“Nunca es bonito ver a un cargo tuyo entrar en prisión”. Un miembro del Gobierno se resigna así al ingreso en prisión incondicional y sin fianza de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE hasta hace tres semanas. No es “bonito” asistir a un espectáculo semejante, y menos aún si la decisión del magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente coge por sorpresa al Ejecutivo y al partido.
Menos aún si el auto por el que se decreta esta medida incluye un aviso a navegantes y dificulta que se pueda acotar la corrupción a sólo tres o cuatro personas. O si el centro penitenciario al que accede el exilustre socialista en cuestión es el mismo que ya acogió a Luis Bárcenas, Rodrigo Rato, Mario Conde o Miguel Blesa, entre muchos otros nombres conocidos.
Al Gobierno y al PSOE les ha durado poco el paréntesis de autoestima generado por el choque con Donald Trump en la cumbre de la OTAN a cuenta del gasto en defensa. El lunes, cuando el instructor del caso Koldo decidió que Cerdán no pasaría esta noche en su casa -a requerimiento de la Fiscalía Anticorrupción-, se encendieron algunas alarmas. En su mayoría, por lo inesperado del movimiento.
Primero, porque los otros tres investigados por esta causa (José Luís Ábalos, Koldo García y Víctor de Aldama) siguen en libertad, aunque se vieron señalados hace ya un año y cinco meses. Hasta el 12 de junio, ningún documento apuntaba directamente a Cerdán.
Además, Puente había medido cuidadosamente la documentación del exdirigente del PSOE que ordenó recabar a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. No pidió un registro exhaustivo del ático del investigado, ni tampoco de su despacho en la sede socialista.
El problema es que los indicios que ya recoge el informe del Instituto Armado son demoledores. Y que el exnúmero tres del PSOE no convenció ni al magistrado ni al fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, de que es víctima de una persecución política por apoyar a Pedro Sánchez. Entró en el Supremo por su propio pie algo antes de las 10.00, y a las 17.00 ya estaba en Soto del Real.
El juez lo considera el jefe de la supuesta organización criminal y le atribuye los presuntos delitos de organización criminal, cohecho y tráfico de influencias. Y todo ha ocurrido en menos de tres semanas. Es difícil de asimilar para cualquier organización.
Aguantar hasta el Comité Federal y la comparecencia de Sánchez
El shock es evidente. El plan es aguantar el chaparrón y abordar este asunto durante el Comité Federal del 5 de julio. Aquí se espera que Pedro Sánchez ejecute varios cambios en la Ejecutiva del partido, para después guardarse las medidas que pueda tomar desde el Gobierno hasta su doble comparecencia en el Congreso de los Diputados, el 9 de julio.
Por muy duro que sea el golpe de este lunes, fuentes de Moncloa afirman que no influye “nada” en la hoja de ruta del presidente. Se espera que en su comparecencia parlamentaria compre algunas de las propuestas de sus socios y anuncie una batería de medidas contra la corrupción, aunque en el Ejecutivo no quieren adelantar pantallas.
Inicialmente, fuentes del Gobierno manifestaron su sorpresa ante la petición de Anticorrupción, si bien después Moncloa intentó naturalizar el ingreso en prisión del que era secretario de Organización socialista hasta hace tres semanas. El mismo cuya honorabilidad defendían el presidente y los ministros hasta horas antes de que se difundiera el informe de la UCO. “Lo vemos con normalidad. Era esperado”, afirmaron.
Sánchez, que intervenía en una rueda de prensa en la cumbre de la ONU en Sevilla, respondió la primera pregunta de los medios cuando aún no se conocía que su exnúmero tres dormiría en la cárcel. En la última, sin embargo, ya había trascendido que iría a prisión. “El PSOE actuó de manera contundente desde el primer momento. Se han asumido esas responsabilidades, se ha apartado a Santos Cerdán del Partido Socialista, y ahora es el momento de la Justicia”, defendió. Las respuestas fueron casi idénticas antes y después de escuchar cuál sería el destino de Cerdán.
