El Grupo Parlamentario Popular ha registrado en el Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley -PNL- con la que busca poner en el centro del debate político un problema cada vez más acuciante: la soledad no deseada en mujeres mayores de 65 años. La iniciativa, defendida por la portavoz Ester Muñoz y respaldada por un amplio grupo de diputados populares, será debatida en la Comisión de Igualdad.
La propuesta parte de un diagnóstico claro: la soledad no deseada constituye un reto de salud pública con graves consecuencias físicas, psicológicas y sociales. Según expone el texto, este fenómeno incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, depresión, ansiedad y deterioro cognitivo, además de propiciar situaciones de malnutrición, pérdida de autonomía y riesgo de caídas. El aislamiento, además, alimenta estereotipos negativos sobre la vejez, contribuyendo a la invisibilización de las mujeres mayores y perpetuando la idea de que son una carga para la sociedad.
Desde el PP advierten de que son ellas quienes se ven más afectadas por esta problemática debido a factores estructurales y vitales. La viudez, los menores ingresos económicos, las desigualdades de género y la falta de apoyos suficientes incrementan la vulnerabilidad de este colectivo. A ello se suman transformaciones sociales como los cambios en los modelos familiares, la urbanización y la digitalización, que han reducido las oportunidades de interacción social y han generado un sentimiento de desconexión respecto a la comunidad.

El texto de la PNL incorpora también un análisis multidimensional de la soledad. Desde una perspectiva cognitiva, se describe como la brecha entre los vínculos sociales deseados y los realmente existentes. En el plano interaccionista, no se trata únicamente de la ausencia de compañía, sino de la falta de relaciones significativas.
Medidas para la prevención
Ante esta realidad, el PP plantea una batería de medidas concretas que buscan prevenir, detectar y atender el problema desde una perspectiva integral. La primera de ellas consiste en incorporar la identificación de la soledad en los protocolos de Atención Primaria y Hospitalaria, de modo que se garantice una evaluación periódica de las mujeres en riesgo. Además, propone formar al personal sanitario en perspectiva de género para mejorar la detección y atención.
En segundo lugar, los populares apuestan por fomentar programas de voluntariado y acompañamiento que fortalezcan las redes de apoyo intergeneracional. El objetivo es que las mujeres mayores puedan compartir experiencias y conocimientos con personas de otras generaciones, reforzando así su papel activo dentro de la sociedad.
La tercera línea de actuación busca dar prioridad a esta problemática en la agenda pública y en los planes estratégicos de igualdad, de manera que la soledad no deseada sea tratada como un asunto transversal en las políticas de Estado. Finalmente, se reclama el desarrollo de estudios periódicos que permitan medir la incidencia y evolución de la soledad en mujeres mayores, con el fin de evaluar el impacto real de las medidas adoptadas y garantizar su efectividad a largo plazo.
“Es el momento de actuar”, considera el Grupo Parlamentario Popular. Insisten en que la vejez debe vivirse con dignidad, autonomía y bienestar, garantizando que las mujeres mayores dispongan de los recursos y apoyos necesarios para mantener su conexión con la sociedad. Con esta iniciativa, los populares llaman a que el Gobierno y el conjunto de fuerzas políticas asuman la responsabilidad de abordar este problema de forma seria y comprometida.