El PSOE ha dejado que transcurran casi tres semanas, que se produzca la imagen de la UCO entrando en su sede de Ferraz, y la grabación del vehículo que llevaba a Santos Cerdán entrando en Soto del Real, antes de conceder a Sumar una reunión oficial. Una secuencia traumática para el Gobierno y para el partido.
Pedro Sánchez sí se la proporcionó a Yolanda Díaz, tras el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que señaló la supuesta vinculación del exnúmero tres del PSOE con el caso Koldo. Aunque fue en el marco de una ronda de conversaciones con el resto de fuerzas políticas, y sin comprometerse con un solo anuncio concreto.
Sumar ha aguantado la presión y el desgaste por la corrupción que afecta al socio mayoritario del Ejecutivo. Ésta es la justificación última esgrimida por la diputada de Compromís Àgueda Micó, que deja el grupo de Díaz para pasarse al mixto. Y fue el elemento central de debate en la reunión telemática de la dirección del partido de la vicepresidenta segunda (Movimiento Sumar), el lunes.
Sánchez se enfrenta a la peor crisis de sus siete años en La Moncloa, aunque hoy da por hecho que sus socios no van a romper la baraja. Muestran comprensión ante el enfado escenificado este martes por la vicepresidenta segunda, pero también están decididos a no mostrar sus cartas antes del Comité Federal del sábado 5. Y, principalmente, antes de la comparecencia parlamentaria de Sánchez para hablar de la corrupción que ha sacudido a su partido.
La comisión de seguimiento del pacto del Gobierno de coalición se reúne este miércoles a las 10.00, en el Congreso de los Diputados para abordar esta materia. Por parte del PSOE lideran la representación la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. El socio minoritario únicamente ha desvelado que la delegación estará liderada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
En el partido de Díaz, la contestación interna ante la decisión de aguantar junto al PSOE pase lo que pase, salvo que afloren indicios de financiación ilegal, es mínima. Sin embargo, en el conjunto de la coalición que vertebra al grupo parlamentario Sumar, el tono alcanza un mayor volumen de decibelios.
“Estamos apretando en todos los sentidos; qué espabilen”
La idea de los distintos interlocutores consultados por Artículo14 es salir de esta reunión con un acuerdo sobre medidas anticorrupción y propuestas en materia de políticas sociales, así como los plazos en los que sus socios accedan a implementarlas.
Un dirigente sostiene que el PSOE “tiene que asumir la aceleración de medidas. Lo demás es un suicidio colectivo”, apostilla. A su vez, fuentes del socio minoritario en el Gobierno aseguran que la reunión les servirá para presentar un documento que sintetiza toda su agenda social.
“Estamos apretando en todos los sentidos”, apostilla un tercer dirigente. Ni él ni varios compañeros de filas entienden cómo el PSOE “ha permitido que suceda esto”. Y les exige “que espabilen”.
Otras voces de la coalición rebajan expectativas, y temen que sus socios en el Ejecutivo vayan a cerrarse en banda. Que, como mucho, les permitan anticipar alguna de las medidas normativas que aceptan implementar, que mayoritariamente se reservará Sánchez para su comparecencia ante el pleno la próxima semana. “Las medidas no tienen por qué conocerse mañana”, apuntan fuentes de La Moncloa.
La reunión se conoció casi en paralelo a que Díaz, en rueda de prensa junto al presidente de la OIT, Gilbert F. Houngbo, elevara el tono contra Sánchez y anunciara este encuentro “urgente”. “Ver entrar en la cárcel al número dos del PSOE es una vergüenza, sin contemplaciones”. “Estamos muy enfadados”.
El presidente del Gobierno no ha podido evitar que los escándalos domésticos se cuelen en la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo, en Sevilla. Estaba en este foro cuando trascendió que Cerdán dormiría en prisión, el lunes.
En esa comparecencia ante la OIT, con un tono mucho más agitado de lo habitual, la vicepresidenta segunda reclamó más explicaciones y exigió a Sánchez que no aplique “paños calientes”. Ya no considera el caso Cerdán un asunto del PSOE, sino un “problema de país”. Y, a su entender, sólo se sale del laberinto con más política social. Implementando ese giro de 180 grados en el rumbo político del Gobierno.
Hasta el momento, sus socios no han querido seguir esta senda. En lo social, en Sumar apuestan por aprobar ya la prestación universal por crianza, nuevos permisos retribuidos por cuidado e incrementar la financiación de iniciativas destinadas a enfrentar la crisis de vivienda. En materia de agenda anticorrupción, aspiran a constituir una agencia estatal anticorrupción, limitar aforamientos o prohibir que las empresas condenadas por corrupción participen en licitaciones públicas.
Moncloa: “Compartimos el dolor de la vicepresidenta”
Por su parte, fuentes de Moncloa no consideran que Díaz se haya mostrado “dura” en la comparecencia en la que ha incrementado la presión sobre sus socios: “Ha expresado el mismo sentimiento que sentimos todos”; “El dolor que expresa la vicepresidenta es un dolor que compartimos en el PSOE”, apostillan.
Sobre la reunión con Sumar, destacan que a ella asisten los dos principales espadas de Sánchez, e intentan centrarse en los puntos comunes con sus socios: “Compartimos la hoja de ruta y la filosofía” del Ejecutivo, abundan. También creen que siguen contando con el apoyo de la mayoría parlamentaria, aunque no quieren ni oír hablar de que Sánchez pueda someterse a una cuestión de confianza.
Lo que no comparten, aunque intentan no entrar al choque con Díaz, es que no haya habido suficientes explicaciones por parte del presidente. Es una crítica que formulan también algunas voces en el PSOE, y que Moncloa da por hecho que quedará silenciada en el Comité Federal del sábado.
“No se puede explicar lo que no se sabía”. “Ahora que hemos visto qué ha pasado tomaremos medidas encaminadas a que no vuelva a suceder”, prometen. Otra cosa es que esas recetas convenzan a sus socios y sus aliados, o que supongan la gota que desborde el vaso de su paciencia.