Entrevista

Eva Nogales: “Ser mujer no es para nada un impedimento para hacer Ciencias”

La primera científica española en ganar el Premio Shaw reconoce a Artículo14 que en su juventud “había padres que podían negar a las hijas el ir la universidad porque se suponía que ellas se tenían que dedicar a labores más sencillas”

Eva Nogales
La biofísica Eva Nogales de la Morena durante la entrevista con Artículo14 IGC

La biofísica Eva Nogales de la Morena nos cita en Colmenar Viejo, un pueblo de la sierra de Madrid del que ambas somos oriundas. Allí nació en 1965, en el seno de una familia humilde de la que heredó dos de los apellidos más típicos de la localidad y el poderoso valor de la educación. Su padre, que ni siquiera pudo acabar la escuela básica, “los fines de semana nos enseñaba a leer y escribir. Cuando entramos en parvulitos, nosotros ya sabíamos”, rememora con mucho cariño, alabando la capacidad instructiva de su progenitor.

En “La Alameda” -un parque del centro del pueblo cercano a su instituto- donde pasó gran parte de su juventud, y rodeada por árboles que le “gustan mucho”, la biofísica confiesa a Artículo14 que, a lo largo de su carrera académica y profesional, ella personalmente no ha sufrido episodios machistas ni discriminación por ser mujer, pero sí mucho “paternalismo”: “Como si yo necesitara ayuda”, comenta indignada.

Eva Nogales

La biofísica Eva Nogales de la Morena

A lo largo de la entrevista y en sus didácticas respuestas se nota que Nogales se mueve por curiosidad, una sed de conocimiento que le ha acompañado toda su vida, “de pequeña me gustaban todas las asignaturas” y aún hoy rige su vida. Esas ávidas ganas de descubrir le han encumbrado a lo más alto de la Ciencia.

Falta de mujeres en STEM

Hoy, cuando miles de jóvenes tienen que decidir su futuro tras las pruebas de la EBAU, preguntamos a Nogales por la falta de mujeres en las conocidas como STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en inglés). La científica es un ejemplo de éxito para todos los españoles, pues no sólo es catedrática de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural en la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) e investigadora en el Instituto Médico Howard Hughes, también lidera su propio laboratorio (The Nogales Lab). Su nombre se hizo conocido en los círculos científicos en 1998, cuando descifró la estructura de la tubulina, una proteína “apasionante” con la que se construyen microtúbulos, fundamental en la división celular. Desde entonces, las distinciones se han sucedido y su campo de investigación también ha aumentado. En 2023, fue galardonada con el premio Shaw en Ciencias de la Vida por una investigación pionera en microscopía electrónica que dilucidó los primeros pasos de la transcripción genética. Es la primera española que logra este prestigioso galardón conocido como el “Premio Nobel asiático”. Desde que fue laureada reconoce “que a nadie le amarga un dulce”. Sin embargo, esta distinción tan popular y mediática acarrea una gran responsabilidad.

“Durante un tiempo tú tienes el foco y tienes que aprovechar esa oportunidad para hacer algo de divulgación científica, para quizá reclutar a gente joven que pueda sentir la pasión que tú sientes por la Ciencia y que, a lo mejor, se identifiquen. Aunque vengan de familias como la mía, que no eran para nada académicas”. En suma, que comprueben con su caso “qué puede pasar, que lo único que tienes que hacer es tener esa ilusión. Después ya es poner dedicación y mucho esfuerzo, pero que no sientan que es imposible o se les niega simplemente por no nacer en una familia de científicos ni de dinero”.

Elegir sin estereotipos

Sobre el futuro de las adolescentes en las carreras STEM, Nogales aboga porque ellas cotejen “un panorama que sea muy amplio, y decidan lo que quieren hacer. No todas las mujeres tienen que ser científicas, pero si a alguien se le pasa por la mente ser científica que no lo deseche, simplemente porque crea que es algo que no es para ella. Lo importante es que ellas se expongan a muchos campos y luego puedan elegir basado en su impresión y no en estereotipos. Eso es muy lamentable. Que cada una se sienta libre para poder hacerlo y que sepa que ser mujer no es para nada un impedimento para hacer Ciencias“.

En estos días en los que hay que decidir el futuro académico, lo que a la científica le gustaría “es que las chicas se diesen cuenta de que tienen muchísimas posibilidades. Si encuentran algo que les apasione, que lo sigan”.

Es más, Nogales admite que la científica que más admira en este momento es una mujer, “una mujer viva que está en mi departamento que sí ha ganado el Premio Nobel. La colmenareña conoce ya a unos 50 premios nobel, pero es su compañera de Berkeley Jennifer Doudna, la que le parece más especial. “Es una persona excepcional, ganó el Premio Nobel (de Química en 2020) por el uso de la CRISPR como técnica para la ingeniería genética. Fue la primera que demostró que se podía utilizar este sistema y si no lo hubiese ganado por eso, lo habría ganado por otras cosas porque es muy brillante y trabajadora. Una gran apasionada por el conocimiento con un sentido práctico enorme. Además, el premio no se le ha subido a la cabeza”, remacha.

