Terrorismo

“El 13-N configuró un mundo más vigilado”: así ha cambiado el terrorismo diez años después

Vera de Benito Ortega, la autora de 'Vidas rasgadas', reflexiona sobre cómo el terrorismo ha cambiado en la era digital y cómo la memoria de las víctimas sigue siendo esencial para entenderlo

Vera de Benito Ortega
Javier Cuadrado

Este jueves se cumple una década de los atentados del 13-N en París, una de las noches más oscuras de la Europa contemporánea. Diez años después de aquel golpe que cambió la seguridad internacional y la percepción del terror en Occidente, la amenaza sigue presente, aunque mutada. Ahora que la violencia adopta nuevas formas y las redes digitales amplifican su alcance, desde Artículo14 hablamos con Vera de Benito Ortega.

Graduada en Periodismo y Ciencias Políticas, y con másteres en Criminología, Seguridad Nacional y Terrorismo Yihadista, De Benito analiza el impacto del extremismo violento en las víctimas y en la sociedad. Marcada también por su propia experiencia -su padre fue víctima mortal en los atentados del 11M-, también aporta una sensibilidad única en el tratamiento del dolor y la memoria en su reciente libro, Vidas rasgadas, dónde reúne testimonios de afectados por el terrorismo en distintos países y contextos.

“Vidas rasgadas” – Vera de Benito Ortega

Preguntada por los elementos comunes entre las historias que recopila, De Benito explicó que “el hilo común entre las historias es una mezcla entre la necesidad de justicia y dignidad y las ganas de sobrevivir”. Sin embargo, advirtió que “no es posible compararlas entre ellas porque cada víctima es totalmente diferente, no hay dos duelos iguales”.

En su obra, relata testimonios de supervivientes, madres que perdieron a sus hijos, padres que vivieron el horror en primera persona e hijos que quedaron huérfanos. “Cada historia tiene algún elemento que la hace única”, afirmó.

“Terrorismo low cost”

Uno de los temas que aborda es la transformación del terrorismo en la era digital. Según explicó, “hace quince años, las organizaciones terroristas se componían de estructuras jerarquizadas y muy bien organizadas; ahora están mucho más difusas”. Estas nuevas dinámicas se caracterizan por la ausencia de un líder visible: “No obedecen a un único líder, sino que es el ideario radical quien les dice: atentad con vuestros medios disponibles, sin necesidad de planes elaborados”.

Este cambio ha derivado en lo que De Benito denomina “terrorismo low cost”, donde “cualquier elemento —un coche, una navaja, un hacha— puede servir para hacer daño”. La simplicidad de los medios contrasta con la sofisticación de las redes que los promueven. “La tecnología ha habilitado ataques que antes eran imposibles o más complejos”, advirtió, citando ejemplos como “el uso de inteligencia artificial para manipular información o la creación de ciberataques que afectan infraestructuras críticas”.

En ese sentido, las redes sociales se han convertido en un escenario clave de radicalización. “Los grupos terroristas aprovechan estas plataformas para lanzar sus mensajes extremistas y captar, sobre todo a los más jóvenes”, señaló. Por eso, enfatiza la importancia de la educación digital: “Es fundamental que los jóvenes conozcan los riesgos y amenazas reales”.

Vera de Benito Ortega
Javier Cuadrado

La financiación del terrorismo también ha mutado con el avance tecnológico. “Los métodos han evolucionado gracias a activos digitales y plataformas de crowdfunding, permitiendo transacciones rápidas y difíciles de rastrear”, explicó. No obstante, quiso poner en valor el trabajo de las autoridades españolas: “Tenemos unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que combaten el terrorismo mediante la detección, prevención y monitoreo de amenazas en el ciberespacio”.

‘Yihad femenina’

El papel de las mujeres es destacable, tanto como víctimas como actoras dentro del fenómeno. “En general, todas las víctimas del terrorismo son portadoras de memoria y resistencia”, aseguró. Para ella, “los testimonios que se encierran en las páginas del libro son ejemplo de dignidad; gracias a sus vivencias podemos tener claro quiénes son las víctimas y quiénes los victimarios”.

La autora recordó que históricamente las mujeres tenían un papel secundario en el ámbito operativo del terrorismo, limitado a la procreación o apoyo logístico. Sin embargo, en los últimos diez años ha habido un gran cambio en este sentido. Según los datos recientes que nos facilita la autora, entre un 20 y 35% de los ataques suicidas perpetrados por terroristas han sido llevados a cabo por mujeres, una tendencia que va en aumento desde 1985.

Según informa, este incremento se observa especialmente a partir de 2015, influido por el conflicto en Siria e Irak y la estrategia del Daesh de promover una ‘yihad femenina’, tanto para funciones simbólicas como operativas. A pesar de ello, advirtió que “la misoginia de estos grupos hace que las mujeres sean vistas como un recurso estratégico, principalmente por la sorpresa táctica de su implicación”.

Vera de Benito Ortega
Javier Cuadrado

El futuro de la radicalización

De Benito considera que las formas de violencia y radicalización seguirán transformándose, sobre todo por “el papel central de los espacios digitales y el rejuvenecimiento de los perfiles radicalizados”. Observa con preocupación que “los menores acceden antes a discursos radicales, muchas veces a través de plataformas digitales”, lo que ha derivado en “un incremento en procesos de radicalización asociados directa o indirectamente con actos violentos”.

Al cumplirse diez años de los atentados del 13 de noviembre en París, De Benito reflexiona sobre su impacto: “Los ataques del 13-N fueron un ataque directo a los valores occidentales”. En su análisis, aquel suceso “contribuyó a configurar el mundo más vigilado, rápido y mediáticamente hiperconectado de 2025”.

Comparando ambos contextos, afirmó: “En 2015, las tecnologías estaban en auge, pero no alcanzaban el poder que tienen hoy. En 2025, la inteligencia artificial y las tecnologías avanzadas han transformado casi todos los ámbitos de la vida cotidiana”, concluye.