¿Qué hacer si un pequeño se está atragantando?

Aprender respuestas de primeros auxilios como la maniobra de Heimlich es vital ante este tipo de situaciones

Un atragantamiento ocurre cuando un objeto se aloja en la garganta o en la tráquea y bloquea la circulación de aire. Mientras en los adultos la comida suele ser la culpable, en los niños pequeños puede ser desde esto, hasta objetos pequeños, según la clínica Mayo.

Si un atragantamiento no es atendido lo más rápido posible, la vida de la persona afectada puede verse en riesgo, pues corta la oxigenación al cerebro. Es por eso que es de vital importancia saber actuar y aprender maniobras como la de Heimlich y reanimación cardiopulmonar.

La doctora Rosa Hernández Palomo, del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica que, dependiendo de la edad de los niños y la gravedad del atragantamiento, existen diversas formas de ayudar.

Los síntomas de atragantamiento

Si un niño comienza a atragantarse, comenzará a toser muy fuerte, tendrá dificultad para respirar y sus labios comenzarán a cambiar a color azul.

Pero si el niño ya lleva tiempo atragantado empezará a salivar, se quedará afónico y tendrá aún más dificultad respiratoria.

Y, si la obstrucción es completa o se torna más grave, el niño dejará de emitir ruido alguno, lo que es una señal para actuar lo más rápido posible.

Distintas formas dependiendo la edad

Para menores de un año: hay que colocar al niño sobre un brazo, boca abajo e inclinado, con la cabeza para abajo y que el culete esté dirigido hacia el pecho de la persona realizando la maniobra. Una vez ahí, hay que dar cinco golpes secos entre las escápulas para intentar dirigir el objeto hacia la boca del niño.

Después de esto, hay que vigilar si se puede ver el cuerpo extraño en la boca para poder retirarlo con la mano.

Si el menor no respira o no emite ningún ruido, hay que poner al bebé boca arriba, pero una vez más, inclinado con la cabeza más baja. Ahí, con dos dedos de una mano, se hacen cinco compresiones en medio del pecho. Esta técnica se combina con la de los golpes secos hasta que el niño recupere tanto coloración, como ruidos respiratorios.

Para niños mayores de un año: se coloca al niño enfrente de la persona que realizará la maniobra y se le inclinará hacia adelante. La persona debe tener cuidado de no acercar mucho su rostro a la cabeza del menor, pues puede dar cabezazos. Una vez posicionado, se deben dar cinco golpes secos entre las escápulas.

Pero si el niño no emite ruidos, es momento de realizar la maniobra de Heimlich. Para eso se debe colocar el puño de la mano dominante en medio del abdomen del niño, mientras que con la otra mano se abraza por completo al niño y se coloca la palma de la mano abierta, sobre el puño.

La fuerza se hace primero apretando el abdomen del menor hacia atrás y después, hacia arriba, repitiendo cinco veces. Esta maniobra se complementa con los golpes interescapulares hasta que el niño recupere la respiración, haga ruidos y vuelva a tener color.

Cómo actuar

Ante cualquier edad, es necesario intentar sacar el objeto extraño del cuerpo del niño, para evitar que la situación se pueda agravar mucho más.

No obstante, si el niño pierde el conocimiento, es momento de llamar al número de emergencia y comenzar a hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar.

A pesar de que estas situaciones siempre puedan ser estresantes, es necesario mantener la calma para poder saber cómo actuar.

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