Warner Bros se ha convertido en el último frente de batalla en la guerra mundial del entretenimiento. La noticia de fusión con Netflix y la posterior OPA hostil presentada por Paramount han puesto de relieve el tormentoso momento que vive el principal foco de hegemonía cultural de todo Occidente. En cada contendiente hay un grupo de ejecutivas que tendrán un rol crucial en esta pugna, llamada a transformar para siempre algo tan icónico como Hollywood y que ha llevado a personalidades como el propio presidente Donald Trump a intervenir. ¿Quiénes son y qué está en juego?
El primer golpe lo dio Netflix. La compañía del streaming superó los 100 dólares por acción tras lanzar el meteorito. Se hacía con Warner Bros. Discovery ofreciendo 28 dólares por título, valorando a la compañía en unos 71.000 millones, hasta 82.700 millones si se incluye la deuda que asumiría la plataforma de streaming. La fusión se daba por hecha, e incluso se ha anunciado a los consumidores finales: Harry Potter conviviría bajo el mismo techo con Stranger Things. Un golpe en la mesa que para el presidente de EEUU podría suponer “un problema” y que Paramount contrarrestó días después con un movimiento a la desesperada. Una OPA hostil que llevaba a término semanas de rumores y que daban por iniciado el conflicto.
Paramount ofrece en su OPA hasta 30 dólares por acción. Su intención: seducir al accionista de Warner. Convencerle de que el consejo de administración de la compañía se ha equivocado al aceptar el acuerdo con Netflix. Eso sí, Paramount ofrece una oferta sustancialmente mayor (hasta 18.000 millones más), pero se hace con más divisiones. La oferta de Netflix, por ejemplo, no incluye en el canje el negocio televisivo de Warner.
Tiempo y dinero, claves
Ahora todas las miradas se posan sobre Warner Bros. Discovery, que tiene hasta el lunes 22 de diciembre para responder a la oferta de Paramount. Parece improbable que acceda. Primero, porque ya rechazó una primera oferta de la compañía. Segundo, porque de hacerlo supondría cancelar de facto el acuerdo de fusión con Netflix, por lo que Warner tendría que pagarle una penalización de 2.800 millones de dólares. Paramount tiene más ases en la manga. Puede mantener su OPA para comprar a los accionistas de Warner hasta el 8 de enero, puede demandar para frenar el acuerdo con Netflix, o puede mejorar su oferta.

¿Hasta cuánto? Expertos como Kevin Mayer, quien fuera uno de los principales negociadores de Walt Disney, creen que se pueden poner sobre la mesa 5.000 o 10.000 millones más. “Ofrecer a los accionistas el mismo acuerdo que rechazó la junta directiva no sería una buena idea”, recalcaba en una reciente conferencia recogida por Bloomberg. Para preparar su OPA, Paramount atrajo a fondos de Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Catar. También de la china Tencent, que ha acabado descabalgándose de la operación junto con Paramount para evitar miradas suspicaces en Washington con respecto a su seguridad nacional. Miradas suspicaces que se han acabado produciendo.
El culebrón acaba de comenzar y se prolongará bien entrado 2026. Ligados a esos fondos soberanos está Jared Kushner, yerno de Trump y uno de los artífices de la histórica compra de la productora de videojuegos Electronic Arts. El conflicto tardará en resolverse y será de desgaste. En palabras de la doctora Elena Neira, consultora y experta en distribución audiovisual, dos factores serán determinantes: el tiempo y el dinero. Pero no se podrá obviar otro aspecto: “La luz verde de las autoridades reguladoras”.
Los puestos de mando de la batalla
En esta guerra de lo audiovisual Netflix sigue cargando con el sambenito que la industria le da por su modelo de exhibición, priorizando el consumo doméstico en la pequeña pantalla. Esto ha dado una dimensión inédita a las posibles operaciones: la de un referéndum sobre el futuro de Hollywood y del cine comercial de buena parte del planeta. En esta batalla que podría determinar el futuro del entretenimiento Netflix quiere sentarse en la mesa de las majors históricas, ampliar catálogo y consolidarse, algo que llega a preocupar en el Despacho Oval por la cuota de mercado que alcanzaría.

Pero todos los movimientos se están midiendo al milímetro. Y, más allá de las diferencias evidentes entre Netflix, Paramount y Warner, hay algo en común entre las tres. La pluralidad de perfiles a los mandos de las naves y el equilibrio del género sigue siendo una asignatura pendiente. Ninguna de las tres firmas en liza supera el 30% de mujeres en sus comités ejecutivos o en sus consejos de administración.
Netflix saca algo más de nota: en su consejo de administración, con trece sillas, se sientan cinco mujeres; y en su comité ejecutivo ellas son seis de las 20 personas que lo componen. El consejo de Paramount solo tiene tres mujeres, el 27% del total; y en su ejecutiva son cuatro, el 28%. Por último es Warner, la codiciada, la que peor equilibrio muestra. Solo dos mujeres en su consejo, un 14% del total; y tres ejecutivas, el 25%.
Las ‘almirantes’ al frente
Pero es en sus responsabilidades donde ellas, consejeras y ejecutivas del entretenimiento global, serán cruciales. Paramount parte con una posición difícil. Una OPA contra viento y marea. El presidente de su consejo es David Ellison, hijo de Larry Ellison, fundador de Oracle. Por eso no es de extrañar que su directora sea la mano derecha de la familia, la ex-CEO de Oracle Safra Catz. En el comité destacan nombres como Stephanie Kyoko, asesora. Su trabajo y el de la jefa de Comunicación, Melissa Zukerman, serán fundamentales para llevar a buen puerto la OPA.

Netflix por su parte sienta en su consejo a mujeres tan reconocidas como la exembajadora de EEUU en la ONU Susan Rice. Pero es en su comité donde las directivas serán determinantes. Bela Bajaria, como directora de Contenido; Marian Lee, jefa de Marketing; o Elizabeth Stone, jefa de Tecnología, asumen papeles cruciales. Pero especialmente determinante será el de una española: María Ferreras es la directora global de Alianzas de la compañía, y ya estaba en la compañía cuando anunció la primera operación corporativa de su historia: la editorial de cómics Millarworld, en 2017.
Pero es Warner la que tendrá unas almirantes indispensables en esta travesía. En su consejo se sientan consejeras independientes como Debra L. Lee o Paula A. Price, pero es en su comité ejecutivo donde el trabajo de ellas será capital a la hora de dar un desenlace a esta historia. Priya Aiyar, como jefa de Legal en Warner Bros. Discovery, y Lori Locke, como responsable de Contabilidad, serán las arquitectas de Warner. Ya sea como una nueva compañía de Netflix, cambiando Hollywood para siempre, o ya sea como la más arriesgada adquisición de Paramount de los últimos años. La conclusión dependerá, como siempre, de esos dos factores: el tiempo y el dinero.


