Alberto Núñez Feijóo se comprometió en la clausura de su congreso a gobernar en solitario si llega a La Moncloa.Una promesa que mantiene intacta, según sus portavoces, y que la mayoría de presidentes autonómicos del PP consultados por Artículo14 continúa respaldando a pesar del terremoto político que se ha vivido en Extremadura. Eso sí, en público y en privado, reconocen la necesidad de una operación deshielo con Vox de aquí al futuro ante el ciclo electoral que ya se ha abierto.
El presidente del PP desgranó hace seis meses su política de pactos y apostó por llegar a acuerdos programáticos externos con la formación de Santiago Abascal. “Pactar, pero desde fuera”, se reafirman. Una fórmula que defienden, sobre todo, quienes consiguieron gobernar en solitario en sus territorios, como en Baleares o Cantabria.
Sumar más que la izquierda
Así, desde el gobierno de Marga Prohens se llama a copiar su ejemplo. “Aquí la presidenta asumió también ese compromiso en campaña y gracias esa mayor suma que toda la izquierda cumplió”. Ese es uno de los retos que tiene Feijóo, conseguir sumar más que toda la izquierda de cara a unas próximas generales, como ha hecho María Guardiola en Extremadura. En Cantabria, por ejemplo, siguen la misma fórmula. “Nunca hemos pactado con Vox”. De ahí que se avale el compromiso de Feijóo.

Desde Castilla y León también se respalda la política de pactos del PP a nivel nacional. De hecho, desde el entorno del presidente Alfonso Fernández Mañueco se enfatiza que Vox no quiere “entrar en gobiernos”, lo cual les permitiría ese margen de maniobra. “Prefieren humillar al PP”, sugieren estas fuentes. En Aragón se leyó en su momento como un “acierto” dejar clara la táctica política.
De acuerdo con la consigna nacional de Feijóo de no contar con ministros de Vox, en Génova sigue recomendándose esa misma fórmula a la presidenta extremeña. Guardiola se ha abierto en estos días a hacer hueco a Vox en su gobierno, pero ni ella ni la dirección quieren en realidad dar ese paso. El objetivo es que Vox se contente con la presidencia de la Asamblea o llegar a pactos programáticos, tal y como avanzó este periódico.
Reajuste de la relación con Vox
Por otro lado, en cuanto a cómo relacionarse con Vox, la sensación generalizada es que hay que destensar las relaciones. En esta última semana, se ha producido un giro dentro del PP, que ha pasado de combatirlo a empezar a asimilar que deben tratar a Vox como un socio. Ester Muñoz fue muy clara al advertir que “el miedo a Vox ya no funciona”. “Cuando antes lo naturalicemos (a Vox), mejor”, explica un miembro de la dirección nacional.

Y de ahí que barones, con urnas a la vista, pidan en público y en privado un deshielo de las relaciones de Feijóo con Abascal: “Estamos condenados a entendernos”, reconoce un alto cargo popular en conversación con este diario. “El precio que podemos pagar por no llegar a acuerdos es alto”, indica. Jorge Azcón fue el más claro en verbalizarlo, en una declaración en la que mostraba una evidente distancia con la estratega seguida por Guardiola.
Diferencias sobre Vox
En el fondo, lo que también asume en el PP es que no pueden frenar la subida de Santiago Abascal. Su fortaleza ha dejado de ser anecdótica y, pese a que muchos barones han buscado con sociólogos, demoscópicos y analistas la fórmula idónea para pinchar el globo, no dan con la tecla, tal y como explican desde el gobierno andaluz.
Según Juanma Moreno, Vox podría decrecer cuando “entre” en los gobiernos porque, según su diagnóstico, la gestión le puede desgastar. Pero esta no es una opinión unánime en el PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras su experiencia de gobierno con Ciudadanos, rechaza gobiernos en coalición.


