“Somos el diluvio, somos el día después”, proclaman los canales oficiales de Hamás en las redes sociales de Gaza. Con la entrada en vigor de la tregua, el grupo islamista ha emergido de los túneles para instaurar el terror. Tras dos años escondidos bajo tierra, milicianos islamistas vuelven a patrullan calles y mercados gazatíes, con los rostros tapados y rifles de asalto. A plena luz del día, ejecutan públicamente a “colaboradores” de Israel y miembros de clanes rivales. Por ahora, nada hace presagiar que Hamás cumplirá su promesa de desarmarse.
Preguntado por los horribles vídeos que circulan sobre ejecuciones sumarias, el presidente estadounidense Donald Trump, que se comprometió a seguir ejerciendo presión para alcanzar la segunda frase de la tregua, amenazó con “desármalos nosotros mismos” si el grupo islamista no cumple lo pactado.
Clanes rivales en Hamás
Clanes familiares rivales, que en el pasado ya mantuvieron pugnas con el régimen islamista, son el principal blanco de la represión. Algunos clanes han cooperado con el Ejército israelí -recibieron armamento-, y mantienen el control en las zonas de Gaza donde todavía hay presencia militar hebrea, como Rafah (sur) o Beit Hanoun (norte).
Para recuperar el poder, Hamás ha creado una unidad especial para “erradicar bandas y milicias”. El incidente más sanguinario ocurrió en la lucha entre Hamás y el clan familiar Dughmush, asociado históricamente al tráfico de drogas entre Gaza e Israel. Tiroteos entre ambas facciones dejaron al menos 50 muertos, entre ellos 12 islamistas.
Un crimen contra una familia
La familia Dugmush afirmó haber perdido a unos 600 miembros durante esta guerra y que el Ejército israelí lanzó una “brutal campaña” contra la familia después de que esta rechazara cooperar con Israel. “Lo que está sucediendo hoy es un crimen atroz cometido contra una familia conocida por su firmeza, determinación y rechazo a toda forma de colaboración y traición”, declaró el clan familiar.
Según vídeos verificados por la BBC, el grupo islamista realizó una ejecución de ocho hombres en el barrio de Zeitoun en ciudad de Gaza, donde hace apenas una semana todavía operaba el ejército israelí. Hombres armados, algunos vestidos con la tradicional bandana verde de Hamás y con chalecos antibala, dispararon a sus víctimas arrodilladas, ante el clamor de los presentes.
“¡Larga vida a las Brigadas Al-Qassam!”, gritaron los verdugos tras balear a sus víctimas, refiriéndose al brazo armado de Hamás. Ejecuciones sin juicio, torturas o incluso disparos a las piernas ocurrieron durante los dos años de guerra, sobre todo contra civiles que intentaron adquirir ayuda humanitaria monopolizada por Hamás, o por publicar críticas a su régimen en redes sociales.
Ejecuciones sin juicio
“¿Por qué la gente aplaude el caos? Un hombre enmascarado mata a otro enmascarado sin pruebas, sin investigación, sin juicio, sin siquiera un plazo de apelación. ¿Cómo se llama esto? ¿Resistencia? No, esto es ilegalidad“, dijo un abogado residente en Gaza a la BBC. “Las ejecuciones sin un juicio justo son un delito. Que Dios guíe a nuestro pueblo”, añadió otro activista. En un territorio arrasado por dos años de ofensiva israelí, muchos civiles temen que un enfrentamiento interno masivo empeoré aun más la grave situación.

Sin aclararse cuándo se desplegará la International Stabilization Force (ISF), el cuerpo militar extranjero que debería patrullar Gaza según lo pactado en el plan de Trump, Hamás ha desplegado a los miembros de su seguridad interna en los cruces principales de la ciudad de Gaza.
Hamás: afirmar y consolidar su poder
“Creo que lo que Hamás ha estado intentando hacer es movilizar sus fuerzas del Ministerio del Interior, para afirmar y consolidar su control”, dijo Fawaz Gerges, profesor de Relaciones Internacionales en la London School of Economics. Y agregó: “En las zonas bajo su control, podrá destruir a los diversos clanes, saqueadores y milicias porque sus fuerzas son más experimentadas, más hábiles y más decididas”.

La seguridad de Gaza
No obstante, en los últimos meses los clanes rivales se han empoderado, mientras que Hamás lo tendrá difícil para rearmarse, dado que el Ejército israelí mantendrá el control del corredor Filadelfi, en la frontera con Egipto. Por debajo de esta frontera, el grupo islamista contrabandeó armamento por túneles desde que asumió el poder de Gaza en el año 2006.
El profesor Gerges afirmó que Estados Unidos y sus aliados no tenían otra opción que permitir que Hamás desplegara cierta fuerza en Gaza si se quería que el alto el fuego tuviera un impacto significativo. “Sin seguridad no se puede entregar ayuda. Sin seguridad no se puede vivir. Los estadounidenses se dan cuenta de que la única fuerza es Hamás, y esa es la ironía“, consideró.