Paso a paso, Felipe VI cede protagonismo a su hija en los premios Princesa de Asturias. En esta decimoprimera edición, el discurso del Monarca ha sido notoriamente más breve que el de su hija, quien ha añadido más peso y enjundia sociopolítica a sus palabras. En esta línea, el Jefe del Estado ha tenido las primeras palabras para su primogénita y heredera, a quien ha reconocido “nuevas pruebas de madurez y sensibilidad”, y “un papel también más activo en la vida pública”.
Y ha sido tras este mensaje cuando el Jefe del Estado ha aseverado: “Me corresponde ir cediéndole ya este espacio”. En lo que ha sonado a despedida, el Rey ha mostrado su intención “firme” de mantenerse vinculado a los Premios, a la Fundación y a Asturias, “una tierra querida de la que no puedo concebir ¡Y menos la Reina! estar lejos”. Así, “presente o no”, ha dicho, “estaré siempre comprometido con sus objetivos, valores y futuro”. Una declaración emotiva para Don Felipe, tras 44 años presidiéndolos.

El Monarca abre así la vía a que en las siguientes ediciones, la Princesa asuma la presidencia de estos galardones sin que el Jefe del Estado le abra paso en sus discursos, y sea así ella quien asuma la responsabilidad de dirigir el acto. Una situación que el Monarca ha querido que tenga lugar de manera progresiva. Los primeros pasos en esta línea han ido dirigidos a clausurar el acto, realizar el “elogio” a los premiados, y en esta edición, pronunciar ella el discurso en el pueblo ejemplar.
Los extremos “inquietantes” para Don Felipe
En su discurso, el Monarca ha hecho una reflexión acerca de los extremos del mundo que vivimos. “Tenemos por un lado el cultivo de un individualismo radical”, ha afirmado, “que puede llevar tanto a la indiferencia como a la soledad. Don Felipe ha tachado de “paradójico” el hecho de que, en sociedades tan interconectadas como las actuales”, estén llenas de “personas que se sienten solas”.
Por el otro lado, Don Felipe ha alertado de una “pulsión globalizadora que todo lo homogeneiza”, y que, a su juicio, “degrada la diversidad”. En esta línea el Jefe del Estado ha alertado del peligro de las redes, que abren debates que “sobrevuelan los valores”.

El Rey ha aclarado que “educar en valores” no implica negar la realidad, ni tampoco negar los cambios tecnológicos que son “parte ya de nuestra vida”, ya que, ha aseverado, “gestionados con sentido ético pueden ser un aporte extraordinario para todos“. Para Don Felipe, consiste en “encontrar ese camino intermedio entre la comunidad y la persona, el respeto por lo colectivo y el valor del individuo”.

La ovación a la Reina Sofía
Como es tradición, la Reina Sofía ha asistido al acto, ya que, como transmite de forma constante, le emociona ver cómo su nieta progresa y lo hace con cada vez mayor aplomo. Antes de que comenzaran los premios, el público se ha fundido en una cerrada ovación.
Tras el discurso del Rey, la Princesa ha clausurado los premios y convocado los siguientes, que tendrán lugar en 2026. Galardonados e invitados -alrededor de 1.000 personas– se han dirigido al hotel Reconquista, donde tendrá lugar la tradicional recepción y posterior coktail.
Sin apenas representación del Ejecutivo
En esta ocasión, por parte del Gobierno apenas el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha acudido a los premios. El Ejecutivo merma así el respaldo a estos actos, ya que el pasado año tres titulares de carteras estuvieron presentes. Por el contrario, el Poder Judicial sí estará muy presente: el presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y la del Supremo y CGPJ, Isabel Perelló, han asistido al acto y posterior recepción, así como la presidenta del Congreso, Francina Armengol, entre otros invitados políticos.




