La perimenopausia es el periodo de transición que precede a la menopausia durante el cual el cuerpo de la mujer comienza a experimentar cambios hormonales significativos. Se caracteriza por fluctuaciones en los niveles de estrógenos y progesterona, lo que provoca alteraciones en el ciclo menstrual y la aparición de diversos síntomas físicos y emocionales.
Este periodo suele comenzar entre los 40 y 45 años, y puede prolongarse varios años hasta que se alcanza la menopausia, definida como la ausencia de menstruación durante doce meses consecutivos.
Aunque en ocasiones suele pasar desapercibida, la perimenopausia marca un periodo decisivo en la vida hormonal de la mujer, según la doctora Lildania Marín, ginecóloga del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital El Pilar. “Es una etapa de transición que puede empezar años antes de que cese la menstruación y en la que ya se producen importantes fluctuaciones hormonales”, asevera la experta.
Qué ocurre en el cuerpo
Durante esta transición, la menstruación continúa, aunque de forma más irregular, debido a que los ovarios empiezan a tener ciclos anovulatorios con mayor frecuencia. A la vez, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen de manera irregular. “Este baile hormonal provoca un gran abanico de síntomas que muchas veces se pueden confundir con estrés, ansiedad o depresión”, señala la doctora Marín.
Entre los efectos más habituales se encuentran la fatiga persistente, los problemas de sueño, la dificultad para concentrarse y los cambios en el estado de ánimo. A nivel físico, también es común el descenso del deseo sexual, la pérdida de tono muscular y el aumento de grasa abdominal. Estos cambios no solo alteran el bienestar diario, sino que pueden afectar la autoestima y la percepción del propio cuerpo.
El impacto emocional
Más allá de los síntomas físicos, la perimenopausia tiene un fuerte componente emocional que no siempre se reconoce. Muchas mujeres aseguran sentirse desconectadas de sí mismas o experimentar tristeza sin motivo aparente. La doctora Marín matiza que este malestar responde a un síntoma fisiológico, no psicológico. “El cambio hormonal que sufren las mujeres que están atravesando la perimenopausia afecta directamente a neurotransmisores como la serotonina o la dopamina, que regulan el estado de ánimo”, subraya la doctora.
Cómo lidiar con la perimenopausia
Para afrontar esta etapa con mayor tranquilidad, el acompañamiento médico es muy importante. La ginecóloga insiste en la importancia de acompañar, informar y ayudar a las mujeres a entender lo que sucede durante esta etapa para ofrecer soluciones adaptadas a cada caso. Cada mujer vive la perimenopausia de forma distinta y, por tanto, el abordaje debe ser personalizado.
Las herramientas para mejorar el bienestar abarcan desde hábitos de vida saludables como una alimentación equilibrada, ejercicio regular, técnicas de manejo del estrés y descanso adecuado, hasta tratamientos específicos.
En algunos casos, la terapia hormonal o intervenciones médicas supervisadas pueden marcar una diferencia significativa en la calidad de vida.
Escuchar al cuerpo es clave
La perimenopausia puede parecer un problema más, pero es una transformación natural. Al escuchar al cuerpo, sumado con los conocimientos y apoyo profesional, se puede tratar esta etapa con menos inconvenientes. “Se trata de una oportunidad para escuchar al cuerpo y fortalecer la salud a largo plazo”, concluye la doctora Marín.


