Testimonio

Carmela Baeza, médico: “El clima de crispación apunta dedos acusatorios a todas las madres”

Esta doctora, consultora de lactancia y madre de cinco hijos, comparte con Artículo 14 su opinión: "Tenemos que cuidar las redes de madres, da igual cómo alimenten a sus bebés"

Carmela Baeza, en consulta
Cedida

No creo que el hecho de amamantar o dar biberón divida a las madres. Creo que la sociedad, los profesionales con poca formación, la falta de apoyo, los mensajes confusos y el marketing agresivo de fórmula infantil y de crianza basada en los objetos divide a las madres. Este clima de crispación general, que apunta dedos acusatorios a todas, hace que las mujeres se sientan culpables. Las que no dan el pecho, por no darlo (es mejor para tu bebé, va a estar más sano, si fueses buena madre aguantarías un poco de dolor…). Las que lo dan, por darlo (tu hijo se queda con hambre, así no dejas que tu pareja participe, lo vas a malcriar con tanta teta, si fueras buena madre le ayudarías as ser más independiente…). A las que tienen hijos las hacen sentirse culpables por tenerlos, y las que no los tienen por no tenerlos. Me parece que nos dividen, y vencen. La maternidad es un hecho muy complejo hoy en día y muy difícil de sostener. Tenemos que cuidar las redes de madres, da igual cómo alimenten a sus bebés. Hay que proteger, mimar a las madres de cualquier condición.

Desde el punto de vista nutricional, la leche de fórmula está por detrás de la leche materna. La leche de cada especie, incluida la nuestra, se adapta para lograr la mejor nutrición y desarrollo de la criatura. Aunque las fórmulas infantiles hoy en día nutren bien a los bebés, carecen del aspecto vivo de la leche materna: anticuerpos diseñados al momento por el cuerpo materno para defender al bebé de los gérmenes con los que entra en contacto, células madre para reparación de sus tejidos, melanina en la leche nocturna para enseñar al bebé el ritmo de vigilia-sueño, hormonas como la oxitocina para relajar al bebé, y una larga lista de sustancias bioactivas que hoy por hoy la fórmula infantil no puede replicar.

Desde una dimensión más emocional, en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal nos gusta afirmar que la lactancia es la herramienta fisiológica del vínculo. ¿Esto qué significa? Lo que crea el vínculo entre madre y bebé es el contacto físico, estrecho y constante entre ellos en los primeros días, meses y años de vida. La lactancia materna, al requerir tomas frecuentes de forma natural, obliga a esta cercanía, de forma inevitable hace que la madre y criatura pasen muchas horas juntas, en contacto íntimo. Eso es lo que crea el vínculo. Por tanto, si por la razón que sea no hay amamantamiento, la forma de establecer un vínculo precioso es mediante el cuidado exquisito de esa relación física estrecha. ¿Cómo? Con porteo, colecho, masajes, caricias, besos, mimos, brazos, muchos brazos. Derroche de amor expresado en estos cuidados. El bebé no entiende de palabras, entiende de sensaciones, de contacto, y esto es lo que programa su cerebro para el vínculo, la empatía y el amor.

TAGS DE ESTA NOTICIA