Esta semana arranca el cónclave para elegir al Papa 267º tras el periodo de misas novendiales. El cónclave se celebrará en la imponente Capilla Sixtina del Vaticano, que estará cerrada al público mientras dure la votación.
Ante este 7 de mayo, en Artículo14 preguntamos a Sarah Shortall, profesora adjunta de Historia en la Universidad de Notre Dame sobre el futuro Papa. Shortall, que es historiadora intelectual y cultural de la Europa moderna, con especial interés por la Francia moderna, el pensamiento católico y la relación entre religión y política, explica que “el rostro demográfico de la Iglesia sigue desplazándose inexorablemente de Europa y Norteamérica al Sur Global”.

Asimismo, la experta destaca que “dado que muchos de los cardenales votantes serán nuevos en el proceso de selección de un Papa y puede que no se conozcan bien entre ellos, hay bastante incertidumbre sobre el resultado de este cónclave en particular”.
Sobre el fallecido Papa, Shortall recuerda que “Francisco estaba mucho más interesado en ser un pastor, tanto para los católicos como para los que están fuera de la Iglesia”.
-¿Cuál será el principal desafío para el nuevo Papa?
-Son muchos los retos a los que se enfrentará el nuevo Papa, tanto dentro de la Iglesia como en el resto del mundo. Uno de ellos será cómo gestionar las divisiones políticas e ideológicas dentro de la Iglesia, que reflejan la polarización política más amplia en muchos países del mundo. Esto ha sido quizás más evidente en las tensiones entre el Papa Francisco y algunos miembros de la Iglesia estadounidense, especialmente los conflictos sobre el uso de la Misa en latín y los esfuerzos de algunos prelados estadounidenses para negar la Eucaristía a los políticos católicos proabortistas (incluido el expresidente Biden). Dado el actual clima político en Estados Unidos y fuera de él, con un populismo de extrema derecha y un nacionalismo cristiano en alza, cabe suponer que estas tensiones seguirán dividiendo a la Iglesia y que el nuevo Papa tendrá que encontrar la manera de gestionarlas.
-¿Cómo valora el papado del Papa Francisco? ¿Fue realmente revolucionario?
-No estoy segura de calificar exactamente de revolucionario el papado del Papa Francisco, pero eso no significa que no haya tenido consecuencias. Más que en cualquier reforma concreta de las instituciones eclesiásticas o de la doctrina, creo que la importancia de su papado radica sobre todo en el cambio de tono que ha introducido y en el modo en que ha desplazado las prioridades del papado desde las preocupaciones por la reproducción, la sexualidad y la secularización hacia un énfasis en los pobres, los inmigrantes y el medio ambiente. Creo que ese cambio refleja en parte su enfoque más pastoral (en contraste con Benedicto XVI, que era más teólogo). Francisco estaba mucho más interesado en ser un pastor, tanto para los católicos como para los que están fuera de la Iglesia. Realmente ha tratado de dar ejemplo de humildad y compasión por los miembros más marginales de nuestra sociedad a través de sus propias acciones, como lavando los pies a los presos, como hacía a menudo en el período previo a la Pascua. El otro aspecto del legado del Papa Francisco que yo destacaría es el modo en que ha reorientado la Iglesia hacia las prioridades y preocupaciones de los católicos del Sur Global. Esto quedó claro en la insistencia del Papa en que la Iglesia debe salir a las «periferias», y es un principio que ha intentado incorporar también al modo en que la Iglesia se gobierna a sí misma. Al afirmar el principio de «sinodalidad», ha tratado de descentralizar la toma de decisiones y fomentar un mayor diálogo, consulta y participación de todos los fieles en la misión de la Iglesia. Aunque él mismo no está asociado a la teología de la liberación que surgió de forma más prominente en América Latina en las décadas de 1960 y 1970, la especial preocupación del Papa por los pobres y los marginados está muy en consonancia con el compromiso de la teología de la liberación con la «opción preferencial por los pobres». Esta preocupación también se manifiesta en las enseñanzas del Papa Francisco sobre el medio ambiente, que ha subrayado el modo en que el cambio climático y la devastación ecológica afectan de manera desproporcionada a los pobres y a los países más pobres, así como en su constante preocupación por los derechos de los migrantes. En todos estos aspectos, creo que el Papa Francisco ha puesto en primer plano las prioridades y preocupaciones de los católicos del Sur Global. Dado que el rostro demográfico de la Iglesia sigue desplazándose inexorablemente de Europa y Norteamérica al Sur Global, es probable que estas cuestiones sigan siendo apremiantes para quien suceda al Papa Francisco, y hay mucho más en juego en estas cuestiones que un simple conflicto entre fuerzas más «conservadoras» o «progresistas» dentro de la Iglesia.

-¿Continuará el próximo Papa con su legado de reformas y aperturas, o al contrario?
-Esto es muy difícil de predecir, y como historiadora, ¡no estoy en el negocio de predecir el futuro! Diré que el Papa Francisco nombró a una gran mayoría de los cardenales que votarán en el próximo cónclave, aunque no podemos asumir necesariamente que todos ellos compartirán sus prioridades precisas y su visión de la Iglesia. De hecho, dado que muchos de los cardenales votantes serán nuevos en el proceso de selección de un Papa y puede que no se conozcan bien entre ellos, hay bastante incertidumbre sobre el resultado de este cónclave en particular.
-En el mundo hay unos 1.400 millones de católicos. Brasil tiene la mayor población católica y el catolicismo crece más rápidamente en África… ¿Tendrán esto en cuenta los cardenales a la hora de decidir quién será el nuevo Papa? ¿Qué inclinará la balanza?
-De nuevo, esto es muy difícil de predecir. Diré que los cardenales tienen en cuenta muchos factores a la hora de elegir a un nuevo Papa, entre ellos sus puntos de vista teológicos y sus prioridades para la Iglesia, pero también su estilo de liderazgo y su capacidad para dirigir a las personas, que son, por supuesto, aptitudes importantes para el líder de una institución tan vasta. En cuanto a si los cardenales darán prioridad a la elección de otro Papa del Sur Global, dado que la base demográfica de la Iglesia está cambiando cada vez más en esa dirección, es difícil de decir. Pero sí diré que los nombramientos del Papa Francisco en el colegio cardenalicio lo han hecho mucho más reflejo de esa realidad demográfica y menos de la mitad de los cardenales que pueden votar en el próximo cónclave proceden ahora de Europa.