Visionarias

Laura Behrens Wu, la emprendedora que abrió una grieta en la logística tradicional

Laura Behrens Wu, creadora de Shippo, ha convertido la experiencia de enviar un paquete en el motor invisible del e-commerce moderno

En San Francisco, a media mañana, el bullicio de los cafés se mezcla con el sonido de bicicletas que reparten paquetes por el barrio de SoMa. Es un paisaje habitual. También es el escenario donde Laura Behrens Wu, hija de madre china y padre alemán, empezó a imaginar una empresa sin saberlo. Tenía poco más de veinte años, un portátil prestado y un plan profesional que cambiaría tantas veces como la propia ciudad.

Behrens Wu llegó a este valle californiano siguiendo una intuición. No había trabajado en logística. Ni siquiera tenía claro que quisiera fundar una empresa. Lo que quería era aprender, observar de cerca un ecosistema que convierte ideas en productos con una velocidad que contrastaba con la cultura europea en la que se había criado. Su primera aventura fue pequeña. Fundó un comercio online de accesorios. Lo suficiente para entrar en contacto con el problema de enviar paquetes, un problema que muchos emprendedores conocían de sobra pero daban por inevitable.

Resolución de un problema

Ese descubrimiento no llegó de un estudio de mercado. Llegó a pie, en su trayecto diario a la oficina de correos. “Ahí entendí que no podía ser que la parte más pesada del comercio fuera precisamente la que todo el mundo necesitaba”, contaría más tarde. La escena se repetía una y otra vez, etiquetas incompletas, formularios que no coincidían, tarifas variables. Un proceso lento que, en teoría, debía ser mecánico pero que se convertía en una extensión del caos.

Ese fue el momento en que la incomodidad se transformó en una idea. Y la idea, en un propósito. Shippo nació en 2014 como un remedio sencillo a un problema universal. Primero fue una herramienta básica para imprimir etiquetas de envío sin necesidad de navegar sistemas laberínticos. Después, el proyecto se convirtió en un lenguaje común entre tiendas online, plataformas de comercio y operadores logísticos. Una API capaz de comparar tarifas entre compañías, generar documentación internacional, automatizar devoluciones y dar seguimiento a miles de paquetes sin intervención humana.

No había grandes propósitos, había, sin embargo, mucha paciencia. “Las primeras docenas de presentaciones fueron terribles”, recuerda ella. Y no exagera, de 125 inversores a los que presentó la idea, 115 dijeron que no. Esa cifra, 125 conversaciones, 115 negativas, es hoy una especie de cifra fundacional de su empresa, un recordatorio de que la innovación no siempre florece en un ambiente de entusiasmo colectivo.

Aceptación del mercado

En paralelo, las tiendas que usaban el servicio empezaron a crecer. Al principio eran unas decenas. Luego, unos centenares. Más tarde, varios miles. Hoy, la compañía afirma trabajar con más de 25.000 negocios de todos los tamaños. Números que, sin ser gigantescos dentro del sector logístico global, explican el alcance de un fenómeno creado por ella, el software que permite a pequeñas tiendas competir con gigantes.

El ascenso de Shippo coincide con una transformación mayor, la explosión del comercio electrónico. La pandemia aceleró un cambio que ya estaba en marcha. Consumidores que comparaban precios desde el móvil, negocios que querían vender en varios países sin ampliar su infraestructura, plataformas que necesitaban herramientas rápidas para responder a la demanda. La logística dejó de ser un apéndice para convertirse en el corazón del comercio. La experiencia del envío pasó a determinar la confianza del cliente tanto como el producto.

Behrens Wu vio esa transición desde dentro. No como mera espectadora, sino como alguien que debía resolver cada semana un problema nuevo. Ser fundadora significa aprender mucho en poco tiempo”, ha dicho. En su caso, ese aprendizaje incluía temas poco glamourosos como llegar a acuerdos con transportistas, migraciones de datos, tiempos de respuesta en horas punta. También la gestión de un equipo que pasó de dos personas a varias decenas.

Una idea prestada de liderazgo

Para ella, la gestión no era un talento natural. Lo aprendió cometiendo errores, como se aprende la mayoría de las cosas en las startups. Durante los dos primeros años, confiesa, trató de encajar en una idea prestada de liderazgo. “Quería parecerme a lo que otros pensaban que debía ser un buen CEO, explica. El resultado fue agotador. Con el tiempo, abandonó ese molde. Descubrió que la autenticidad y la persistencia eran una herramienta más eficaz que cualquier manual.

Shippo creció sin los signos externos del éxito inmediato. Ni construyó almacenes, ni compró camiones. Su presencia es invisible por diseño. La empresa opera como un sistema nervioso que conecta comercios y operadores. Si un negocio vende en Estados Unidos y su cliente está en México, Shippo identifica tarifas, genera documentos, prepara la etiqueta y da seguimiento al paquete en un solo punto. Una operación que antes requería conocimientos avanzados o acuerdos bilaterales se resuelve en segundos.

Ese avance tecnológico ha abierto una grieta en un sector históricamente dominado por grandes multinacionales. Shippo da a miles de pequeños comercios la posibilidad de operar bajo estándares similares a los de una multinacional. En términos económicos, esa función tiene un impacto medible. En 2017, la empresa ayudó a gestionar envíos por valor de 2.600 millones de dólares en mercancía. Hoy la cifra es mayor, impulsada por la expansión global de sus clientes.

En el relato que se suele hacer de Silicon Valley, la innovación aparece rodeada de épica. En la historia de Behrens Wu hay poco de eso. Lo que hay es una observación precisa de un proceso cotidiano que suele ser el rastro de un problema más grande. Resolverlo no implica una proeza técnica, más bien al contrario, resulta de una acumulación de decisiones pequeñas.

Persistencia

Behrens Wu dejó su MBA a medias para fundar una empresa y empezar de cero en un país donde no conocía a nadie. Tras pasar meses en Europa, atrapada en un limbo administrativo, sin saber si el visado para volver a Estados Unidos sería aprobado. Esta joven CEO descubrió que su empresa seguía funcionando sin ella. “Persistencia”, dice ella cuando se le pregunta por ese periodo de tiempo. Persistir entendiendo que el éxito rara vez es repentino porque en la mayoría de los casos son, como el suyo, una suma de intentos.

Hoy, con la empresa consolidada, su papel sigue evolucionando. En un sector que ha adoptado la palabra “optimización” como mantra, su presencia introduce la idea de simplificar como forma de innovar. Hacer que las herramientas funcionen para quienes no tienen tiempo de preguntarse cómo funcionan por dentro.

A medio camino entre dos continentes, dos culturas y dos industrias, Laura Behrens Wu se ha convertido en una figura central del profundo cambio al que se ha sometido la logística con la digitalización. Una capa de software que permite que otros crezcan.

El impacto de esta joven en los envíos internacionales es enorme, y con su presencia ha sometido a multinacionales internacionales cambiando su sistema de envíos. Ese es su sello. Es en esa transformación cuando se entiende la dimensión real de su trabajo.

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