El mundo pendiente de Roma: cuenta atrás para el cónclave

Dieciséis días después del fallecimiento de Francisco, el mundo vuelve la mirada a Roma. Con la misa Pro eligendo Papa arranca el proceso que culminará con la fumata blanca y el anuncio del sucesor del Pontífice argentino

El mundo está pendiente de Roma. El proceso de elección del próximo Papa de la Iglesia Católica comienza hoy, dieciséis días después del fallecimiento de Francisco. Los cardenales ya convocados en la Casa de Santa Marta saldrán a primera hora de la mañana hacia la basílica de San Pedro, donde a las 10:00 h. se celebra la misa Pro eligiendo Papa (“Para la elección del Papa”); una ceremonia oficiada por el decano del Colegio Cardenalicio que marcará el inicio oficial del cónclave y que culminará con la elección del nuevo líder espiritual de la Iglesia Católica.

Se trata de una misa concelebrada por todos los cardenales electores a la que están también invitados todos los demás cardenales, los no electores, los obispos, sacerdotes, diáconos, los miembros de los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, así como todos los fieles presentes en Roma. En la ceremonia se pide a Dios que les ayude en la elección del nuevo Papa, pero será muy relevante la homilía que pronuncie el cardenal decano, pues será el último discurso público antes de la elección. Una homilía donde se suele trazar el perfil que en su opinión debe de tener el nuevo Pontífice, y los criterios que deben guiar a los cardenales durante la elección.

Los cardenales, en la misa 'Pro eligiendo Pontifice'
Los cardenales, en la misa ‘Pro eligiendo Pontifice’

Una vez terminada la ceremonia, los purpurados ya no podrán abandonar territorio vaticano ni entrar en contacto con personas externas a la elección hasta que haya un nuevo obispo de Roma. Los 133 cardenales electores quedarán en aislamiento total, sin acceso a teléfonos móviles, internet ni contacto con el exterior.

¡Extra omnes!

A primera hora de la tarde, los cardenales participarán en una procesión solemne hasta la Capilla Sixtina, lugar y sede del desarrollo de la elección. A medida que avanzan hasta la Sixtina, los cardenales cantan letanías de los santos y el Veni Creator para invocar la asistencia del Espíritu Santo. Una vez allí, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas pronunciará el famoso ¡Extra omnes! (Todos fuera), y todas las personas no autorizadas abandonarán la sala. Las puertas de la Capilla Sixtina se cerrarán con llave. En de cada uno de los accesos a la capilla habrá dos guardias suizos cuya labor es impedir la entrada de cualquier persona durante la elección.

Dentro del cónclave, los 133 cardenales escribirán en secreto el nombre de la persona que considere más idónea para ser Papa en una papeleta repartida previamente de forma rectangular y con las palabras “Eligo in Summum Pontificem” (Elijo Sumo Pontífice) escritas en la mitad superior, en la parte inferior, un espacio para escribir el nombre que cada uno haya elegido. La ley establece que debe ser rellenada de modo secreto y con un solo nombre con una caligrafía que impida que se reconozca la identidad del votante. Luego será doblada dos veces para evitar que se vea el nombre escrito en ella.

La Capilla Sixtina ya está preparada para el cónclave
La Capilla Sixtina ya está preparada para el cónclave

La votación continuará hasta que un candidato obtenga dos tercios de los votos. Se necesitan, por lo tanto, 89 votos. Si no se logra este umbral, las papeletas se quemarán con un compuesto químico que producirá humo negro, señal de que no se ha alcanzado un consenso. Los fieles que esperan mirando hacia el tejado de la Capilla Sixtina verán que desde la chimenea, colocada por el personal del Vaticano hace un par de días, saldrá humo negro. Fumata negra. No ha habido consenso.

El proceso de votación se repetirá hasta que un candidato sea elegido. A partir del miércoles y siempre y cuando no haya sido elegido en la primera votación, el proceso se repetirá dos veces por la mañana, sobre las 12:00 h., y dos por la tarde, sobre las 19:00 h., así hasta que se consigan esos dos tercios de los votos. Una vez que esto ocurra, se le preguntará al elegido si acepta el cargo y qué nombre desea adoptar. La confirmación de un nuevo Papa será anunciada con una fumata blanca, visible desde la Plaza de San Pedro, y conoceremos finalmente quien es el sucesor del Papa argentino.

La continuidad del pontificado de Francisco es un tema de debate entre los cardenales. Algunos buscan mantener la línea pastoral y reformista de Francisco, mientras que otros abogan por un enfoque más tradicional. La decisión final dependerá de la guía del Espíritu Santo y de la sabiduría de los cardenales electores. Hasta entonces, todas las miradas estarán puestas en la parte exterior de la Capilla Sixtina en esa chimenea, que mide casi dos metros de altura, para que pueda ser visible desde toda la plaza de San Pedro, aunque la realidad es que el humo blanco llegará hasta todos los puntos del Planeta que espera impaciente el Habemus Papam.

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