A Nogales le molesta que se trivialice con el Premio Nobel, “es cierto que a todos los que se lo dan son excepcionales, pero muchísima gente excepcional no los tienen“, remarca. No le gusta que le hagan constantemente la pregunta “‘¿tú trabajas para el premio Nobel?’ Pues no, no trabajo para el Premio Nobel, porque esta sería una vida miserable. Yo trabajo para el tipo de descubrimiento que quizá merezca el Nobel, pero es el descubrimiento el que me da alas”, relata.

Eva Nogales

La biofísica Eva Nogales de la Morena en la Alameda, Colmenar Viejo

Aún no ha paseado por la calle que el Ayuntamiento de Colmenar Viejo ha puesto en su honor, pero promete andarla antes de volver a California. “Hay una nueva zona en el norte del pueblo y hay una avenida de la que salen calles con nombres de mujeres científicas españolas. Está la calle dedicada a Margarita Salas, que es una auténtica heroína de la Ciencia en España, en bioquímica. Ella creó escuela con su trabajo en un tiempo donde las mujeres realmente estaban siendo discriminadas. Está María Blasco, la directora de CNIO… Me ha gustado el hecho de que se dedicara un barrio entero a mujeres científicas, porque cuando las niñas paseen con sus padres o abuelos, verán el nombre de una calle con una mujer famosa por ser científica y con el mismo nombre que el suyo“.

Discriminación

Al hablar de su prolífica carrera, pionera en tantos sentidos, Nogales asegura que ella no sufrió el machismo o la discriminación por ser mujer. “No la viví, pero lo vi a mi alrededor en otras compañeras, muy, muy extremo. Mis padres siempre pensaron que mi hermano y yo teníamos el mismo derecho a estudiar y se nos trataba más o menos igual. Ellos pensaban que yo podía ir tan lejos como quisiera”.

Pero en aquel entonces, recuerda Nogales, “había familias donde, especialmente los padres, podían negar a las hijas el ir la universidad porque se suponía que ellas se tenían que dedicar a otras cosas, a labores más sencillas como ser secretaria”.

Falta de referentes

En la universidad, ella tampoco sufrió discriminación, “pero sí que a las chicas se les trataba de forma diferente, por ejemplo, se les hacía comentarios sobre su aspecto”. Lo que ella más sufrió “es la falta de referentes cercanos en mi campo de investigación durante muchos años. Yo trabajo en la biofísica y éramos minoría. Y aunque los números están aumentando, seguimos estando en minoría en todas las Ciencias. Todo lo que tiene Matemáticas y es más cuantitativo tiene menos mujeres. Por eso es tan importante que se tengan estos referentes”.

Sobre el “paternalismo”, que sí ha vivido, cuando los hombres te tratan “como si necesitases ayuda, es, en algunos casos, ridículo: ¿En qué manera tú me puedes dar a mí lecciones? Eso es lo que, de vez en cuando, les asusta un poco a los hombres. Hay algunos que todavía no asumen, por ejemplo, que las mujeres puedan hacer algo o determinadas tareas tan bien como ellos o incluso mejor. Creo que hay muchos hombres en España y en Estados Unidos que lo aceptan perfectamente y es porque están más seguros de sí mismos. En realidad cosas como esas solo tienen que ver con tu propia inseguridad”.

A este respecto, “lo importante es que las mujeres nos apoyemos las unas a las otras, que hablemos mucho porque una de las cosas que nos pasan, un poquito más que a los hombres, es que tendemos a ser más inseguras. No sé si tiene que ver con cómo se nos educa”.

El síndrome de la impostora

“Siempre digo, que los científicos dudemos de nosotros mismos y que dudemos de nuestros experimentos -si no nos paraliza- está muy bien porque nos hace ser más críticos. Pero no puedes dejar que te paralice. Hay que aceptar que no somos perfectas, nadie lo es”.

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La biofísica Eva Nogales de la Morena durante la entrevista con Artículo14

No podemos despedirnos sin mencionarlas a ellas. Y es que si algo ha sido fundamental para que hoy esté dónde está son sus tres profesoras del Instituto Marqués de Santillana. Casualmente, las tres mujeres. Avelina Lucas (Matemáticas), Ana Cañas (Física) y Ana de Frutos (Biología) lograron inspirar a Nogales para que se convirtiera en eminencia. “Ha significado mucho para mí. Profesoras de estas asignaturas que se suponen son las más difíciles. Pero es que además, de que son mujeres, han tenido un enorme talento para enseñarlo, para lograr que interese. Lo hacían muy bonito”, recuerda, no sin antes admitir que este mismo lunes ha quedado con ellas. “Además, las tres tienen mucho empuje, mucho carácter y muy fuerte. Son muy seguras de sí mismas, con las ideas muy claras y unas grandes amantes de la educación. Creían y siguen creyendo en la importancia de la educación pública”, expone, de quienes fueron sus grandes referentes.

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