La experta

Maria Martisiute, experta en Defensa: “Europa es un terreno fértil para probar modelos de guerra híbrida. Somos vulnerables y no sabemos disuadir””

Maria Martisiute, investigadora del European Policy Centre (EPC), considera que Europa debe actuar rápido y coordinadamente para evitar daños mayores ante posibles ataques a sus infraestructuras energéticas

Experta
La experta en Defensa Maria Martisiute, del EPC, responde a las preguntas de Artículo14
KiloyCuarto

El apagón eléctrico que paralizó buena parte de España el lunes ha vuelto a poner en el centro del debate público una cuestión crítica: la fragilidad de las infraestructuras esenciales energéticas. A pesar de la rápida recuperación del servicio en algunas zonas, los efectos fueron dramáticos, ya que hospitales quedaron sin suministros, transportes se paralizaron y millones de ciudadanos vivieron a oscuras durante horas.

Aún se desconocen las causas, pero el episodio ilustra con claridad lo que muchos expertos llevan años advirtiendo: la infraestructura energética europea no está preparada para resistir ni ataques complejos ni accidentes inesperados.

Metro
Usuarios del Metro de Madrid abandonan una de las estaciones tras registrarse el apagón a nivel peninsular
Efe

Mitigar las carencias

Más allá del impacto inmediato, el corte ha suscitado preguntas profundas sobre la seguridad energética del viejo continente. Maria Martisiute, investigadora en seguridad, defensa y asuntos exteriores del European Policy Centre (EPC) de Bruselas, tiene claro que Europa debe actuar con urgencia para mitigar las carencias.

-¿Cómo valora el reciente apagón eléctrico en España?

-Aunque todavía no está claro si fue un ciberataque o un fallo técnico, nos recordó que nadie está a salvo. Incluso en sociedades digitalizadas como las nuestras, estas cosas siguen sorprendiendo. El apagón debería ser una llamada de atención para los países del sur de Europa, como España, Portugal o Italia, donde a veces la inversión en resiliencia no es prioritaria. Tenemos que estar mejor preparados a nivel de gobierno, sociedad y también en coordinación transfronteriza y europea.

-¿Qué nos revela este incidente sobre las debilidades actuales del sistema energético europeo?

-Uno de los principales problemas es la falta de interconexión. Se dice que la Península Ibérica funciona como una isla energética. Si eso es cierto, es muy preocupante. Toda Europa debe estar plenamente integrada en una red común, como lo están ahora los Estados Bálticos tras sincronizarse con la red continental. Esa integración no es solo técnica, sino estratégica. Una red unificada mejora la protección, la coordinación y la capacidad de respuesta ante incidentes.

-Usted ha estudiado los ataques rusos a la red eléctrica ucraniana. ¿Qué paralelismos ve con la situación europea?

Ucrania ha sufrido ataques físicos y cibernéticos a gran escala y, sin embargo, ha logrado mantener funcionando su red. Han invertido en tecnologías nuevas, incluida la inteligencia artificial defensiva, y han desarrollado una cultura de anticipación. Europa debe inspirarse en esa estrategia: debemos dejar de gastar en reparar y empezar a invertir en prevenir.

Pasajeros aglomerados en el aeropuerto de Lisboa este martes tras el apagón
Efe

Además, la Inteligencia Artificial ofensiva representa un nuevo desafío. Estas herramientas son rápidas, difíciles de detectar y capaces de aprender solas. Pueden identificar vulnerabilidades y explotarlas antes de que los humanos lo noten. Por ello, es urgente tomarse en serio la resiliencia de nuestras infraestructuras.

-¿Están preparadas las infraestructuras energéticas europeas para resistir ciberataques complejos?

-No, en absoluto. Según datos de la Comisión Europea, se tarda 190 días en detectar un ciberataque a gran escala. Aunque si hay ciertos avances en normativa y concienciación, en temas clave aún no hay obligaciones claras. El escudo europeo de ciberseguridad es voluntario. Algunos países crean centros de detección, pero otros no. Es un mosaico muy fragmentado.

-¿Se integra suficientemente la ciberseguridad energética en la estrategia de Defensa?

-Estamos mejor que hace unos años, pero aún lejos del nivel necesario. Europa debe actuar con más unidad. Tenemos directivas, pero no una cultura común de anticipación. La preparación sigue dependiendo de cada país.

-¿Qué papel deberían jugar organismos como la OTAN o ENISA (agencia de ciberseguridad europea) en esta protección?

-Debería existir una mayor coordinación entre la OTAN y la UE, especialmente en ejercicios de prueba y simulacros. La Alianza Atlántica ya ha probado tecnologías defensivas en infraestructuras submarinas, como en Portugal, pero es necesario ampliar su alcance e incluir al sector privado y la ciudadanía.

Apagón
Fotografía de la Gran Vía sin luz el lunes durante el apagón masivo del sistema eléctrico en Madrid
Efe

Muchas infraestructuras críticas están en manos privadas. En situaciones de emergencia, estas empresas deben tener la obligación legal de cooperar y compartir información con las autoridades. No puede haber excusas comerciales cuando está en juego la seguridad nacional.

-Usted ha defendido en un artículo que ‘la preparación civil es un derecho’. ¿Cómo puede traducirse esto en políticas públicas?

-La gente debe saber cómo actuar si falla la electricidad. Hacerse preguntas como: ¿Tienes agua? ¿Comida? ¿Medicinas? ¿Cómo ayudarías a tu vecino? Los ciudadanos deben estar preparados para sobrevivir al menos 72 horas sin servicios básicos. En Lituania o Suecia, esa información la distribuyen los gobiernos sin que nadie la pida. En otros países, como Bélgica o España, hay un vacío.

Kit de emergencia por apagón eléctrico

-La ciudadanía debería exigir más…

-Organizarse, informarse y exigir transparencia. Un ciudadano puede ser ingeniero, especialista en tecnologías de la información o simplemente alguien con recursos para ayudar en su comunidad. Todos podemos contribuir. La resiliencia debe construirse desde abajo. En momentos críticos, es fundamental la aportación de voluntarios civiles.

-¿Qué implicaciones geopolíticas tienen estos incidentes?

-Otros actores malignos como Rusia, China, Irán o grupos criminales pueden emplear estas tácticas. Europa es un terreno fértil para probar modelos de guerra híbrida. Somos vulnerables y no sabemos disuadir. Si con toda la evidencia que ya tenemos no actuamos, la culpa ya no es de Rusia, sino de nuestros gobiernos. Es una cuestión de responsabilidad política.

-¿Qué medidas deben tomarse a corto y medio plazo?

-Se deben aplicar reformas legales para obligar a compartir datos en emergencias, inversión en nuevas tecnologías, ejercicios regulares de simulación y estrategias nacionales actualizadas. También es necesario acabar con la mentalidad de “redes aisladas”: Europa debe funcionar como una única red energética integrada.

-¿Cómo imagina la arquitectura energética europea en 10 años?

-Una red resiliente, interconectada y con alta ciberseguridad. Pero también, una sociedad preparada. Necesitamos construir una cultura de resiliencia, donde gobiernos, empresas y ciudadanos actúen juntos. Es hora de dejar de improvisar y empezar a planificar con visión de futuro.