'Woman Holding Things'

Manual de superviviencia femenina: todo cabe en una mano

Lo llaman 'claw grip' y es mucho más que una moda viral; es el símbolo cotidiano de una necesidad ignorada. Sin bolsillos, con mil cosas por hacer, muchas mujeres han convertido una mano cargada en gesto de resistencia

Manual de supervivencia femenina
Javier Cuadrado

Las redes sociales han bautizado como claw grip a esa habilidad que muchas mujeres exhiben al salir de casa sosteniendo múltiples objetos en una sola mano. Lo han convertido en una especie de superpoder cotidiano, pero también en un reflejo silencioso de las carencias funcionales de la moda femenina.

Lejos de tratarse de una simple pose estética, esta tendencia revela un fondo cultural más profundo: durante décadas, la ropa diseñada para mujeres ha omitido bolsillos prácticos, obligando a una generación entera a desarrollar nuevas estrategias para llevar lo imprescindible.

Todo comenzó con una imagen reconocible: una mano tensa, bien abierta, sosteniendo al mismo tiempo un móvil, una cartera, una botella de agua, un protector solar, las llaves y, a veces, hasta un libro electrónico o un plátano.

Un vídeo viral en TikTok mostraba recientemente a una mujer cargando 15 objetos distintos sin bolso. La escena, que generó miles de comentarios, no era una excepción. En Instagram, la cuenta girls carrying shit (GCS) recopila diariamente imágenes enviadas por seguidoras que exhiben sus propias versiones de “la garra”.

Su creadora, Halle Robbe, publicó la primera imagen tras regresar de un paseo en el que decidió no llevar bolso. Sostenía sus auriculares, el teléfono, un bálsamo labial y una tarjeta de crédito. Desde entonces, recibe más de cien fotos al día, en las que otras mujeres muestran orgullosas ese gesto que ya se ha convertido en identidad compartida.

No se trata solo de destreza manual. Según la historiadora de moda Abby Cox, este fenómeno tiene raíces históricas. Durante el periodo Regency o la era Victoriana, las mujeres usaban bolsillos internos accesibles a través de aberturas en la falda. Eso desapareció cuando la silueta femenina se volvió más ajustada, y con el siglo XX los bolsillos funcionales prácticamente se extinguieron del vestuario femenino. La ropa moderna rara vez ofrece espacio suficiente para objetos básicos, y las prendas con bolsillos decorativos son más frecuentes que las realmente útiles. Así, “la garra” se convierte en una respuesta informal a una necesidad estructural desatendida.

La garra no es una tendencia pasajera. Es una respuesta, una consecuencia lógica y una forma de resistencia. Una mano cargada que resume la carga diaria de muchas mujeres

La comediante estadounidense Atsuko Okatsuka recuerda haber visto a su abuela llevar objetos de esta forma: un pañuelo, su teléfono, algo de basura, todo en una sola mano. “Lo llevé como tradición”, dijo en una entrevista. Pero en las redes, el gesto ha cobrado otro matiz. Robbe relata que muchas mujeres comenzaron a enviarle imágenes acompañadas de mensajes como: “llevo las llaves, el bálsamo y la carga emocional del día” o “esto es todo lo que puedo sostener, literal y metafóricamente”. Lo que en principio parecía una moda divertida o un meme se ha convertido también en una forma de decir: esto es lo que me toca cargar, esto es lo que tengo que resolver cada día con una sola mano libre.

Woman Holding Things, por Maira Kalman

Y entonces, inevitablemente, llega el eco del poema Woman Holding Things de Maira Kalman. Esa mujer que carga con objetos pero también con historias, con silencios, con el peso invisible de lo que se espera de ella. “Ella lo sostiene todo”, escribe Kalman. “Ella sostiene un gato, una taza de café, un libro, el dolor de su madre, el recuerdo del padre, la lista de la compra, la preocupación por el futuro, el cansancio y la compostura”. La mujer contemporánea también: sostiene su teléfono, su almuerzo, su agenda, sus emociones, su cansancio, sus ganas de no dejarse caer. La claw grip es, en muchos sentidos, la versión actualizada de ese retrato poético; una imagen del día a día en la que el acto de sostener cosas se vuelve declaración política, grito silencioso, forma de resistencia.

En TikTok, el fenómeno ha sido bautizado como un superpoder femenino. La idea es que si las mujeres no tienen bolsillos, desarrollan habilidades compensatorias. Una publicación viral afirma: “Está en nuestros genes. Nuestras madres tampoco tenían bolsillos”. La garra ha adquirido entonces un aire performativo, casi de sátira. Un desafío a la funcionalidad perdida. Un grito silencioso que se expresa apretando con firmeza el teléfono y el gloss, el cargador portátil y el tupper, como si en esa postura incómoda se revelara todo lo que la moda no ha sabido resolver.

Las fotos se parecen entre sí: mujeres con la muñeca en tensión, sosteniendo con precisión objetos apilados que desafían la lógica y la gravedad. Pero también son profundamente distintas: hay garra de oficina, garra de gimnasio, garra de festival, garra de paseo con niños. Cada imagen es una historia: no tengo manos libres, no tengo bolsillos, pero me las arreglo.

En medios como The Star de Malasia o en vídeos de YouTube Shorts, el gesto ya ha sido elevado a categoría cultural. Una especie de símbolo compartido de lo que implica vestirse como mujer hoy en día: con ropa sin espacio, pero con tareas que no desaparecen. Una solución cotidiana que ahora el mundo observa, analiza y celebra.

La garra no es una tendencia pasajera. Es una respuesta, una consecuencia lógica y una forma de resistencia. Una mano cargada que resume la carga diaria de muchas mujeres. Tal vez, algún día, la moda reaccione y diseñe ropa que entienda estas necesidades. Pero, mientras tanto, ellas seguirán saliendo con la garra lista, desafiando con estilo las limitaciones impuestas por su vestuario.