Millones de bolivianos y bolivianas se lanzan a las urnas este domingo 17 de agosto en unas elecciones que vaticinan un gran cambio. La inhabilitación para presentar su candidatura a Evo Morales y una posible división del voto en la izquierda podría traer una vuelta de la derecha.
Nosotras queremos analizar, en aspectos políticos, socioeconómicos y legislativos, los esfuerzos de Bolivia por alcanzar la paridad. Usaremos los indicadores del Global Gender Gap Report (GGGR en adelante) que ya usamos para las elecciones de Polonia o Corea del Sur.

Bolivia es un estado que se caracteriza por su inmensa diversidad. El estado se reconoce a sí mismo como plurinacional por la gran cantidad de pueblos que existen dentro de sí, y es el estado del mundo con mayor número de lenguas oficiales, con 37.
¿Y cómo aborda Bolivia los objetivos de igualdad de género? Te lo contamos en Artículo 14.
Una de las menores brechas de género del mundo
Según el GGGR 2025, es el 48º país con menor brecha de género de 148 países analizados, con una paridad del 74%. Se encuentra por encima de países como Italia, Luxemburgo o Ucrania, y es el quinto mejor dato de Sudamérica.
Destaca especialmente por sus niveles de paridad en el ámbito político. Este es su mejor aspecto de los 4 analizados (participación en economía, educación, política e índice de salud), y se encuentra en el puesto 37. Países como China o Estados Unidos se encuentran por debajo en este aspecto.
¿A qué se debe? La mujer está muy presente en la política boliviana desde hace décadas. Ha contado con dos presidentas del gobierno desde su independencia, algo que países como España no pueden decir. La primera fue Linda Gueiler, entre 1979 y 1980, y hace escasos 6 años Jeanine Áñez sustituyó provisionalmente a Evo Morales tras 14 años de mandato.
En la actualidad hay 60 diputadas en la Cámara de Diputados, un 46% del total de 130 representantes. Es el sexto mejor dato del mundo, pero no sucede lo mismo en cuanto a posiciones ministeriales. Tan solo el 23% de los ministerios tienen una mujer a su cabeza, contando el gobierno con solo 4 ministras. La última en ser elegida fue Esperanza Guevara, en marzo de 2024, como ministra de Culturas, descolonización y despatriarcalización.

La paridad socioeconómica, una tarea a cumplir
En el ámbito socioeconómico, la tarea de la paridad está bastante más lejos. Si bien la participación en la educación para ambos géneros es altísima, en el ámbito del trabajo la brecha es más que evidente.
Educación
La tasa de alfabetización, a pesar de ser también muy alta, es de las más bajas del mundo. Y son los hombres los que mayor alfabetización tienen, un 6% más que las mujeres. Y en cuanto a la carrera estudiantil, más mujeres empiezan la escuela, pero más hombres la terminan, aunque no por mucho.
Participación económica y laboral
La división de los puestos de trabajo por género no es tan notable en Bolivia, que aun así muestra desigualdad a pesar de tener buenos índices.
Un 72% de las mujeres tienen empleo por un 84% de los hombres. Esta diferencia en cuanto a la contratación por género se ve reflejada en dos de los principales sectores laborales:
Un 53% de los trabajadores cualificados son hombres, por un 47% de mujeres que desempeñan posiciones similares. Sin embargo, la mayor diferencia se ve en los legisladores, altos funcionarios y gerentes. Tan solo el 34% de quienes ocupan este puesto son mujeres, y el 66% son hombres, por lo que se debe impulsar la contratación femenina.
Por último, uno de los mayores problemas laborales es el salario a percibir para las mujeres. Desempeñando el mismo rol, las mujeres perciben solo el 52% del salario de los hombres.
Violencia de género
Bolivia es uno de los países que presenta los índices más altos de violencia contra las mujeres. Al menos 7,5 de cada 10 mujeres sufren algún hecho de violencia a lo largo de su vida, mientras que más de 100 mujeres en promedio son asesinadas cada año por su condición de mujer.

El abordar y cambiar esta situación para que las mujeres, niñas, niños y adolescentes vivan libres de violencia requiere de un enfoque multisectorial. Con ese propósito, Bolivia está implementando un programa de dos años para fortalecer los mecanismos de financiamiento, a nivel nacional, departamental y municipal, para prevención, atención y sanción de la violencia contra la niñez y las mujeres, a través de una alianza entre el Sistema de las Naciones Unidas (ONU) y el Gobierno boliviano, en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esto sucede a pesar de existir desde 2013 una ley contra la violencia de género, la ley 348, llamada la “Ley Integral para
Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia”. Luchar contra esta violencia es uno de los principales deberes a cumplir por parte del nuevo gobierno de Bolivia, que, si los sondeos aciertan, estarán lejos de la idiosincrasia de Evo Morales. Eso si, sin ni una sola mujer como posible candidata a la cabeza del gobierno.