Francia tiene un nuevo primer ministro, el quinto desde 2024 y el séptimo desde que el presidente Emmanuel Macron llegó al poder en 2017. Este martes, menos de 24 horas después de que el primer ministro François Bayrou le presentara su dimisión en el Palacio del Elíseo, Macron ha nombrado a Sébastien Lecornu, de 39 años y ministro de Defensa, para dirigir el Gobierno. La medida es una señal tanto de lealtad al círculo íntimo de Macron como del equilibrio de poder cada vez más frágil en la política francesa.

El Elíseo definió la misión de Lecornu en términos de consulta y búsqueda de consenso. El nuevo primer ministro tendrá la tarea de “consultar a los partidos políticos para alcanzar los acuerdos indispensables para las decisiones de los próximos meses”, según el palacio presidencial. El mandato refleja la dificultad del ejecutivo para manejar una Asamblea Nacional fragmentada, donde los anteriores primeros ministros tropezaron con el fantasma del presupuesto (que debe aprobarse antes de 2026) acechando.

Las prioridades de Lecornu
Poco después de su nombramiento, Lecornu expresó su gratitud al presidente, agradeciendo a Macron su “confianza” y elogiando al líder centrista François Bayrou por su “valentía”. En las redes sociales, esbozó sus prioridades: defender la independencia y el poder de Francia, servir a los ciudadanos y garantizar la estabilidad política e institucional.
Le Président de la République m'a confié la tâche de construire un Gouvernement avec une direction claire : la défense de notre indépendance et de notre puissance, le service des Français et la stabilité politique et institutionnelle pour l'unité du pays.
Je tiens à le…
— Sébastien Lecornu (@SebLecornu) September 9, 2025
Un lugarteniente de confianza de Macron
Lecornu, que en su día fue miembro de la UMP, de centro-derecha, lleva en el Gobierno desde 2017, donde ha ocupado varias carteras y ha sobrevivido a la reciente agitación política de Francia. Su rápido ascenso, a pesar de su relativa juventud, refleja la confianza de Macron en un pequeño grupo de leales. Según describen en “Le Figaro”, tiene fama de ser pragmático, dispuesto a capear las crisis y adaptarse a las circunstancias cambiantes.

Pero el reto que tiene por delante es enorme. El Palacio de Matignon se ha convertido en una puerta giratoria en los últimos años, con cuatro primeros ministros expulsados en rápida sucesión por un panorama parlamentario hostil. Lecornu llega con experiencia en la gestión de la defensa y las crisis, pero sigue siendo incierto si podrá estabilizar el Gobierno donde otros fracasaron.
La oposición a la ofensiva
El nombramiento fue recibido con críticas inmediatas por parte de la oposición. Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Rassemblement National, rechazó la elección como prueba de que Macron está “atrincherado con su pequeño círculo de leales”. Advirtió que, tras “las inevitables elecciones legislativas futuras, el primer ministro será Jordan Bardella“, la estrella en ascenso de su partido.
Le Président tire la dernière cartouche du macronisme, bunkerisé avec son petit carré de fidèles. Après les inéluctables futures élections législatives, le Premier ministre s’appellera Jordan Bardella.
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) September 9, 2025
Estas reacciones ponen de relieve la presión a la que se enfrentará Lecornu tanto en el Parlamento como en las calles. El nuevo primer ministro hereda un campo minado político: inflación, descontento social y una oposición envalentonada que ve a Macron debilitado.
Juventud y experiencia
A sus 39 años, Lecornu es uno de los primeros ministros más jóvenes de la historia de la Quinta República, pero a menudo bromea diciendo que “nació viejo”. Curtido por más de dos décadas en la política —se unió a la UMP cuando era adolescente en su ciudad natal de Vernon, en Normandía—, encarna tanto la renovación como la continuidad de la clase política francesa.

Su llegada a Matignon puede ofrecer a Macron un respiro a corto plazo. Pero con el agravamiento de las divisiones y la erosión de la confianza en las instituciones, el mandato de Lecornu podría convertirse rápidamente en otro capítulo de un ciclo de inestabilidad. La pregunta es si la lealtad y la experiencia serán suficientes para calmar una crisis política que ya se ha cobrado a tantos de sus predecesores.
Es más, en su primer día al frente del Gobierno de Francia, Lecornu se enfrentará a una jornada de protestas con llamamientos a bloquear el país, impulsados a través de las redes sociales.