Análisis

Europa más a la derecha, pero no a la extrema

La Unión Europea respira aliviada tras los resultados de las elecciones del domingo en Polonia, Portugal y Rumanía

rUMANÍA
Los ciudadanos de Bucarest ondean una bandera enorme de la UE durante el discurso de victoria de Nicusor Dan
Efe

Tres países europeos han votado este domingo 18 de mayo. En Varsovia, Lisboa y Bucarest, los electores fueron llamados a las urnas para unas elecciones con grandes apuestas nacionales, en un contexto de populismo creciente y tensiones geopolíticas. Dos elecciones presidenciales y una legislativa. Esa era la gran agenda política a la que se enfrentaba la Unión Europea.

En los tres países, los resultados electorales eran esperados con aprehensión tanto en sus capitales como en Bruselas. La extrema derecha estaba a las puertas del poder presidencial en Rumanía, apenas cinco meses después de la anulación de unas elecciones anteriores manchadas por la injerencia rusa, cuando se invalidó la candidatura del conspirador Calin Georgecu. El líder del partido nacionalista AUR, George Simion ha perdido frente al europeísta Nicusor Dan, alcalde centrista de Bucarest. Europa está aliviada y los mensajes de felicitaciones de Antonio Costa y Ursula von der Leyen lo reflejan.

El eje pro Trump de la UE

Recordamos que, en la primera vuelta, el candidato nacionalista aventajó ampliamente al liberal Nicusor. Ahora bien, Simion es un virulento opositor a la Unión Europea. Además, quería en particular poner fin a la ayuda militar a Ucrania y abogaba por la “neutralidad” diplomática. Con una victoria definitiva de este populista afiliado a las ideas de Trump, Europa podía desestabilizarse. Un presidente rumano de extrema derecha habría sido el eje pro-Trump y MAGA, ya sólidamente representado en varios países europeos como Italia, Hungría, Eslovaquia, Francia, Países Bajos y Alemania. A esto se sumaba su rivalidad con Ucrania, Moldavia y Bulgaria, lo que significaba que era persona non grata en estos países, lo que podía complicar las cosas, en particular a nivel decisional europeo.

Rumanía
El ganador de las elecciones Nicusor Dan, durante su discurso de la victoria en Bucarest
Efe

En otra medida, Europa se tranquiliza también con los resultados legislativos portugueses puesto que es una coalición de derecha (moderada) que ha ganado las elecciones. Tranquilidad, pero relativa porque para gobernar, el vencedor Luis Montenegro, centro-derecha, tendrá que elegir entre dos socios: los liberales o… la extrema derecha –cuyo partido se llama Chega– que se ha convertido en tercera fuerza política del país, a pocos votos de adelantar a los socialistas. Socialistas están derrumbados otra vez. Ahora bien, en dos años, es la tercera vez que el Parlamento se recompone y se impone a Montenegro el mantenimiento o no del “cordón sanitario” contra Chega.

Inestabilidad en Portugal

En definitiva, Portugal se enfrenta de nuevo a una persistente inestabilidad institucional, alimentada por un panorama político fragmentado desde hace varias décadas. Para la UE, un Estado miembro con incertidumbres políticas internas constituye un obstáculo –y a veces mayor– en la toma de decisiones que afectan al conjunto de la Unión.

Portugal
El cierre de campaña del líder del PSD, Luis Montenegro, este viernes en Lisboa
Efe

En el tercer país que votó domingo, Polonia, las expectativas presidenciales también han tensado la noche de Von der Leyen y los suyos. En efecto, la votación era de alto riesgo, dado que el Jefe del Estado tiene derecho a vetar las leyes aprobadas por el Parlamento. Ahora bien, desde la victoria de la coalición proeuropea de Donald Tusk en las elecciones legislativas de 2023, muchas reformas han sido bloqueadas por el presidente conservador saliente, Andrzej Duda. Rafal Trzaskowski, alcalde liberal y proeuropeo de Varsovia se ha enfrentado a Karol Nawrocki, historiador nacionalista respaldado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), viejo aliado de Donald Trump.

La influencia de Polonia

El alcalde de Varsovia quedó ligeramente por delante en la primera vuelta de las elecciones presidenciales polacas, decisivas para el futuro del Gobierno proeuropeo ya en funciones. Para la UE, es imprescindible que Donald Tusk tenga a un presidente en la misma línea europea que la suya, porque Polonia es uno lo de los grandes países de la Unión, al igual que Francia, Alemania, y España. Pero además es uno de los Estados más armados contra cualquier agresión exterior llamada Rusia. En otras palabras, un Estado polaco europeísta constituye un garante de la influencia de Bruselas en lo que se llamaba Europa del Este.

UE
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
KiloyCuarto

Finalmente, los resultados electorales del domingo revelan, por una parte, que el paisaje político europeo está orientado hacia la derecha. Una derecha que, sin embargo, busca unas líneas políticas europeas claras, evitando los atropellos de sus extremas que estén en Rumanía o Portugal. Von der Leyen y Costa y la mayoría de los Estados miembros son conscientes que la coherencia de política y acción europeas han de pagar un precio, el de la inclusión de temáticas que alimentan el discurso de la extrema derecha: inmigración, soberanía, etc. Es el momento para Bruselas de apoyar concretamente todas las fuerzas políticas europeístas en Europa para que el proyecto europeo no se quede sólo como un periodo de paz en los manuales de historia.