Telefónica desveló ayer su Plan Estratégico hasta 2030. Una propuesta aprobada por unanimidad por su consejo de administración y que cuenta con el respaldo de sus accionistas de referencia. La SEPI, los saudíes de STC, BBVA y CriteriaCaixa suman más del 30%. Su presidente, Marc Murtra, se presentó a sí mismo como la mano firme encargada de su ejecución y sin miedo a tomar decisiones difíciles.
El proyecto, que parte de un diseño de arriba abajo, se resume en dos premisas: transformar y crecer. Para 2030, la empresa prevé un crecimiento de entre el 1,5% y el 3,5%, a través de su desarrollo orgánico y mejoras operativas. El objetivo es situarse como una operadora europea referente a nivel mundial, pero con una escala rentable. Y, de esta forma, el plan considera las potenciales adquisiciones como un “añadido”, bajo la premisa de estar preparados cuando se identifique una oportunidad.
Recorte del dividendo
Sin embargo, el dato que más caló en el mercado fue el recorte a la mitad del dividendo: de 0,30 euros en 2025 a 0,15 euros en 2026, unido a las perspectivas de que será inferior al del último quinquenio. La guía que ha establecido la compañía es la distribución entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre. Así, los analistas anticipan una retribución en torno a 0,27 euros.
Y la respuesta del mercado fue tajante: las acciones de Telefónica se desplomaron un 13,12% en Bolsa, hasta los 3,73 euros por acción. En una sola sesión, la compañía se dejó casi 3.200 millones, dejando su capitalización bursátil en poco más de 21.150 millones.

De esta forma, la compañía pierde la senda positiva del año, tras haber alcanzado un máximo de 4,89 euros por acción en agosto. En este sentido, Marc Murtra afirmó en rueda de prensa que los “mercados a veces son ruidosos o muy ruidosos” y mostró su confianza en que, en un futuro -“cuando toque y de la manera adecuada”-, el mercado responderá.
Estas son las cuestiones clave a tener en cuenta en la nueva estrategia de Murtra para accionistas y empleados.
¿Pueden esperar alguna sorpresa los accionistas?
El objetivo de Telefónica es mantener su calificación crediticia. Fitch Ratings reafirmó en agosto la nota de ‘BBB’ a largo plazo para la compañía, con perspectiva estable. El Plan Estratégico no incluye ninguna operación corporativa y liga el dividendo a la generación de caja. En 2025, rondará los 1.900 millones, frente a los 2.700 millones del año anterior. Esta situación explica el recorte del dividendo anunciado.
A partir de 2026, se prevé un nuevo crecimiento de la generación de caja hasta los 2.900-3.000 millones. De ahí que pueda anticiparse una mejora de la retribución, aunque, como advierten algunos analistas -como XTB-, existe “bastante incertidumbre, ya que Telefónica no ha sido capaz de cumplir con sus objetivos de generación de caja anteriormente”.
En cualquier caso, la rentabilidad de los accionistas sigue siendo prioridad para la compañía: “La escala rentable quiere decir que todo lo que hagamos va a ser para dar valor a nuestros accionistas”, aseguró Marc Murtra. Según recuerdan los analistas de Bankinter, Telefónica ofrece una rentabilidad por dividendo superior a la de sus homólogos europeos: 6,8% frente al 5,4% de Orange, el 4,4% de KPN, el 4,2% de Vodafone o el 3,3% de Deutsche Telekom.

