La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha alcanzado un nuevo punto crítico. El Gobierno de Donald Trump ha desplegado buques de guerra y miles de militares en aguas del Caribe. Eso ha provocado la reacción inmediata de Nicolás Maduro, que ha movilizado a millones de milicianos en todo el país. La situación ha encendido las alarmas en América Latina, donde crecen las voces que temen una escalada sin precedentes.
El despliegue militar de Washington y la respuesta de Nicolás Maduro
El anuncio de la Casa Blanca de desplegar tres buques de guerra, aviones y lanzamisiles en aguas latinoamericanas se presentó como parte de una estrategia contra el narcotráfico. Sin embargo, para Nicolás Maduro, esta acción constituye una amenaza directa a la soberanía venezolana.
En total, unos 4.000 militares estadounidenses, en su mayoría de la Marina, permanecerán en el Caribe durante varios meses. El mensaje de Trump es claro: reforzar el control marítimo para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos. No obstante, el gesto ha sido interpretado en Caracas como un intento encubierto de desestabilizar al Gobierno chavista.

Frente a este movimiento, Nicolás Maduro ha ordenado desplegar a más de 4,5 millones de milicianos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Estas milicias, creadas por Hugo Chávez, están integradas por voluntarios que colaboran con el ejército regular en tareas de defensa.
Maduro ha descrito este despliegue como un “plan de paz”. Aunque en su discurso ha llamado a los milicianos a estar “preparados, activos y armados” en todo el país. Su mensaje mezcla desafío y victimismo, acusando a Estados Unidos de lanzar amenazas “estrambóticas y estrafalarias” contra Venezuela.
Acusaciones de narcotráfico y el fantasma de una invasión
El conflicto se enmarca en un endurecimiento de las acusaciones contra Nicolás Maduro por parte de Washington. La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, duplicó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su arresto.
El Gobierno de Trump acusa al presidente venezolano de liderar un cártel internacional de narcotráfico y de conspirar para introducir toneladas de cocaína en Estados Unidos. Maduro rechaza de plano estas acusaciones, asegurando que reflejan “el fracaso de las políticas estadounidenses en la región” y calificando a su rival como un “imperio loco”.

El despliegue militar estadounidense ha avivado los temores en América Latina de una intervención directa. El presidente colombiano, Gustavo Petro, advirtió que si Trump busca una invasión, “convertiría a Venezuela en otra Siria” y arrastraría a Colombia a un conflicto regional de consecuencias imprevisibles.
Para Nicolás Maduro, estos movimientos son la confirmación de que Washington busca su derrocamiento. De ahí sus mensajes cargados de simbolismo, comparando a Venezuela con David frente a Goliat y asegurando que el país tiene “con qué defenderse”.