La menopausia precoz, más conocida como insuficiencia ovárica precoz (IOP) o falla ovárica prematura, sucede cuando los ovarios de una mujer dejan de funcionar de manera normal antes de que la persona cumpla los 40 años, según MedlinePlus, el servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Según explica la doctora Rocío Práxedes, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Valencia, la insuficiencia ovárica precoz es el cese de la función ovárica antes de los 40 años. “Esto implica que los ovarios dejan de producir las hormonas estradiol y progesterona, y la ovulación desaparece”, asevera la especialista.
Causas de la menopausia precoz
La IOP afecta aproximadamente al 1% de las mujeres. En el 90% de los casos su origen es desconocido, aunque existen diversos factores de riesgo. “Entre los factores conocidos se incluyen tratamientos como la radioterapia pélvica o la quimioterapia, cirugías sobre los ovarios, alteraciones genéticas como el síndrome de Turner o el cromosoma X frágil, y exposición a tóxicos como el tabaco, pesticidas o disolventes”, detalla la especialista.
Asimismo, muchas enfermedades autoinmunes, tanto endocrinas (como la diabetes o el hipotiroidismo) como no endocrinas (lupus, enfermedad de Crohn o artritis reumatoide), se han asociado a la aparición de la IOP en entre un 15 y un 30% de los casos. También tener antecedentes familiares de primer grado con menopausia precoz incrementa el riesgo.
Síntomas de la insuficiencia ovárica precoz
Los síntomas son similares a los de la menopausia natural, pero ocurren antes de tiempo. “Lo más característico es la amenorrea, es decir, la ausencia de menstruación. Otros signos comunes son los sofocos, insomnio, pérdida de la líbido y sequedad vaginal. Todos ellos se deben a la disminución de estrógenos.
Estos síntomas pueden generar un fuerte impacto emocional y afectar la calidad de vida de las pacientes.
Cómo diagnosticarla
El diagnóstico de IOP se realiza combinando la historia clínica, la exploración física y los análisis hormonales. “Se confirma cuando hay una falta de menstruación en mujeres menores de 40 años junto con una elevación de la hormona folículo estimulante (FSH), generalmente por encima de 40 mUI/ml, y bajos niveles de estradiol”, señala la endocrinóloga.
Para confirmar el diagnóstico, estas pruebas deben repetirse en al menos dos ocasiones con un mes de diferencia. También se suelen solicitar pruebas complementarias como el cariotipo, anticuerpos tiroideos o la búsqueda de mutación en el cromosoma X frágil.
Consecuencias de la menopausia precoz
Las repercusiones de la IOP van más allá de la fertilidad. “La consecuencia más directa es la esterilidad, aunque en un 5-10% de los casos puede lograrse una gestación espontánea”, afirma la doctora. Para quienes deseen ser madres, existen opciones como la ovodonación, que ofrece altas tasas de éxito.
Además, la falta prematura de estrógenos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, depresión y patologías autoinmunes. “Por eso es fundamental realizar un seguimiento endocrinológico continuo, con especial atención al hipotiroidismo y la insuficiencia suprarrenal, que pueden aparecer años después del diagnóstico”, concluye.
La detección temprana y el abordaje multidisciplinar son claves para manejar esta condición que, aunque infrecuente, tiene un gran impacto en la vida de las mujeres jóvenes.