Operaciones corporativas vs. ampliación de capital
Un objetivo claro del plan es preparar a la compañía para ser un actor relevante en la previsible consolidación europea. Y aunque una eventual operación corporativa no forma parte del plan, el objetivo mientras tanto es ajustar a Telefónica para estar en forma cuando surja una oportunidad rentable en los mercados europeos. Murtra condicionó este escenario a la obtención de sinergias, un precio adecuado y al cumplimiento de las condiciones regulatorias.
En este punto, los accionistas tienen que estar preparados para una eventual ampliación de capital si hubiera una operación de fusión o adquisición (M&A) “relevante”. “Analizaríamos la opción de un aumento de capital para la operación”, apuntó el directivo. Esta opción, según puntualizó, cuenta con el apoyo previo del consejo.
Concentración en cuatro mercados
En este contexto, cabe recordar que el mercado especula con el posible interés de Telefónica en adquirir el negocio de Vodafone en España -actualmente controlado por la firma de inversión británica Zegona- y también el grupo rumano Digi, que es el cuarto operador en España. A ello se suma un supuesto interés por hacerse con Netomnia en el Reino Unido y con 1&1 en Alemania, si bien ninguna de estas posibles operaciones ha sido confirmada por la compañía, ni tampoco su horizonte temporal. “Si nosotros anunciáramos una conversación, nos subiría el precio; nos guardamos absoluta discreción”, comentó Murtra.
En cuanto a la aplicación de la estrategia, tras lamentar la lentitud en su ejecución, confirmó la salida del negocio en Hispanoamérica. Así, ya se ha concretado la venta de las filiales de Argentina, Perú, Uruguay, Ecuador y Colombia, operación esta última que todavía está pendiente de determinadas autorizaciones. Murtra confirmó que la empresa también saldrá de Venezuela, México y Chile —ya ha recibido ofertas por este negocio—, aunque no concretó los plazos. De esta forma, Telefónica se concentrará en cuatro mercados clave: España, Alemania, Reino Unido y Brasil.
¿Cómo afecta el nuevo plan a los empleados?

Si los inversores están centrados en la evolución de la acción, los trabajadores tienen el foco en cómo el nuevo plan va a afectar al empleo. La cúpula de Telefónica evitó mencionar explícitamente la posibilidad de un expediente de regulación de empleo (ERE). Aunque en algunos foros ya se anticipa que podría haber un anuncio oficial antes de que finalice el mes, se apunta a que podría estar condicionado por la resolución de las elecciones sindicales de Telefónica Soluciones el próximo 12 de noviembre.
Sin embargo, un par de frases de Marc Murtra dan algunas pistas de lo que podría estar por venir. El presidente reiteró a lo largo del día que tomará “decisiones difíciles”, pero necesarias. En una postura mucho más decidida que en el pasado, cuando -tal y como afirmó- la compañía ha tenido “aversión a tomar decisiones difíciles”. Estas, según definió, son aquellas que resultan difíciles de explicar o de entender.
Con una visión de largo plazo, detalló que “costes como los de espectro, arrendamientos o mano de obra están creciendo mucho más rápidamente que nuestros ingresos de comunicaciones. Si no cambiamos esta estructura, nuestros márgenes van a disminuir“. Recordó que los convenios se actualizan al IPC, mientras que el precio de los servicios no lo hace en la misma proporción.
Reducción de costes

El plan prevé una reducción de costes próxima a los 2.300 millones en 2028 y de hasta 3.000 millones en 2030. De estos, 2.000 millones corresponden a gastos operativos y casi 1.000 millones a inversiones. En las guías presentadas por Telefónica, los costes de mano de obra forman parte, junto a otras partidas, de los gastos operativos, que se reducirán en 1.510 millones hasta 2028.
¿Habrá entonces recorte de empleo? “No damos el detalle de qué ahorros son exactamente, pero sí que están todos aquellos que son factibles de capturar a lo largo del plan. Y lo que podemos decir en temas que tienen que ver con las personas es que lo haremos siempre de la mano de los representantes de los trabajadores.” A partir de aquí, las conclusiones son personales.
Y, como última curiosidad, los datos del diseño del plan: un proyecto en el que han estado involucrados 182 profesionales de Telefónica y 154 expertos externos, con más de 5.750 horas de sesiones de trabajo organizadas en 27 flujos.
“Los diamantes deben extraerse, limpiarse y exponerse al sol para que revivan. No sirve de nada tener un diamante bajo tierra”, evocó Murtra en alusión al potencial de la compañía. Ahora falta que la narrativa de Telefónica convenza también a los inversores.


