Cómo ser una persona vitamina, según la psiquiatra Marián Rojas Estapé

En una época marcada por la prisa, el estrés y la incertidumbre, la propuesta de Marián Rojas Estapé invita a mirar hacia lo esencial: rodearnos de personas vitamina

Marián Rojas Estapé
La psiquiatra y divulgadora Marián Rojas Estapé

En la vida diaria, todos conocemos a alguien cuya sola presencia nos reconforta. Puede ser un amigo, un familiar o incluso un compañero de trabajo que transmite calma y energía positiva. La psiquiatra Marián Rojas Estapé ha popularizado un concepto para definir a estas figuras: las “personas vitamina”, aquellas que aportan bienestar emocional y ayudan a ver la vida desde una perspectiva más luminosa.

El término se ha convertido en una referencia dentro del ámbito del crecimiento personal y la psicología positiva, y miles de lectores se han acercado a esta idea a través de sus libros, conferencias y charlas. Pero, ¿qué significa realmente ser una persona vitamina y cómo puede alguien convertirse en una de ellas?

Qué define a una persona vitamina

Una persona vitamina no se caracteriza solo por tener buen humor o ser sociable. Se trata de alguien capaz de aliviar el malestar emocional de quienes le rodean, de generar confianza y de transmitir optimismo en momentos difíciles. Su compañía no resulta invasiva ni crítica, sino que se percibe como un apoyo real.

Entre sus rasgos más habituales se encuentran:

  • Impulsar la autoestima de los demás.
  • Acompañar sin juzgar ni reprochar.
  • Motivar e inspirar en tiempos de incertidumbre.
  • Contagiar ilusión y ganas de vivir.
  • Comprender las emociones ajenas con empatía.
  • Usar el humor de forma constructiva.

En definitiva, son personas que aportan luz y energía cuando parece que todo se oscurece.

El equilibrio emocional como base

Convertirse en una persona vitamina no significa estar siempre de buen ánimo ni ocultar las emociones negativas. Al contrario, implica tener la capacidad de regular las propias emociones para no proyectar frustración o rabia en quienes nos rodean. La gestión emocional se convierte así en la clave para poder sostener a otros sin cargarles con nuestro propio peso.

Además, identificar y mantener distancia con los perfiles más tóxicos resulta esencial. La especialista recuerda que, en ocasiones, las personas que absorben energía suelen ser negativas, envidiosas, excesivamente críticas o manipuladoras. Reconocer estos comportamientos ayuda a proteger nuestro propio equilibrio y conservar relaciones más sanas.

¿Todos tenemos una persona vitamina cerca?

Aunque muchos piensen que no cuentan con alguien así en su vida, la realidad suele ser diferente. En gran parte de los casos, estas figuras existen pero no siempre se les presta atención. El ritmo acelerado, el estrés cotidiano o la falta de tiempo hacen que olvidemos a quienes realmente nos aportan serenidad. Basta con retomar vínculos, volver a compartir espacios y reconocer el valor que esas personas tienen en nuestro bienestar.

De hecho, un simple gesto como una llamada o un encuentro inesperado puede reavivar relaciones que parecían dormidas. Lo importante es ser capaces de identificar a esas figuras y, del mismo modo, procurar cultivar ese rol en nuestras propias interacciones.

¿Se puede ser vitamina y tóxico al mismo tiempo?

Aunque pueda parecer contradictorio, es posible que alguien sea percibido como vitamina por unas personas y tóxico por otras. Esto ocurre porque la forma en que transmitimos nuestras emociones no siempre es recibida de la misma manera. La clave está en la subjetividad: lo que para unos puede resultar alentador, para otros puede ser incómodo o incluso dañino.

Por eso, más que obsesionarse con la etiqueta, lo importante es conocerse a uno mismo, reconocer lo que proyectamos y ajustar nuestras actitudes para lograr un impacto positivo en la mayoría de quienes nos rodean.

Un objetivo alcanzable para cualquiera

Ser una persona vitamina no es un don reservado a unos pocos. Cualquier persona puede desarrollar esta cualidad si trabaja la empatía, la gratitud y la gestión emocional. Al mismo tiempo, buscar conscientemente estas figuras en el entorno ayuda a construir una red de apoyo sólida y saludable.

En una época marcada por la prisa, el estrés y la incertidumbre, la propuesta de Marián Rojas Estapé invita a mirar hacia lo esencial: rodearnos de personas que nos hagan bien y procurar ser también ese refugio para otros. Porque, en última instancia, todos tenemos la capacidad de ser vitamina para alguien y de encontrar vitamina en quienes nos rodean.

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