Por primera vez en sus 21 meses de guerra contra Hamás, el Ejército israelí ha lanzado una incursión terrestre en la ciudad de Deir al Balah, situada en el centro de Gaza, lo que ha provocado el pánico entre las decenas de miles de palestinos desplazados que se habían refugiado allí y ha despertado la alarma de los grupos humanitarios internacionales.
Hasta ahora, Deir al Balah había sido una de las pocas zonas de Gaza que se había librado de un gran ataque terrestre israelí. Su relativa estabilidad la convertía en un centro de operaciones humanitarias y en un salvavidas para los civiles que buscaban refugio de los combates en el norte y el sur del enclave.
El Ejército israelí amplía “sus actividades”
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron el domingo que estaban “ampliando sus actividades” en Deir al Balah, incluyendo “una zona en la que no habían operado antes”. El portavoz en lengua árabe de las IDF, Avichay Adraee, emitió órdenes de evacuación para la ciudad, instando a los residentes a dirigirse hacia el oeste, hacia Al Mawasi, una zona humanitaria designada a lo largo de la costa mediterránea.
#عاجل ‼️تحذير عاجل إلى كل من عاد أو ينوي العودة إلى مناطق بيت لاهيا، جباليا، بيت حانون، الشجاعية، الدرج، المدينة القديمة، التفاح، الزيتون وأحيائها: هذه مناطق قتال خطيرة ممنوع العودة اليها pic.twitter.com/xd4ai1YCz8
— افيخاي ادرعي (@AvichayAdraee) July 20, 2025
Este acontecimiento supone una escalada significativa en el conflicto en curso, que comenzó en octubre de 2023. Las autoridades israelíes habían evitado anteriormente Deir al Balah debido a la preocupación por la posible presencia de rehenes israelíes en la zona. Aún no está claro qué ha motivado el cambio en la estrategia militar.
Condiciones “extremadamente críticas” sobre el terreno
La organización benéfica británica Medical Aid for Palestinians (MAP), que cuenta con personal sobre el terreno en Deir al Balah, describió una situación humanitaria que se deteriora rápidamente.
“La intensidad de los retos en Gaza es indescriptible”, afirmó Mai Elawawda, responsable de comunicación de MAP, a la BBC. “Se están produciendo bombardeos alrededor de nuestra oficina. Los vehículos militares están a solo 400 metros de nuestros compañeros y sus familias, que han pasado una noche terrible tras trasladarse aquí”.
Elawawda añadió que los residentes se encuentran en un dilema desesperado: “Hay un temor creciente tanto por quedarse como por intentar marcharse. Un compañero nos contó que la zona está llena de bombardeos y ataques con cuadricópteros”.
Las imágenes de la zona muestran a familias huyendo con todo lo que pueden llevar, algunas a pie y otras en vehículos sobrecargados. La mayoría no sabe adónde irán después.
Operaciones humanitarias bajo amenaza
Deir al Balah se había convertido en la nueva sede de varias agencias humanitarias después de que las fuerzas israelíes entraran en Rafah, en el sur de Gaza, hace más de un año. La ciudad había conservado algunas infraestructuras críticas: edificios más intactos, suministros limitados de agua procedentes de una planta desalinizadora y puestos médicos en funcionamiento.
La agencia humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) confirmó que los altos funcionarios permanecen en Deir al Balah a pesar del empeoramiento de la situación de seguridad.
Tom Fletcher, subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, publicó en X (antes Twitter) que había hablado con Jonathan Whittall, que dirige las operaciones de la OCHA en los Territorios Palestinos y se encuentra actualmente en la ciudad. “Está en Deir el Balah, Gaza, mientras se intensifican los ataques aéreos israelíes”, escribió Fletcher. “Está rodeado por nuestro equipo y por los civiles a los que nos quedamos para ayudar. Son lo mejor de la ONU. Tienen un valor y una integridad excepcionales”.
Una ciudad de desplazados, ahora de nuevo en movimiento
Antes de la última ofensiva, Deir al Balah se había llenado de personas desplazadas, muchas de las cuales ya se habían visto obligadas a huir en múltiples ocasiones. La infraestructura local estaba sometida a una presión enorme, pero seguía funcionando, en contraste con la devastación del norte y el sur de Gaza.
Ahora, la repentina ofensiva militar amenaza con deshacer la poca estabilidad que quedaba.
“Es difícil exagerar el trauma”, indicó un trabajador humanitario que habló bajo condición de anonimato a la BBC. “Se suponía que esta ciudad era un lugar de último recurso. Ahora es otro frente”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han proporcionado detalles sobre los objetivos de la operación ni sobre la duración de su presencia en Deir al Balah. Las autoridades israelíes afirman que las operaciones continúan y que su objetivo es desmantelar la infraestructura de Hamás, que, según alegan, sigue estando integrada en zonas civiles.
La comunidad humanitaria lleva meses advirtiendo de que la densamente poblada Gaza, ahora en su mayoría desplazada, se enfrenta al colapso casi total de los sistemas de salud, saneamiento y refugio. Se prevé que la última ofensiva empeore aún más una situación ya de por sí grave.
Una vez más, quienes buscaron refugio en Deir al Balah se ven ahora obligados a desplazarse de nuevo, con un destino incierto y sin visos de mejorar.