va de año el valor de sus títulos se hunda un 8,7%. Orange, en el mismo período, ha firmado un ascenso del 43%. Comenzó el año con la acción por debajo de los 10 euros y ahora está rozando los 14. Su valoración bursátil supera los 36.400 millones. Todo, con la garantía de mantener un dividendo mínimo de 75 céntimos para este año.
La fortaleza bursátil de Orange y su oferta no vinculante sobre MásOrange pone en evidencia dos cuestiones: que el proceso de consolidación de las telecos ya ha empezado en España y que Telefónica, una compañía que llevaba años pregonando por ello en distintos foros, se enfrenta un desafío mayúsculo. La operación con la que Orange asumiría el control total de MásOrange, de cerrarse, supone que la operadora controlada por el Estado francés daría un golpe de efecto en España. Es su segundo mayor mercado, solo por detrás de Francia.
Las capitanías tanto de Heydemann como de Murtra tienen bastantes similitudes. La primera llegó al cargo de CEO en abril de 2022. Solo diez meses después estaba presentando el Plan Estratégico de la teleco. Murtra fue nombrado presidente ejecutivo de Telefónica en enero de este año, con lo que también en un plazo récord de menos de diez meses el español ha hecho lo propio. En ambos casos el Estado juega un papel crucial como principal accionista. El Gobierno regresó a Telefónica tras casi un cuarto de siglo fuera, a través de la SEPI, para diluir la llegada de los saudíes de Stc al accionariado. Orange, eso sí, cuenta con la ventaja de haber iniciado su travesía de transformación hace ya dos años y medio.
Diferentes formas de remunerar
Sí difieren en su estrategia de dividendos, fruto de una mayor estabilidad bursátil en el caso de Orange. La francesa, por ejemplo, no ha tenido que resolver los problemas que la exposición a los mercados latinoamericanos les ha granjeado a Telefónica. La operadora se deshizo de sus filiales en Argentina, Uruguay, Perú y Ecuador. Sin embargo, la estrategia de la teleco gala tampoco está exenta de críticas. Analistas e incluso sindicatos representados en Orange han cuestionado la política de remuneración de Heydemann estos años. El argumento es muy ilustrativo: temen que el exceso de remuneración frene las oportunidades de Orange de seguir consolidándose mediante operaciones corporativas.
Ocurre lo diametralmente contrario en Telefónica. La razón por la que Murtra ha decidido recortar en un 50% el dividendo, pasando este de ofrecer 30 céntimos por acción a solo 15, es ahorrar en costes. El objetivo del Plan Estratégico es reunir 3.000 millones para crecer. En otras palabras: para no dejar pasar futuras oportunidades. Medios internacionales han rumoreado en las últimas semanas sobre el posible interés de la compañía española en la alemana 1&1. Lo único cierto es que por ahora no se ha confirmado ninguna operación corporativa.ç

Golpe de efecto de Orange en España
Ahora se espera que la compra de la totalidad de MásOrange por parte de Orange se cierre antes de que acabe el año, y se formalice en 2026 contando con todas las autorizaciones regulatorias. Lorca Telecom, el vehículo de los fondos KKR, Cinven y Providence, no quería ni oír hablar de una venta por debajo de los 5.000 millones. MásOrange no llega libre de cargas: cerró 2024 con un ratio de endeudamiento de 4,8 veces su Ebitda y con el objetivo de reducirlo al 2,75. Sin embargo, el anuncio satisfizo a los inversores franceses, y los analistas también dejaron píldoras muy ilustrativas del contexto que atraviesa la teleco.
Por ejemplo, la firma de análisis Oddo BHF remarcó que el “aspecto más positivo” es que Orange “podría beneficiarse a medio plazo de sinergias adicionales en caso de una mayor consolidación en España”. Además, la compra “no impide a Orange realizar otras adquisiciones, y permitirá a la dirección justificar una rentabilidad estable para el accionista”. En otras palabras: mientras Telefónica acaba de proyectar su papel en la nueva era de consolidaciones, Orange ya está ejecutando su plan.
La consolidación ya ha empezado
En España quedarán dos púgiles grandes en el sector: Orange como líder en número de líneas móviles (41,4% de cuota en junio, frente al 26,3% de Telefónica). Por su parte, la compañía que dirige Murtra seguirá como líder en ingresos y contará con una gran capacidad de reinversión si ejecuta bien su estrategia. Esto reduce el espacio para operadores medianos y anticipa movimientos de fusiones o alianzas futuras, si bien las telecos no podrán cometer los mismos errores que tuvieron en el pasado. El más evidente: subestimar a MásMóvil. La consolidación de las telecos españolas ya ha comenzado, pero empresas como Digi o Vodafone España, en manos de Zegona todavía tendrá mucho que decir.
Orange juega con la ventaja de haber empezado antes, lo que engrandece el desafío a la corporación española. La batalla de gigantes ya ha comenzado en la Península Ibérica, pero también tendrá frentes en el resto del continente. El mercado ha recibido el Plan Estratégico de Telefónica con un jarro de agua fría. Habrá que esperar para ver cuáles serán los siguientes movimientos de Murtra y su equipo.


