Economía

Las mujeres tardan casi cuatro años más que los hombres en comprar vivienda

Las peores condiciones laborales de la mujer dificultan su acceso a la vivienda. También en el sector del lujo se aprecian diferencias, ellas representan solo el 30% del mercado.

Las mujeres tienen más difícil acceso a la vivienda.

Las mujeres tiene más difícil el acceso a la vivienda. Archivo fotográfico Comunidad de Madrid.

Para una mujer, alquilar un piso de 80 metros cuadrados supone gastar el 81% de su salario más frecuente, que está en los 1.206 euros brutos en doce pagas. Los hombres, en las mismas circunstancias, tienen que aportar el 60% de su salario mensual para pagar la vivienda. Son datos que proporciona UGT y que muestran la desventaja con la que parte la mujer para poder independizarse porque concentra los peores empleos y los salarios más bajos.

Nos acercamos a un edificio del céntrico barrio de Lavapiés en Madrid. En la última planta, se distribuyen siete buhardillas pequeñas. Son los pisos más baratos por cuestión de metro cuadrados y cuatro de siete lo ocupan mujeres. A medida que vas bajando de planta y los pisos aumentan de tamaño, los hombres comienzan a ser mayoría en las viviendas, y ya no solo como inquilinos sino como propietarios. Es una radiografía que puede parecer anecdótica pero que se corresponde con los datos a nivel nacional.

“Las peores condiciones laborales de la mujer dificultan más todavía acceder a la vivienda. Las tres cuartas partes del empleo parcial lo ocupan las mujeres. La brecha salarial es de un 18,4% y en pensiones del 31%. El riesgo de pobreza es mayor, en el 20,8% y en los hombres se sitúa en el 19,5%. Sufren también más pobreza energética, afecta a un 21,2% de las mujeres y a un 20,2% de los hombres”, expone Patricia Ruiz, secretaria confederal de UGT.

Respuesta

El Gobierno está comenzando a mover ficha y situar el problema del acceso a la vivienda en el centro de sus preocupaciones. El presidente Pedro Sánchez se ha reunido con las patronales de la banca, de la construcción y con los sindicatos para abordar una cuestión compleja que se basa en una falta de oferta frente a una gran demanda y una fuerte especulación.

Foto de familia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con representantes del sector de la vivienda.

Foto de familia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con representantes del sector de la vivienda el pasado 11 de abril.

La ministra del ramo, Isabel Rodríguez, ha hecho un llamamiento a los pequeños propietarios, que suponen el 95% del total, para que se animen a alquilar y a cambio el gobierno les dará más garantías y seguridad jurídica. El Ejecutivo quiere además agilizar las licencias de obra y regular los pisos turísticos.

Si nos fijamos en la propiedad, las mujeres compran menos vivienda que los hombres. Entre los 30 y los 44 años, la mujer está 3,9 puntos por debajo del hombre. Si consideramos la franja de edad de entre 45 a 64 años, también ellas está en peor posición, en 3,6 puntos. Y ellos también son mayoría entre los 65 años y más. Las mujeres propietarias vuelven a estar 1,9 puntos por debajo.

Y ellas además tardan tres años y nueve meses más de media en adquirir una vivienda que un hombre y, de nuevo, la brecha salarial explica esta circunstancia. Si una mujer y un hombre dedicaran el 30% de su salario bruto a comprar una casa, la mujer tardaría casi cuatro años más en independizarse que un hombre.

Perfil

En el sector del lujo se reproduce esa brecha entre hombres y mujeres. Ellas son menos y su forma de comprar casa es también diferente. Lucía González Casal, partner en Kretz Real Estate, se suele encontrar con un 30% de mujeres que demandan vivienda para comprar frente a un 70% de hombres.

“En las casas de lujo, hay mucho cliente inversor extranjero de Hispanoamérica que compra pisos en Madrid, en los mejores barrios como Salamanca, Chamberí o Justicia y el cliente suele ser un hombre y a nivel inversor también suele ser hombres. Y ese 30% de mujeres suelen ser independientes, mujeres muy centradas en su profesión, con una estabilidad económica, que valora muchas más cosas, hacen una búsqueda muy holística, se fijan en los detalles, piensan en una inversión a futuro”, explica.

“Por ejemplo, en las visitas lo que percibo es que las mujeres son más abiertas a la hora de comunicarse y decir qué requisitos quieren y los hombres suelen ser más cerrados y van más a tiro fijo con un listado de valores más económicos como la ubicación o los metros cuadrados. Ellas pueden fijarse más en si quedan cerca una serie de servicios, si la calle es luminosa, los árboles e incluso los olores”, añade.

Menos mujeres que compran además viviendas más baratas que las de los hombres. “Los que van a la notaría suelen ser hombres y el perfil de la mujer suele estar más condicionado y su presupuesto es menor. Casas más pequeñas e importes inferiores. Pero las mujeres ya no solo compran para vivir sino también para invertir”.

El perfil es de una mujer que ronda los 40 años, compra su vivienda a largo plazo y quiere convertirla en su hogar.