Con más de dos décadas de experiencia en el sector financiero, María Ferrer inicia una nueva etapa como socia al frente de la práctica de Banca de Inversión de Talengo. La firma se define como una consultora independiente especializada en liderazgo, cuyo objetivo es ayudar a las organizaciones a encontrar profesionales capaces de transformar sus negocios. Con su incorporación, Ferrer asume el reto de consolidar una de las áreas estratégicas de la compañía.
A lo largo de su trayectoria, ha desarrollado su carrera en HSBC, Grupo Santander y, durante más de veinte años, en Morgan Stanley, donde ocupó distintas posiciones en las áreas de mercado de capitales, fusiones y adquisiciones, financiación estructurada y reestructuración corporativa. Desde la entidad estadounidense ha participado en numerosas salidas a bolsa tanto en España como en otros mercados internacionales.
Licenciada en Administración de Empresas por ICADE y MBA por el MIT Sloan School of Management, Ferrer conversa con Artículo14 sobre los nuevos desafíos de su carrera y su visión del liderazgo.
¿Cuál ha sido la decisión más difícil en su carrera profesional?
Sin duda, el cambio profesional que acabo de realizar. Dejar atrás más de veinte años en el mundo de las finanzas, donde me sentía muy cómoda y segura. He tenido la suerte de trabajar con distintas áreas de un banco de inversión y conocía bien el negocio, las dinámicas y a muchos de sus protagonistas.
Sin embargo, sentí que había llegado el momento de un cambio y, como se suele decir, salir de mi zona de confort y buscar nuevos retos. Decidí iniciar una nueva etapa en el mundo del executive search y la gestión de talento. Ha sido un salto importante, pero también una oportunidad para aplicar todo ese conocimiento del sector y las relaciones construidas a lo largo de los años desde otra perspectiva.
No ha sido una decisión fácil pero sin duda la adrenalina de los nuevos retos, poder descubrir un nuevo sector tan apasionante como el de la gestión del liderazgo y la gestión de talento han merecido la pena.

¿Cuál es el consejo que más ignoró al inicio de su carrera y cuál fue la consecuencia y cuál fue el más útil?
Al principio, ignoré que no todo se trata de resultados inmediatos, sino también de construir relaciones y reputación a largo plazo. Estaba muy enfocada en los objetivos y en demostrar resultados rápidos, y eso me hizo subestimar la importancia de generar vínculos más estratégicos y de confianza. Con el tiempo entendí que las relaciones son el verdadero activo.
En cambio, el mejor consejo que he recibido es el de mantener siempre la curiosidad y no dejar nunca de aprender, incluso cuando crees que dominas algo. Ese enfoque me permite hoy reinventarme profesionalmente y seguir creciendo, aprovechando la experiencia sin quedarme anclada en la tan adictiva zona de confort.
¿Cuándo dejó de sentir que ya no tenía algo que demostrar y empezó a disfrutar del éxito profesional?
La verdad es que yo creo que nunca hay que dejar de demostrar, pero no a los demás, sino a uno mismo. La adrenalina de poder cumplir nuevos retos es muy revitalizante. Al mismo tiempo, con los años he aprendido a disfrutar también del camino, no solo de la meta: la satisfacción está tanto en seguir creciendo como en reconocer lo que ya has construido.
¿Qué mito sobre el liderazgo femenino le gustaría desterrar para siempre?
Se habla del liderazgo femenino como si fuera algo homogéneo, y no lo es. Hay tantos estilos como mujeres. Encorsetarlo en una sola definición limita y simplifica en exceso una realidad mucho más rica.
Quisiera romper con esa idea y poner en valor la diversidad: cada mujer lidera desde su historia, su energía y su visión. Esa pluralidad de enfoques es lo que enriquece a las organizaciones y amplía la manera en que entendemos el liderazgo.
¿Qué hábito o ritual sigue para mantener la creatividad y la claridad mental en su día a día?
Para mí es el deporte al aire libre. Correr es lo que más fácil me resulta, porque solo necesito unas zapatillas y puedo hacerlo en cualquier sitio. Cuando las circunstancias lo permiten, práctico otros deportes al exterior, pero si no, una vuelta a la manzana -incluso bajo la lluvia- me basta. Me aclara la mente, me ayuda a poner las cosas en perspectiva y siempre vuelvo con nuevas ideas y energía renovada.
¿Cuál es su fórmula para conciliar la vida profesional con la familiar?
No creo que exista una fórmula perfecta para conciliar, pero sí una actitud. En mi caso, se basa en priorizar con claridad, organizarme bien y ser muy disciplinado. He aprendido a poner foco en lo esencial y estar presente donde estoy, ya sea en el trabajo o con mi familia. El famoso work hard, play hard que siempre le repito a mis hijos resume bien esa filosofía. La flexibilidad y la capacidad de desconectar cuando toca son mi forma más efectiva de equilibrio.
Un error profesional del que aprendió una lección valiosa
Intentar hacerlo todo yo misma. Al principio de mi carrera tendía a asumir demasiadas responsabilidades pensando que así garantizaba la calidad y el control. Con el tiempo entendí que delegar no solo es más eficiente, sino que también permite desarrollar talento y fortalecer al equipo. Aprendí que confiar en otros no significa perder control, sino multiplicar resultados y construir un liderazgo más sostenible y colaborativo.”
Si el éxito profesional fuera un deporte, ¿qué tipo de entrenamiento recomendaría para jugarlo bien?
Entrenaría la constancia y la capacidad de adaptación. Como en cualquier disciplina, el talento ayuda, pero lo que marca la diferencia es la práctica diaria, la resiliencia y el espíritu de superación constante.
También fomentaría el trabajo en equipo: saber escuchar, motivar y aprender de otros. Si fueses el pichichi de un equipo de fútbol, no te saltarías ni un entrenamiento, ni escatimarías esfuerzo en todas y cada una de las sesiones técnicas; y, por supuesto, no marcarías muchos goles sin el apoyo de tu equipo y sin escuchar a tus entrenadores. Y, por supuesto, cuidar la energía física y mental, porque sin ese equilibrio no hay posibilidad de alcanzar el rendimiento requerido.
Su cita o frase vital.
Mi frase inspiradora como mencionaba antes es work hard, play hard. Para mí significa dar lo mejor en todo lo que hago, tanto en el trabajo como en casa, con los amigos, en el deporte. Es importante rendir al máximo profesionalmente pero también tener tiempo para desconectar y recargar las pilas. La energía, la curiosidad y el equilibrio personal son esenciales para sostener una carrera larga y exigente.
Trabajar con intensidad solo tiene sentido si también encuentras tiempo para recargar, aprender y disfrutar del camino. Esa combinación es lo que me permite mantener motivación, claridad y creatividad día a día.