Tribuna

Migajas desde el cielo: la desesperada lucha por la supervivencia en Gaza

Estos lanzamientos implican un trato humillante ya que la población debe disputarse en el suelo –bajo riesgo de lesiones o muerte– los paquetes arrojados desde el aire

Avión
El Ejército Real Jordano lanza ayuda humanitaria desde el aire sobre el norte de la Franja de Gaza
Efe

Desde hace varios meses, Israel ha implementado una estrategia particularmente controvertida que está llevando a la población gazatí a una situación extrema. Como buena parte de la comunidad internacional ha denunciado durante un tiempo más que considerable, este plan se traduce en una batería de medidas tan catastróficas como devastadoras –todo calificativo parece quedarse corto a la hora de describir la gravedad de lo que está ocurriendo– que han sido impuestas por el Estado israelí y han hecho prácticamente imposible el acceso a alimentos básicos en Gaza.

Para comprender el grado de tensión que existe en estos momentos, es necesario retroceder en el tiempo y señalar algunos hitos clave que muestran la evolución de una situación que está alcanzando niveles difíciles de calificar, asimilar y soportar desde cualquier perspectiva ética. En definitiva, considero imprescindible desgranar –aunque sea a grandes rasgos– el conjunto de acciones que han contribuido a la progresiva degradación de las condiciones de vida de la población en Gaza en los últimos meses, hasta el punto de que –según advierten los expertos– sus efectos acabarán impactando en las generaciones venideras.

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Palestinos desplazados internos transportan sacos de harina cerca de un punto de distribución de alimentos en Zikim
Efe

Así pues, en un primer momento, hay que indicar que en marzo el Ejecutivo israelí impuso un bloqueo total a la ayuda humanitaria en la zona. Esta estrategia agravó de manera considerable la crítica situación en la que ya se encontraban los gazatíes, quienes desde octubre del año 2023 han sido atacados día y noche de manera indiscriminada por las fuerzas militares israelíes. Meses después, Israel delegó exclusivamente en la Fundación Humanitaria en Gaza la distribución de productos básicos. Esta decisión fue ejecutada de forma profundamente deficiente al –entre otras cuestiones– establecer escasos y fuertemente militarizados puntos de suministro en los que la población congregada para obtener víveres era, repentinamente, objeto de disparos. El resultado fue a todas luces espeluznante: el número de personas muertas y/o heridas que pretendían acceder a alimentos básicos pasó a engrosar el siniestro listado de víctimas de una contienda bélica en la que se están vulnerando de forma sistemática los principios del derecho internacional humanitario.

La difusión de imágenes desgarradoras que mostraban a los habitantes de Gaza huyendo despavoridos –en el mejor de los casos– de los disparos realizados por las fuerzas israelíes cuando intentaban alimentarse se propagó como la pólvora. Ello, con toda probabilidad, llevó a Israel a permitir recientemente la participación de la Organización de las Naciones Unidas en la distribución de ayuda humanitaria. Sin embargo, dicha intervención no ha supuesto una mejora significativa de la situación. Es más, la citada organización se convirtió en testigo directo de la crueldad ejercida por Israel al constatar cómo, una vez que sus camiones lograban superar los controles correspondientes, la población era atacada durante la distribución de comida. Como colofón a todo lo anterior, las autoridades de Gaza están informando regularmente del aumento de muertes por inanición; una situación que afecta tanto a adultos como a niños.

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El Hospital de la Sociedad Benéfica de Amigos del Paciente de Ciudad de Gaza está atestado de madres ojerosas y niños cabezudos con cuerpos demasiado pequeños; ojos hundidos, tripas hinchadas y brazos diminutos
Efe

Ante esta mezquina forma de proceder, la indignación de buena parte de la comunidad internacional no ha hecho más que acrecentarse. En consecuencia, Israel se ha visto en la tesitura de tener que reaccionar frente a una condena cada vez más firme conforme a la cual se denuncia el desprecio absoluto hacia los derechos de los gazatíes. Ante la alarma internacional generada, el Estado israelí ha vuelto a reaccionar, estableciendo desde el pasado domingo una serie de pausas estratégicas en al menos tres zonas de Gaza con el objetivo de facilitar la entrada de ayuda humanitaria. Esta “ventana de esperanza” se abre, según parece, a las 10:00 y se cierra a las 20:00 hora local. Así se mantendrá la situación hasta nuevo aviso. En esta misma línea, se han habilitado rutas supuestamente seguras para proporcionar la asistencia requerida.

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Palestinos intentan conseguir sacos de harina de un camión de ayuda cerca de un punto de distribución de alimentos en Zikim
Efe

En paralelo, hay que poner de relieve que se han retomado los lanzamientos de ayuda desde el aire. En estas operaciones, se está distribuyendo principalmente harina y azúcar. No obstante, las críticas hacia este modus operandi están siendo demoledoras. Ello se debe al carácter limitado de la maniobra en cuestión, la cual se erige como una especie de pequeña gota en el océano dada la grave situación de hambre y miseria en la que se encuentra Gaza. Asimismo, se ha puesto énfasis en el peligro que entraña para todo aquel que se aproxima a recoger los suministros distribuidos. Otra cuestión no menor es el trato humillante que estos lanzamientos implican, ya que la población debe disputarse en el suelo –bajo riesgo de lesiones o muerte– los paquetes arrojados desde el cielo como si fueran meras migajas.

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El Ejército de los Emiratos Árabes Unidos lanza ayuda humanitaria desde el aire sobre la parte sur de la ciudad de Gaza
Efe

Desde mi punto de vista, esta táctica despoja a los gazatíes de su dignidad más elemental y convierte la desesperación por sobrevivir en parte de su vida cotidiana. En otras palabras, estos lanzamientos presentan como algo aceptable el hecho de que seres humanos arriesguen sus vidas para simplemente conseguir comida. Es, además, inquietante comprobar que ello está sucediendo con la aquiescencia de otros Estados, algunos de los cuales se están involucrando precisamente en esta forma de distribuir la ayuda en cuestión. A la luz de este tenebroso escenario, debemos tener muy presente lo que establece el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y repetirlo a modo de mantra: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Parece que estamos dejando a un lado las ideas y/o conceptos más esenciales. Hay que andarse con ojo, ya que sin ellos nos abocamos a un horizonte siniestro en el que parece cada vez más complicado atisbar algo de luz.