Alberto Núñez Feijóo aleja casi por completo la opción de una moción de censura. “No vamos a coger atajos”, es la respuesta que dan desde la dirección nacional para zafarse de la presión interna y externa que llega a la puerta de Génova. Sobre todo, en estos días en los que la política nacional arroja una imagen del bloqueo, a pesar de que la abstención de Junts sobre las nucleares esta semana diera cierto oxígeno al Ejecutivo de coalición.
Esta semana, la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, instó a Feijóo a negociar con Junts una moción de censura para “liberar” a España de “dos años más de Pedro Sánchez”. Habló incluso de que fuera “instrumental” y sacó a colación el nombre de Felipe González.

La respuesta de la dirección fue negativa. “Hay motivos de sobra para presentar una moción de censura pero en el contexto en el que estamos, le echaremos democráticamente en las urnas”, replicó Miguel Tellado, el hombre de mayor confianza de Feijóo. En Génova aseguran que la presión interna en ese sentido no es elevada y recuerdan que hasta José María Aznar rechaza la moción.
De fondo, en el entorno del líder popular continúan sin ver que los socios estén dispuestos a “dejar caer al Gobierno”, a pesar de que cada vez se muestren más críticos con Pedro Sánchez, como quedó constatado en el largo pleno del miércoles. “El tiempo de Sánchez se ha acabado”, proclamaron entonces en el PP.

El PNV fue el que más claro se mostró en este sentido, pidiendo a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza en el Congreso, pero sin abrir la puerta a una moción de censura.Sin el PNV o Junts, la moción de censura contra Sánchez decae porque los votos de PP y Vox no son suficientes.
De fondo, las relaciones entre los de Feijóo y los de Puigdemont arrojan la imagen de la frialdad. ¿El motivo? Los independentistas catalanes se abstuvieron el jueves impidiendo aprobar una iniciativa del PP sobre la vida de las centrales nucleares. “Si alguien piensa que le íbamos a dar un cheque en blanco al PP cuando tampoco se lo damos al PSOE, se equivoca”, explican fuentes autorizadas independentistas.

Desgastar a los socios
Así, la estrategia de Génova pasa por denunciar el apoyo de los socios a Sánchez, más allá de buscar un acercamiento. “Ustedes saben tan bien como yo que esto no les va a salir gratis”, llegó a avisarles Feijóo. “O se condena el país a dos años de parálisis y desgobierno o se convocan elecciones generales”, añadió. Y este es el escenario con el que trabajan en el PP, el de orillar la moción e insistir una y otra vez con las urnas.
En paralelo, Feijóo seguirá reivindicando su proyecto político alternativa, para evidenciar que tiene iniciativas encima de la mesa. Así, en el Congreso, anunció que dará prioridad absoluta a la Vivienda, que dependería de su vicepresidencia primera. “Proyecto y prudencia”, recetan en Génova.



