En Toledo residen poco más de 86.000 habitantes. Sin embargo, en apenas seis meses de 2025, la ciudad ha recibido casi 300.000 viajeros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). A ello se suman cerca de medio millón de pernoctaciones registradas entre enero y junio.
Esta presión turística, especialmente en el casco histórico, ha llevado al Ayuntamiento de Toledo a aprobar la primera ordenanza municipal en España que regula de manera específica la actividad turística.
Una ordenanza pionera en España
La norma, impulsada por el equipo de Gobierno del PP y Vox, fue aprobada inicialmente en julio y está previsto que se ratifique en septiembre. Con ella, Toledo se convierte en la primera ciudad española en dotarse de una regulación integral del turismo.
El texto establece limitaciones a la circulación en las calles más saturadas, fija normas sobre el tamaño de los grupos organizados y endurece las condiciones para los guías y empresas. El objetivo, según el concejal de Turismo, José Manuel Velasco, es “preservar el patrimonio y garantizar la convivencia entre toledanos y visitantes”.
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La ordenanza identifica zonas críticas del centro de Toledo, como la calle Hombre de Palo, la plaza del Consistorio y el pasadizo de Balaguer. En estos puntos se aplicarán medidas específicas de movilidad.
Los grupos deberán caminar en fila por calles estrechas y facilitar el paso a residentes, carritos de bebé o personas con movilidad reducida. Además, se prohíbe bloquear accesos a viviendas y comercios o interrumpir el tránsito en cruces peatonales. Se trata de medidas pensadas para mejorar la convivencia en una ciudad donde el turismo convive con la vida cotidiana de sus vecinos.
Límite a los grupos turísticos
Uno de los puntos clave es la reducción del tamaño de los grupos organizados. En las zonas declaradas saturadas de Toledo, los grupos no podrán superar las 30 personas, salvo autorización expresa del Ayuntamiento.
También se restringe el uso de altavoces y megafonía por parte de los guías. Así como el uso de paraguas de colores para identificar a los tours. Una práctica habitual en los free tours que representan en torno al 10% de las visitas. Además, queda prohibido el uso de megafonía a partir de las 23:00 horas.

La nueva normativa otorga al consistorio de Toledo la capacidad de establecer aforos en determinados espacios cuando exista riesgo de saturación. Asimismo, podrá diseñar recorridos alternativos para redistribuir el flujo de visitantes.
De esta forma, la ciudad podrá adaptarse en tiempo real a los picos turísticos, evitando aglomeraciones en zonas especialmente frágiles de su casco histórico. El incumplimiento de estas medidas conllevará sanciones para los responsables de los grupos.
¿Qué pasa con el transporte turístico?
La ordenanza también regula los servicios de transporte vinculados al turismo. En Toledo solo se permitirá una licencia para el tren turístico y otra para el autobús turístico, con el fin de limitar el impacto de estos vehículos en la movilidad del casco histórico.
De esta manera, se busca equilibrar la oferta turística sin saturar las calles con un exceso de servicios similares.

La ordenanza contempla además la creación de un Consejo de Turismo, que sustituirá al actual Patronato municipal. Este órgano servirá de espacio de participación y coordinación entre las administraciones, los profesionales del sector y los vecinos de Toledo.
El objetivo es que las decisiones sobre la gestión turística se tomen de manera consensuada y con visión de futuro, garantizando la sostenibilidad de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.