Save the Children ha hecho un llamado urgente para transformar la inminente pausa en las hostilidades en Gaza en un alto el fuego duradero. “La ayuda humanitaria es una obligación legal, no un punto de negociación política”, afirmó Inger Ashing, directora general de la entidad, en un momento en que nuevos datos científicos confirman el deterioro extremo de la salud infantil en la Franja tras dos años de guerra.
Ashing declaró que “con las bombas y las balas silenciadas, las familias podrán pensar en el futuro, en la reconstrucción y la recuperación. Las personas privadas de libertad, incluidos los rehenes y algunos de los muchos palestinos detenidos, podrán regresar con sus familias.” Y añadió: “Nos atrevemos a esperar que este paso ofrezca una oportunidad colectiva de poner fin al sufrimiento desmedido que se ha prolongado durante demasiado tiempo”.
Save the Children considera que este es un momento decisivo para proteger a la infancia palestina, pero advierte que la supervivencia de los niños y niñas solo estará garantizada si la pausa se convierte en un alto el fuego definitivo y duradero.

Crisis humanitaria
Las declaraciones de la ONG se producen poco después de que The Lancet publicara un estudio liderado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, que revela que casi 55.000 menores de seis años en Gaza sufren desnutrición aguda. Esta cifra, muy superior a la oficialmente registrada hasta ahora, pone en evidencia el impacto devastador de las restricciones impuestas a la entrada de suministros y del prolongado conflicto armado.
El estudio establece un vínculo claro entre las limitaciones israelíes al acceso de ayuda humanitaria y el aumento de la malnutrición infantil. Israel niega su responsabilidad, asegurando que permite la entrada suficiente de alimentos y culpando a las agencias internacionales de ineficacia.
Los investigadores midieron el perímetro braquial de 220.000 niños de entre seis meses y cinco años entre enero de 2024 y agosto de 2025. Los resultados muestran un deterioro progresivo: del 5 % de casos de desnutrición aguda en enero de 2024, se pasó a casi el 9 % seis meses después. Tras el endurecimiento de las restricciones a finales de 2024, la cifra se duplicó.
La tregua temporal redujo la prevalencia, pero el posterior bloqueo de 11 semanas volvió a disparar los niveles de desnutrición hasta casi el 16 %. De ese porcentaje, una cuarta parte de los casos corresponde a desnutrición aguda severa, la forma más peligrosa de la enfermedad.
En términos absolutos, más de 54.600 niños necesitan atención médica y nutricional urgente, incluyendo 12.800 en estado crítico.

Paz duradera
Ashing subrayó que Gaza necesita un flujo constante de ayuda humanitaria para evitar más muertes por inanición, enfermedades y heridas. “Save the Children está dispuesta a aumentar su apoyo y a suministrar ayuda humanitaria a los niños y niñas que la necesitan desesperadamente”, afirmó.
La organización recordó que cualquier tregua debe incluir mecanismos de rendición de cuentas por la pérdida de decenas de miles de vidas y medidas para proteger a los menores sobrevivientes, cuyas secuelas físicas y psicológicas perdurarán en el tiempo. “Esta pausa y cualquier alto el fuego que pueda seguir deben garantizar la rendición de cuentas por la pérdida de decenas de miles de vidas y por el grave daño causado a los niños y niñas supervivientes”, enfatizó.
Asimismo, pidió a la comunidad internacional abordar las causas estructurales de la violencia. “Esto también significa abordar las causas profundas de los repetidos estallidos de violencia y de una crisis de derechos de la infancia que se prolonga desde hace décadas, poniendo fin a la ocupación, levantando el bloqueo de Gaza y creando las condiciones para una paz duradera y definitiva”, declaró Ashing.

Impactos visibles
La investigación médica documenta cómo las ofensivas militares y los bloqueos se han traducido directamente en un aumento de casos de desnutrición en distintas zonas de Gaza. En Rafah, los niveles se cuadruplicaron tras una gran ofensiva israelí, para luego disminuir momentáneamente durante el alto el fuego de abril. En Ciudad de Gaza, los casos se quintuplicaron desde marzo, alcanzando el 30 % en agosto.
James Elder, portavoz de Unicef, describió un panorama desesperado: “hay mucha pánico, mucha gente con hambre”. Añadió que “es muy difícil describir los niveles de desesperación. Hay decenas de miles de niños. Cerca de dos tercios de la población no puede salir. Hay mujeres embarazadas que comen una vez al día. Más camiones están entrando, pero es una fracción de lo que necesitamos”.
Mientras continúan las conversaciones indirectas entre Israel y Hamás en Egipto, con un plan que propone alto el fuego, liberación de rehenes y entrada de ayuda sin interferencias, Save the Children insiste en que solo un cese definitivo de las hostilidades, acompañado de medidas concretas de justicia y acceso humanitario, puede garantizar los derechos de la infancia palestina.
“Cualquier medida que no alcance un alto el fuego definitivo y una rendición de cuentas integral será insuficiente para garantizar la seguridad, la asistencia y los derechos que los niños y niñas palestinos necesitan, merecen y a los que tienen derecho”, concluyó Ashing.