GALICIA

El monasterio románico del siglo XII que hoy es parador en Lugo: fe medieval en la Ribeira Sacra

La Ribeira Sacra es una de las grandes joyas de España en general y Galicia en particular, escondiendo dentro de ella joyas como este monasterio románico convertido en Parador Nacional

El Monasterio de Santo Estevo de Ribas del Sil
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En lo más profundo de la Ribeira Sacra, rodeado de bosques y encaramado a las laderas que dominan el río Sil, se encuentra el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Lo que fue un importante foco monástico medieval es hoy un parador nacional que combina historia, arte y paisaje con la comodidad y el turismo de calidad.

La Ribeira Sacra, que se extiende entre el sur de Lugo y el norte de Ourense, es uno de los territorios culturales más singulares de la Península. Con una enorme concentración de arquitectura religiosa románica, este territorio ha sido propuesto como candidata a Patrimonio Mundial por la UNESCO. Es un paisaje cultural donde la historia, la espiritualidad y el medio natural se entrelazan de forma única.

Entre sus joyas destaca el Monasterio de Santo Estevo, fundado en torno al siglo VI y con su iglesia consagrada en el siglo XII. Se trata de un conjunto monumental excepcional por su riqueza arquitectónica y simbólica. A lo largo de los siglos fue ampliado, incorporando estilos gótico, renacentista y barroco, hasta convertirse en uno de los cenobios más influyentes de Galicia.

El Monasterio de Santo Estevo de Ribas del Sil
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De monasterio a parador: una restauración ejemplar

Entre los siglos X y XI, nueve obispos buscaron refugio en este monasterio tras huir de las incursiones musulmanas. Esta historia convirtió el lugar en centro de devoción, y en su honor se construyó el “Claustro dos Bispos”, el más antiguo del conjunto. Aún hoy, los visitantes pueden contemplar los sepulcros de aquellos prelados y los anillos que simbolizan su legado espiritual. La influencia del monasterio se consolidó en el siglo XVI, cuando se integró en la congregación benedictina de Valladolid. Fue entonces cuando se levantaron dos nuevos claustros renacentistas: el Claustro de Viveiro y el de los Caballeros.

Tras años de abandono, Santo Estevo fue restaurado a comienzos del siglo XXI. En 2004 abrió sus puertas como parador nacional, convirtiéndose en uno de los más emblemáticos de toda la red de Paradores de España. La rehabilitación respetó al máximo la estructura histórica del edificio, adaptándola a los usos modernos sin perder su esencia. Hoy dispone de 77 habitaciones, todas diferentes y situadas en los espacios que antiguamente fueron celdas monásticas. Cuenta además con un spa ubicado en las antiguas bodegas, con circuitos de agua, tratamientos relajantes y un jacuzzi con vistas al bosque.

Gastronomía de la tierra en una ubicación mágica

El restaurante del parador, “Dos Abades”, ocupa las antiguas caballerizas, bajo una bóveda de piedra de 14 metros de altura. Desde sus ventanales se contempla el paisaje de robles y castaños, mientras se degusta una cocina gallega de interior basada en productos locales: pulpo a la parrilla, chorizo de manzana, empanadas artesanas, bica de Trives o castañas en distintas elaboraciones. Todo ello maridado con vinos de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, uno de los valores emergentes de la viticultura gallega.

Además, la ubicación privilegiada del Parador de Santo Estevo lo convierte en punto de partida ideal para descubrir los encantos de la Ribeira Sacra. Muy cerca se encuentran otros monasterios como Santa Cristina de Ribas de Sil, San Pedro de Rocas o Montederramo. También se puede disfrutar de rutas en catamarán por el Cañón del Sil, pasear por las pasarelas del río Mao o contemplar los viñedos colgados en terrazas imposibles.

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