Elecciones

Rumanas ante la segunda vuelta: “Estos son los que acaban con la democracia”

Niegan un posible acercamiento a Rusia: "Los rumanos sufrieron mucho con el comunismo, y a cualquiera que preguntes no tendrá un buen testimonio acerca del comunismo ruso”

Varias jóvenes rumanas comparten con Artículo14 sus preocupaciones ante las elecciones presidenciales
KiloyCuarto

El escenario político en Rumanía ha dado un giro inesperado tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo 4 de mayo. Con un 40,9% de los votos, el ultranacionalista George Simion se impuso, dejando fuera de la segunda vuelta al candidato oficialista Crin Antonescu, representante del tripartito europeísta que actualmente gobierna. El país se prepara ahora para una segunda vuelta el 18 de mayo, en la que Simion se enfrentará al independiente proeuropeo Nicusor Dan, para determinar el futuro político y geoestratégico de una nación miembro de la Unión Europea y de la OTAN.

La derrota del bloque gubernamental tuvo consecuencias inmediatas. El primer ministro Marcel Ciolacu, del Partido Socialdemócrata (PSD), anunció su dimisión, reconociendo que la coalición formada tras las legislativas de diciembre pasado “ya no tiene legitimidad”. En su lugar, fue nombrado primer ministro interino Marian-Catalin Predoiu, hasta entonces ministro del Interior. Este interinato será breve: el nuevo Gobierno se formará tras las presidenciales, con la colaboración activa del presidente electo, quien tiene competencias clave en política exterior, defensa y la designación del primer ministro.

 Catalin Predoiu, viceprimer ministro y ministro del Interior de Rumanía

Mientras la política nacional se sacude, muchas personas rumanas en el extranjero siguen con atención lo que ocurre. Dos jóvenes rumanas residentes en España, María y Andrea, comparten visiones opuestas sobre lo que podría significar una presidencia de George Simion.

Una presidencia polémica: ¿afectaría las relaciones internacionales?

Simion ha sido abiertamente crítico con las instituciones europeas y ha cuestionado el papel de Rumanía en la OTAN. Durante una conferencia reciente en Bucarest, sin embargo, expresó su admiración por Donald Trump y aseguró que buscaría revitalizar la alianza con Estados Unidos, especialmente en materia de defensa.

Para María, estudiante de Relaciones Internacionales, esto no es suficiente para tranquilizar a quienes valoran la pertenencia a la UE y la OTAN: “Por supuesto que afectará a las relaciones, estoy muy segura de ello. George Simion siempre ha sido crítico con la Unión Europea, muy anti OTAN. Si llega a la presidencia supondría un cambio brusco a toda la población rumana, tanto los que viven ahí como los emigrantes”.

En cambio, Andrea confía en que las instituciones y alianzas actuales no se verán afectadas: “Rumanía es miembro de la UE y de la OTAN y seguirá siéndolo con los mismos derechos y obligaciones. Las relaciones actuales no se verán afectadas de ninguna manera”.

A pesar de los temores que despierta en ciertos sectores el nacionalismo de Simion, ni Andrea ni María creen que esto conlleve un acercamiento directo a Rusia. María puntualiza: “La gente está harta de la presidencia que tuvimos, y como todo, si algo no te funciona, vas al otro lado. Pero los rumanos sufrieron mucho con el comunismo, y a cualquiera que preguntes no tendrá un buen testimonio acerca del comunismo ruso”.

Los candidatos presidenciales de segunda vuelta, el líder del partido AUR, George Simion (derecha), y el alcalde de Bucarest, Nicusor Dan 

¿Qué pasará con las mujeres?

El partido AUR, que respalda a Simion, se considera conservador en lo social. Las críticas no se han hecho esperar, especialmente desde colectivos feministas y sectores jóvenes. María expresa preocupación por el rumbo que podría tomar el país bajo una presidencia ultraconservadora: “Sinceramente, me preocupa ver cómo mi país prioriza el extremo, quitando muchos derechos que supuestamente no se deben tocar. Por supuesto que afectará a los derechos de las mujeres, pero también al de una población entera”.

Andrea, en cambio, interpreta esta postura conservadora como una apuesta por la recuperación demográfica, sin percibirla como una amenaza: “Se mejorarán los derechos de las mujeres en la sociedad, con énfasis en el aumento de la tasa de natalidad de la población, que ha registrado un descenso considerable en los últimos años”.

“Votan sin saber bien a quiénes votan”

La campaña de Simion ha sido polarizante, y no es la primera vez que el país vive este tipo de tensiones. En noviembre pasado, unas elecciones presidenciales fueron anuladas por el Tribunal Supremo debido a injerencias rusas, tras el sorpresivo triunfo del también ultranacionalista Calin Georgescu. El efecto acumulado de estas crisis ha incrementado la desconfianza.

Los candidatos presidenciales de segunda vuelta, el líder del partido AUR, George Simion (izq.) y el alcalde de Bucarest, Nicusor Dan (der.)

María, desde su experiencia fuera del país, ha notado esa fractura: “Sí, se debe hablar de política. Lo triste es que la población rumana no está muy concienciada con los candidatos y votan sin saber bien a quiénes votan”. Andrea, por otro lado, cree que las discusiones políticas son parte del proceso democrático: “Las elecciones siempre están polarizadas, los candidatos siempre son opuestos. Es normal hablar y discutir con cualquier persona, esto no está prohibido”.

¿Democracia en la cuerda floja?

Simion ha afirmado representar la “voz del pueblo”, pero muchos analistas y opositores alertan sobre un posible retroceso democrático si accede al poder. Su forma de operar ha encendido las alarmas.

Índice de Democracia 2024, mapa global por tipo de régimen. Fuente: Economist Intelligence Unit

María no tiene dudas sobre el riesgo: “Evidentemente es democrático que sea elegido George Simion, pero solo hace falta revisar la historia, estos mismos son los que acaban con la democracia y lo cambian a dictaduras“; además, añade: “Simion dijo que quería restaurar el orden constitucional, y habla mucho de democracia intentando influenciar a la población como si fuera el salvador de Rumania”.

Andrea sostiene una postura completamente contraria: “Simion, como Georgescu en las elecciones canceladas del año pasado, representa el garante del establecimiento de una democracia real. De ningún modo se puede hablar de un debilitamiento de la democracia, que en años anteriores era inexistente”.

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