Crisis de Gobierno

“Hay malestar en Moncloa con Robles y su cúpula”

Fuentes del Gobierno aseveran que la tensión entre el entorno de Sánchez y Defensa amenaza con romper la cuerda y no descartan la salida de la ministra si hay una remodelación del Gabinete en otoño

La tensión que vive el Ejecutivo de Sánchez tras el destape de sus casos de corrupción ha impulsado la construcción de un búnker de confianza en el que las actitudes independientes no tienen cabida.

La política de Sánchez está escribiendo por sí sola la continuación de los capítulos del “Manual de resistencia”, en los que el apartado principal es la buena relación con los socios de Gobierno de cara a salvar la legislatura, y llegar con la cara más o menos lavada a las cumbres internacionales respecto al gasto en Defensa, sin unos presupuestos aprobados a falta de consenso. Y, dentro de estos preceptos, hay un ministro que comienza a ser, más que un verso suelto, un verso perturbador: Margarita Robles.

La situación ha llegado a tal punto que, según informan fuentes de Moncloa, si finalmente hubiera una crisis de Gobierno este otoño y una remodelación de los ministros, la titular de Defensa podría ser una de las personas que abandone el Ejecutivo de Sánchez, a no ser que se revierta la relación.

Una relación de lealtad e independencia

Hasta la fecha, la relación entre el presidente del Gobierno y la titular de Defensa se ha basado en un vínculo basado en una lealtad inquebrantable por parte de la ministra, compensada con mantener una parcela independiente en su ministerio. En este sentido, la falta de interés del presidente por las Fuerzas Armadas hasta que se ha visto obligado a tenerlo ha ayudado. A poco que se rastree en la hemeroteca, no escasean frases del presidente hace unos años en las que manifestaba que el ministerio de Defensa no era necesario en España. La lealtad de la ministra se remonta a 2016, cuando Robles votó en contra de apoyar la investidura de Mariano Rajoy, como exigía en aquel momento la gestora. Y el hecho de que la ministra ha contado con la confianza del presidente se ha escenificado en gestos como el hecho de que el CNI haya dependido del ministerio de Defensa, antaño de Presidencia durante el Gobierno de Rajoy.

La tirante relación entre Bolaños y la ministra

Hasta hoy. La urgencia de Sánchez para poder sacar adelante iniciativas parlamentarias bloqueadas por sus socios -como es el caso de la conocida Ley Bolaños- impulsan reformas legislativas como la conocida Ley de Secretos Oficiales, que el PNV exigió al Gobierno en su apoyo en las elecciones de 2023. Esta reforma ha provocado un revuelo en el CNI y en Defensa, ya que supone que la Autoridad Nacional para la Protección de Información -como se conocerá la nueva ley- dependa del ministerio de Presidencia. Es decir, que la información clasificada a nivel nacional como internacional estará en manos del actual ministro de Presidencia, Justicia, Relaciones con las Cortes y, sobre todo, mano derecha de Pedro Sánchez. Robles no ha firmado el texto -tampoco el ministro de Asuntos Exteriores, ni el de Interior- . Y, en una oposición que ha ido de la mano de su persona de confianza, Esperanza Casteleiro -directora del CNO-, ha conseguido que la información relativa a la OTAN permanezca en Defensa.

Así, Robles ha salvado su área, pero se ha aumentado la ya existente mala relación con Bolaños. “La relación es cada vez más tirante”, afirman fuentes de Moncloa. “Hay una crisis de Gobierno con el ministerio de Defensa, y el rumor es cada vez más grande”.

Desmarque con el fiscal general

La ministra no ha tenido inconveniente en mostrar su opinión sobre temas polémicos que han generado controversia dentro la voz unánime del Ejecutivo. La titular de Defensa abrió una crisis con el país sudamericano al tildar de “dictadura” el régimen de Maduro el pasado septiembre tras el pucherazo del dictador en las elecciones que lo alzaron con la victoria, a la vez que el Gobierno de Sánchez pasaba por alto hacer ninguna calificación. Es más, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se lanzó a conceder entrevistas para matizar el mensaje contundente de la ministra.

Pero estos desmarques no eran tan molestos en el sentido de que, conseguían, por otro lado, ganarse a una parte del electorado más moderado y limar asperezas con el PP. Precisamente, el presidente llamó “pájara” a Robles en una conversación con José Luis Ábalos -durante unos mensajes de Whatsapp que filtró la UCO-, en la que comentaban el apelativo de “Manuela Malasaña” que le puso Ayuso a Robles debido a su gestión durante el COVID.

Desmarque con el Fiscal General del Estado

Otra cosa ha sido el desmarque con el caso de la imputación del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos en el caso del marido de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Mientras el núcleo de confianza del Gobierno cerró filas inmediatamente con el fiscal, la ministra aseveró: “Dejemos que el procedimiento judicial siga su trámite, que ni siquiera ha habido un juicio oral, y que sea el fiscal general el que tome la decisión que él considere más oportuna de cara a velar por la institución”, refiriéndose a una posible dimisión. Según aseguran las fuentes de Moncloa, estas palabras no han sentado bien en el círculo de confianza del presidente, ya que consideran que la ministra actúa por libre sin pensar en el futuro del Gobierno.

Robles no comparece tras el Consejo de ministros desde 2023

Es llamativo que, desde el 14 de marzo de 2023, la ministra no ha comparecido ante la prensa tras la celebración de un Consejo de Ministros. Lo ha hecho en las comisiones de Defensa del Congreso y del Senado, pero no ha tomado la palabra ante los periodistas después de que se hayan tomado decisiones relevantes que conciernen a su ministerio, como el incremento presupuestario de más de 10.000 millones de euros para alcanzar el 2% del gasto en Defensa.

Tensión con Manuel de la Rocha

Esta situación se mantiene a nivel privado. Tal y como ha informado este medio, la tensión entre la ministra y el secretario General de Asuntos Económicos y G-20 del Gabinete de Presidencia, Manolo de la Rocha, también es notoria. La otra mano derecha de Sánchez toma las decisiones en materia de Defensa saltándose a la ministra y a la SEDEF, Amparo Valcarce, a tenor de la reunión que mantuvieron en Moncloa el pasado mes de junio directivos de Lockheed Martin con el presidente del Gobierno y de la Rocha por la posible compra de unos aviones de combate F-35b. Ni la ministra ni Valcarce estuvieron presentes.

No es el único caso que ha generado conflicto entre Presidencia y el ministerio. El último y que afecta más a los intereses del país ha tenido como punto de conflicto la empresa Indra. Según ha podido saber este medio, funcionarios de Defensa y de Industria se han negado a firmar 21 de los 31 contratos aprobados por el Ejecutivo para invertir en Defensa y que se adjudicarían de manera directa a la compañía nacional mediante la “fórmula 346”. Un artículo del TFUE que permite firmar contratos directos sin necesidad de contratación pública. Mientras que desde La Moncloa se culpa a la SEDEF -Secretaría de Estado de Defensa- de la situación, el órgano superior del Ministerio de Defensa sostiene que sigue instrucciones de Presidencia, orquestadas por la mano derecha de Pedro Sánchez, Manuel de la Rocha.