¿Qué santo se celebra hoy miércoles 22 de octubre? En honor a un papa inolvidable

Este célebre Papa destacó por su cercanía con los jóvenes, sus numerosos gestos públicos y su papel como puente entre culturas y épocas

El Papa y santo Juan Pablo II.

Cada día del año cuenta con una serie de nombres venerados en la tradición católica: santos, mártires, obispos y otros personajes cuya vida dejó huella en la historia de la Iglesia. Este 22 de octubre no es la excepción, y la fecha reúne una selección de santos que hoy muchos fieles recordarán con gratitud y devoción.

San Juan Pablo II: un pontificado inolvidable

Sin duda, el nombre más reconocido del día es el de San Juan Pablo II. Nacido en Polonia como Karol Józef Wojtyła en 1920, fue elegido Papa en octubre de 1978 y ejerció un pontificado lleno de dinamismo, que se prolongó casi 27 años. En su labor como máximo pastor, visitó más de 130 países, promovió el diálogo interreligioso, defendió los derechos humanos y animó una renovada cercanía con los jóvenes.

La Iglesia celebra su festividad el 22 de octubre, fecha que coincide con la inauguración formal de su papado. Hoy en día, muchas parroquias, escuelas y comunidades católicas conmemoran su vida con misas especiales, actos de reflexión y oración por su legado.

Otros santos conmemorados en esta fecha

Más allá del Papa polaco, el santoral del día incluye diversos nombres que tienen su lugar en la memoria cristiana. Entre ellos figuran:

  • San Abercio de Hierápolis, obispo del siglo III, famoso por sus viajes y su celo evangelizador. Se le considera discípulo itinerante que recorrió varias regiones predicando y consolidando la fe.
  • Santa Alodia de Huesca y Santa Nunilona (Nunilona) de Huesca, dos jóvenes mártires que vivieron en la península ibérica en el siglo IX y cuya firmeza en la fe las llevó al sacrificio.
  • Santa Córdula, cuyos datos biográficos son escasos, pero que se conserva como parte del recuerdo conjunto con Alodia y Nunilona.
  • San Benito de Massérac, un religioso del siglo IX que vivió una vida retirada y contemplativa en la región bretona de Francia.
  • San Donato Scoto, cuya memoria está asociada a la tradición escocesa o irlandesa de la iglesia primitiva.
  • San Leotadio de Auch, obispo de Auch en la Galia medieval, reconocido por su labor pastoral y liderazgo eclesiástico.
  • San Lupencio (o Lupencio de Châlons), abad o presbítero vinculado a la región de Châlons-sur-Marne, que murió mártir tras recibir persecución injusta.
  • San Malón de Rouen, figura menos documentada, que aparece en algunos martyrologios ligados a la región de Normandía.
  • San Marcos de Jerusalén, obispo del siglo II que habría ejercido su ministerio en la ciudad bíblica, enfrentando los tiempos difíciles del cristianismo temprano.
  • San Moderano de Berceto, asociado a la región italiana de Emilia, con tradición local de santidad.
  • San Valerio de Langres, pastor y líder cristiano en la ciudad gala de Langres durante tiempos de persecución.
  • San Verecundo, cuyo cargo episcopal figura en registros antiguos como obispo venerado en algunas regiones del sur europeo.

Nombres que hoy pueden celebrar su onomástica

Hoy, quienes llevan alguno de estos nombres —Juan Pablo, Abercio, Alodia, Nunilona, Córdula, Donato, Leotadio, Lupencio, Malón, Marcos, Moderano, Valerio, Verecundo— pueden recibir felicitaciones por su día. En muchas parroquias, escuelas y comunidades, se acostumbra a dedicar oraciones especiales o misas por quienes celebran su santo.

Un día para reflexionar

La celebración de un santo no es simplemente una efeméride: es una invitación a contemplar el testimonio de fe, entrega y esperanza que estos hombres y mujeres ofrecieron. San Juan Pablo II destacó por su cercanía con los jóvenes, sus numerosos gestos públicos y su papel como puente entre culturas y épocas. Otros santos del día nos recuerdan la diversidad del cristianismo primitivo: mártires, obispos, religiosos silenciosos que prefirieron el servicio discreto.

En un mundo donde la memoria se desvanece con rapidez, el santoral sigue ofreciendo un vínculo con la tradición, con la historia de la Iglesia y con la inspiración espiritual para quienes buscan nombres que honrar. Este 22 de octubre, al pronunciar un “Feliz santo” o incluso al detenerse a leer una biografía breve, se revive una herencia que va más allá del presente: una llamada a la perseverancia, la fe y el testimonio.

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