Lograr que los hijos duerman solos, en su propia cama, es uno de los desafíos más comunes en la crianza. Muchos padres experimentan frustración cuando los niños se resisten a abandonar la cama familiar, generando noches de insomnio y estrés para todos. El reconocido pediatra Carlos González, experto en crianza respetuosa y autor de libros superventas como Creciendo juntos, ofrece un enfoque innovador.
En su podcast Criando sin miedo, González explica cómo convertir este proceso en una experiencia positiva, evitando la angustia en los niños y favoreciendo su autonomía.
Las claves de un experto para que los hijos duerman solos

Según cuenta González, los 3 años de edad suelen ser el momento óptimo para iniciar la transición de la cama familiar a la individual. Antes de esta edad, los niños tienen un apego natural a dormir con sus padres, ya que buscan seguridad y su cercanía. Forzar la separación prematuramente puede generarles una gran ansiedad.
El desarrollo cognitivo que tienen en este momento, les permite tomar sus decisiones y entender las explicaciones de su familia. Esta involucración positiva pasa por “venderles la moto”, indica el experto.
Conseguir esta participación por la parte de los pequeños tiene tres claves. El método empieza por hacerles partícipes de la elección de esta transición. Por ejemplo, permitirles probar varias almohadas, comprar un peluche o luz de mesita que les agrade y calme, e incluso dejarles escoger un juego de sábanas de sus personajes ficticios favoritos.
Asimismo, hay que hacerles entender este cambio como un logro. El pediatra recomienda decirles cosas como: “Ahora tendrás tu propia cama porque ya eres mayor”. Asociar esta independencia como un cambio importante les ayuda a encajarla mejor.
Por último, pero no por ello menos importante, González invita a confiar en la flexibilidades. Se debe permitir a los hijos poder dormir alguna noche en la cama familiar si lo necesitan. Pero este regreso debe ser excepcional, y bajo ciertos acuerdos. Por ejemplo, pidiéndole que no haga mucho ruido.
Errores a evitar y beneficios de este enfoque basado en el respeto
Esta implicación positiva predicada por Carlos González implica varios beneficios, como conseguir que se descanse mejor cada noche en casa. Con este enfoque, se favorece una comunicación sin imposiciones, ayudando a tener una buena relación entre padres/madres e hijos. Esto llevará, eventualmente, a que los hijos duerman solos a tener confianza en su autonomía sin pasar por malos tragos.
El creador de Criando sin miedo avisa de los errores a evitar durante este proceso. Es muy importante evitar usar palabras que puedan hacer al niño sentirse presionado o ridiculizado. Igual de peligroso es ignorar sus peticiones, sobre todo las que más repite. Y tampoco es buena idea hacerle una prohibición inquebrantable, pues podemos generarle un gran miedo.
En definitiva, que los pequeños consigan dormir solos no debe ser una pelea, sino un proceso donde se tengan respeto y paciencia todas las partes implicadas. Cada niño y niña tiene su propio ritmo, y como figuras paternas, hay que adaptarse a estos para conseguir un bienestar emocional familiar de gran calidad.