La recién nombrada primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, la primera mujer en ocupar este cargo, ha anunciado este lunes que su Gobierno ha comunicado oficialmente a Corea del Norte su deseo de celebrar una cumbre con el líder Kim Jong Un, lo que supone una audaz iniciativa diplomática apenas dos semanas después de asumir el cargo.
En una reunión nacional celebrada en Tokio a la que asistieron familiares de ciudadanos japoneses secuestrados por Pyongyang hace décadas, Takaichi declaró que la resolución del problema de los secuestros era una prioridad máxima para su Administración.

“Ya hemos comunicado a Corea del Norte nuestro deseo de celebrar una cumbre“, afirmó. “No hay tiempo que perder. Resolver esta cuestión mientras las familias aún gozan de buena salud es esencial tanto para Japón como para Corea del Norte a fin de imaginar un futuro en el que ambas naciones disfruten de paz y prosperidad”.
El anuncio reaviva una de las cuestiones más delicadas y emotivas de la política exterior japonesa: el destino de al menos 17 ciudadanos japoneses secuestrados por agentes norcoreanos en los años setenta y ochenta. A cinco de ellos se les permitió regresar a casa tras la histórica visita del entonces primer ministro Junichiro Koizumi a Pyongyang en 2002, pero Corea del Norte insiste en que los casos restantes se han resuelto, una postura que Tokio sigue rechazando por “inaceptable”.

Takaichi, conocida por sus credenciales nacionalistas y sus estrechos vínculos con el ala conservadora del Partido Liberal Democrático, en el poder en Japón, enmarcó esta iniciativa como un imperativo humanitario y un paso hacia la estabilidad regional.
“Para construir una nueva relación mutuamente fructífera, tengo la intención de reunirme cara a cara con el presidente Kim Jong Un como líderes, tomar la iniciativa yo misma, actuar con audacia según la situación y lograr resultados concretos”, afirmó.

Sus declaraciones reflejan el discurso de anteriores líderes japoneses que han buscado el diálogo con Pyongyang, aunque pocos han logrado establecer un compromiso significativo. Aun así, la condición de Takaichi como primera mujer líder de Japón -y su aparente disposición a “no descartar ninguna opción”- sugieren una disposición a recalibrar el enfoque de Tokio.
Sin embargo, los analistas advierten que Corea del Norte sigue mostrándose reacia a comprometerse con Japón, especialmente ahora que profundiza sus lazos con Rusia y China en medio de las crecientes tensiones geopolíticas en la región. Pyongyang sostiene que el tema de los secuestros está cerrado y sigue vinculando cualquier deshielo diplomático a concesiones más amplias por parte de Tokio, incluida una posible ayuda económica.

Sin embargo, para los familiares de los secuestrados, ya entrados en años, las palabras de Takaichi supusieron un rayo de esperanza. Muchos han pasado décadas luchando por el regreso de sus seres queridos, mientras el tiempo -y las generaciones- se les escapan.
“No hay tiempo que perder”, repitió Takaichi este lunes. “Este es un asunto que no puede esperar”.



