El tiempo en España se prepara para un cambio brusco que marcará el final del calor anómalo de octubre. Tras varias semanas con temperaturas propias del verano en amplias zonas del país, una masa de aire polar avanza desde el norte de Europa y traerá un descenso térmico notable, con mínimas de 5 ºC e incluso nieve en algunos puntos de montaña. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya advierte de un giro invernal que pondrá fin al episodio cálido que ha mantenido en vilo a buena parte del territorio.
El tiempo en España ha mostrado en los últimos días un contraste llamativo. Mientras en el norte se acumulaban lluvias persistentes, en la mitad sur —especialmente en Andalucía y la Región de Murcia— los termómetros seguían rozando o incluso superando los 30 ºC. Este patrón, más propio de finales de verano que del tramo final de octubre, empieza a tener los días contados.
Según los meteorólogos, una sucesión de frentes atlánticos comenzará a barrer la Península desde el noroeste. Galicia y el Cantábrico serán las primeras zonas en notar el cambio, con cielos cubiertos y precipitaciones intensas que se extenderán después hacia el interior. Se prevén lluvias más débiles en Castilla y León, el Sistema Central y algunas áreas del sur peninsular, aunque sin la intensidad del norte.
El aire polar se abre paso
El fin de semana marcará el punto de inflexión. El tiempo en España experimentará un cambio radical con la entrada de aire polar. Una masa fría que se infiltrará por el tercio norte y se desplazará hacia el centro y el este del país. Esta irrupción provocará un descenso generalizado de las temperaturas, con valores más acordes al otoño avanzado.
Los expertos señalan que no se alcanzarán cifras invernales extremas, pero sí se notará el contraste respecto a las jornadas previas. Las máximas caerán entre 6 y 10 grados en buena parte de la Península y las mínimas bajarán hasta los 5 ºC en capitales como Burgos, León o Soria. En las cordilleras pirenaicas y cantábricas se esperan heladas débiles y los primeros copos de nieve de la temporada.

Durante el paso del frente, el tiempo en España presentará cielos nubosos en la mayoría del país. Las precipitaciones serán más persistentes en Galicia, Asturias, Cantabria y el norte de Navarra, donde podrán ser localmente fuertes. También se prevén lluvias moderadas en el norte de Castilla y León y el Sistema Central.
La cota de nieve descenderá progresivamente hasta situarse entre los 1.500 y los 1.800 metros en los Pirineos, con posibilidad de pequeñas nevadas también en la Cordillera Cantábrica. Estas primeras nieves simbolizan el inicio de la transición hacia el invierno meteorológico, que se aproxima con paso firme.
Contrastes entre el norte y el sur
El tiempo en España volverá a dividir el mapa en dos. Mientras la mitad norte vivirá un ambiente frío, con cielos cubiertos y lluvias frecuentes, el sur seguirá disfrutando de temperaturas más suaves y cielos despejados. En Andalucía y Murcia aún podrían registrarse valores ligeramente por encima de los 25 ºC el sábado, aunque el domingo se impondrá el cambio.
Este contraste térmico entre regiones no es inusual en estas fechas. Pero sí llama la atención por la persistencia del calor en el sur peninsular. Los expertos apuntan que el Mediterráneo mantiene todavía un exceso de energía térmica acumulada tras un verano prolongado, lo que explica que las temperaturas tarden más en normalizarse.

Con la llegada del aire polar, el tiempo en España estará también condicionado por el viento. Se esperan rachas fuertes de componente oeste y noroeste en amplias zonas del país, especialmente en el Cantábrico, el valle del Ebro y el Ampurdán. En estas áreas, el cierzo y la tramontana soplarán con fuerza durante el domingo, contribuyendo a la sensación térmica de frío.
La AEMET prevé que este flujo de norte se mantenga activo hasta el martes, cuando una nueva masa de aire templado del suroeste podría suavizar las temperaturas. Aun así, la entrada del aire frío marcará el primer episodio otoñal de envergadura en lo que va de temporada.




