Los incendios vuelven a evidenciar la distancia entre Moncloa y Zarzuela

El Gobierno rehúsa aclarar si Sánchez acompañará a los monarcas, que la próxima semana acudirán a las zonas afectadas por los fuegos

El rey Felipe VI (c), acompañado por la ministra de Defensa Margarita Robles (i), visita el Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias.
EFE/Mº de Defensa

Los Reyes Felipe VI y Letizia visitarán la próxima semana las principales zonas afectadas por los graves incendios que han asolado distintas partes de España en los últimos días. Lo harán después de que el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, haya hecho lo propio los últimos días. Sin ir más lejos, este mismo viernes estuvo en Asturias. Fuentes del Gobierno rehúsan aclarar si Sánchez acompañará o no a los monarcas.

Los incendios en el país han vuelto a poner en evidencia la distancia entre el jefe del Estado y el presidente, que antes ha podido palparse en otras situaciones de emergencia como en la Dana. Don Felipe fue el primero en tomar la iniciativa y descolgar el teléfono para ponerse en contacto con los presidentes autonómicos cuyos territorios sufrían los estragos de los incendios. Lo hizo el miércoles 13 de agosto. Extremo que habría molestado a Moncloa, según las fuentes consultadas por este periódico. Tras este gesto del Rey, llegó la llamada de Sánchez, dos días después.

El domingo 17, el Rey reapareció para visitar el Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias (UME), en la Base Aérea de Torrejón (Madrid), para recibir las últimas informaciones sobre el despliegue de los efectivos del mencionado cuerpo en las tareas de extinción. Junto a él estaba la ministra del ramo, Margarita Robles, elogiada por los presidentes del PP por su constante interlocución.

El jefe del Estado tuvo presencia pública una vez Sánchez hizo lo propio, dos días antes. De hecho, Felipe VI suspendió sus vacaciones privadas en Grecia para seguir de cerca la evolución de los incendios desde la semana pasada. Según las fuentes consultadas, el Monarca se puso a disposición de las autoridades para acudir a los lugares afectados, lo que ocurrirá la próxima semana.

“Claro que vendrá”, aseguraba un barón autonómico antes de conocer la confirmación real. Lo que Moncloa rehúsa aclarar es si el presidentes estará junto a él o delegará en algún ministro.

Desencuentros con Zarzuela

Así, una nueva desgracia nacional muestra las costuras de la relación entre el Gobierno y Zarzuela. Una tirantez que ha podido comprobarse en otros desastres en los últimos años; desde lo peor de la pandemia, cuando se suspendieron (y no se han recuperado) los tradicionales despachos semanales entre el Jefe del Estado y el Presidente del Gobierno a la Dana, cuando la decisión de los Reyes de quedarse en Paiporta mientras Sánchez se marchaba provocó el enfado del Ejecutivo.

Precisamente, dos meses después, Moncloa y Zarzuela buscaron ofrecer una imagen de aparente naturalidad con el paseo entre Sánchez y el Rey al inicio de la Conferencia de Presidentes celebrada en Cantabria. Algo que no pasó desapercibido.

Durante el apagón, Felipe VI presidió el Consejo de Seguridad Nacional extraordinario en el Palacio de la Moncloa, y no en Zarzuela como es habitual. Ello rompió medio siglo de protocolo.

También fue llamativa la ausencia de Sánchez en el funeral del Papa, en la que sí estuvo don Felipe, y conocido es el choque entre ambas instituciones ante lo ocurrido con la reapertura de la catedral de Notredame, a la que no fueron los Reyes.

Visitas de Sánchez a los incendios

A los monarcas les gusta detenerse con los ciudadanos para transmitirles aliento y consuelo en los momentos de emergencias. Ello contrasta con las “visitas cápsula” que acostumbra a hacer el presidente del Gobierno. Desde que interrumpiera sus vacaciones por los incendios, ha visitado cuatro de las zonas afectadas (Ourense, León, Zamora y Asturias). Desplazamientos relámpagos y acotados para brindar su seguridad.

Moncloa evita en estos encuentros los contactos directos con los afectados para esquivar una exposición a situaciones de peligro y es por eso que existe un anillo de control en todas sus visitas de 200 metros respecto a los ciudadanos. Precisamente sorprendió cuando visitó el incendio de Jarilla (Cáceres), donde el presidente saludó a afectados por el fuego y que resultaron ser militantes, según confirman a este diario fuentes presentes en el encuentro.

Antes de subirse a su helicóptero para volver a Lanzarote, un grupo de personas le reprochó que no se parara a hablar con los vecinos. “Vete a hablar con la gente del pueblo a ver qué siente”, le gritaron.

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