“No nos merecemos este daño”
Desde Ferraz, por su parte, calcaban el argumentario del presidente. Apenas añadieron que las medidas que adoptaron contra el exnúmero tres fueron “drásticas e inmediatas”. Dirigentes del partido sí reconocían esa sorpresa, aludiendo a que esperaban a que se acordasen las mismas cautelares que ya afrontan el resto de investigados (retirada de pasaporte, comparecencias periódicas ante el juzgado, etc).
Un diputado llegaba a ironizar con el “evidente riesgo de destrucción de pruebas”, a raíz de la escena vivida hace escasos días, cuando una mujer intentó abandonar la casa de Ábalos portando bajo su ropa un disco duro portátil, en mitad del registro de la UCO al domicilio del exministro de Transportes.
La moral está por los suelos. Critican que el empresario Aldama pueda estar “en Ibiza”, libremente, mientras Cerdán se ve privado de libertad. La imagen del vehículo rumbo a Soto del Real ha sido demoledora. “Es súper impactante”, reconoce un cargo público. “Somos buena gente y no nos merecemos que se nos haga este daño”, abunda una dirigente.
Sin embargo, entre los escasos socialistas con mando que se consideran críticos, la lectura es otra. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, mandaba recado directo a Sánchez durante la mañana, cuando se conocía que el exsecretario de Organización pasaría por el Supremo, pero no que acabaría en prisión. “Algunos se quieren hacer pasar por víctimas de Santos Cerdán o víctimas de Ábalos. Eso lo pueden hacer muchos de los que no han tenido nada que ver ni con ellos ni con sus nombramientos. Pero no lo podrán hacer nunca los que han sido determinantes en su trayectoria política”, avisó.
Page, el único barón con los suficientes galones para permitirse una suerte de oposición interna a Sánchez, ha sido el receptor de buena parte de los comentarios y las llamadas telefónicas de quienes están en vilo y recelan de la estrategia del secretario general, pese a no verse con fuerzas como para dar la cara en público.
Sánchez ya exigió que las críticas se hagan por los canales internos del partido, y Ferraz espera una dura intervención de Page el sábado, aunque confía en poder sofocar el incendio. La sensación de que no están haciendo lo suficiente por limpiar las siglas es hoy minoritaria, pero existe.
El fantasma de la financiación irregular
Desde que estalló el escándalo, Sánchez ha hecho lo posible por considerar la trama un problema únicamente de partido, dejando en segundo plano que nunca habría podido tener lugar sin las adjudicaciones del Ministerio de Fomento. Desde el primer momento han intentado encapsularla.
Si algo preocupa sobremanera en el PSOE y en el Gobierno es que la investigación acabe arrojando indicios de que la corrupción ha carcomido estructuras que van más allá del “triángulo tóxico” de los presuntos corruptos. El auto del magistrado del Tribunal Supremo no contribuye a rebajar sus temores en esta materia, toda vez que no descarta más imputaciones de personas “físicas o jurídicas” conforme avancen las investigaciones.
“En efecto, si el importe del premio económico por la indebida adjudicación de las obras hubiera constituido, por hipótesis, un uno por ciento del valor de las adjudicaciones dicho premio equivaldría a una cantidad superior a los cinco millones de euros, varias veces mayor que la parte que indiciariamente correspondía a los Sres. Ábalos y García. Ello refuerza así, siempre en los términos indiciarios tantas veces señalados, la idea de que más personas, físicas o jurídicas, además de los Sres. Ábalos, García y Cerdán, pudieran haberse lucrado con las tan mencionadas adjudicaciones, eventualidad que, desde luego, no puede ser descartada en este momento”. Hoy por hoy, en el PSOE y en el Gobierno prefieren no contemplar siquiera este escenario.