Este verano se ha desatado en redes todo un fenómeno en torno a un concepto: ‘español de charca’. Este lleva años fraguándose en los comentarios en redes y podcast aunque ha sido este verano cuando se ha viralizado y ha ocupado el debate cultural.
El ‘español de charca’ es una versión caricaturesca, pícara y entrañablemente cutre del español medio, que se caracteriza por buscar siempre el máximo beneficio con el mínimo gasto. Es una forma de ser marcada por la astucia popular, el aprovechamiento extremo de recursos, pequeñas trampas cotidianas, trucos de supervivencia urbana y una ética del “apaño” constante.
No es tanto una cuestión de clase social como de mentalidad: la del que congela pan, cuela palomitas revenidas en el cine, guarda salsas del McDonald’s o se ‘hace el loco’ para entrar gratis a eventos. Es la exaltación irónica de la cultura del “gorroneo fino”, del ingenio doméstico y de la cutrez orgullosa.
El origen de la charca
Según la Real Academia Española, una charca es simplemente un depósito de agua detenida en un terreno, natural o artificial. Pero en su sentido popular contemporáneo, charca ha sido resignificada como un espacio simbólico donde habitan quienes se conforman con lo común, lo trillado y lo cutre.
Cuando se aplica este concepto a ciertos comportamientos del español promedio, surgen ejemplos que terminan definiéndolo como aquella persona que es parte del consumismo acrítico y la pasividad urbana. Se trata de rutinas sociales repetitivas, modas superficiales y clichés culturales de usar y tirar.
Por ejemplo, el español de charca se lleva la toalla del hotel, se pone calzoncillos debajo del bañador o usa mochilas de cadenas genéricas como Basic-Fit. Disfruta de los eventos que representan el “menos es más” con orgullo de gorrón, pues es seguidor de cualquier tipo de promoción.
Actitudes de un español de charca
Aunque muchos han tratado de cancelar o ejemplificar erróneamente lo que significa ser ‘español de charca’, aquí van 10 ejemplos que explican lo que significa:
1. Llevar comida de casa al cine, sobre todo palomitas revenidas
Meter snacks caseros (que suelen tener olor fuerte) o palomitas pasadas para no pagar en el bar del cine es puro ADN charca.
2. Ir al buffet y hacerse un bocadillo para más tarde
Aprovechar el desayuno del hotel para hacerse provisiones ‘pa luego’ es un clásico charca, mezcla de supervivencia y estrategia.
3. Ponerse seis capas de ropa para no pagar maleta de avión
Vestirse con varias capas en el aeropuerto con tal de evitar el suplemento de equipaje, es una técnica habitual del español de charca viajero.
4. Meterse en varias películas con una sola entrada de cine
Optimizar al máximo la entrada del cine colándose en otras salas representa la picaresca charca en estado puro.
5. Congelar pan o comer en buffets sin desayunar antes “para aprovechar”
Tácticas de ahorro extremo que combinan la economía doméstica con un sentido casi táctico del consumo.
6. Guardar salsas del McDonald’s, servilletas del bar o tuppers del chino
Reutilizar cualquier recurso gratuito refleja la mentalidad charca del “nada se tira”.
7. Alquilar un apartamento para cuatro cuando vais ocho
Una forma clásica de rebajar costes ignorando toda regla de convivencia.
8. Ir a eventos solo por lo gratis: camisetas, bocatas o bebida
Desde concursos de televisión hasta cabalgatas: el español de charca se lanza a por lo gratuito.
9. Pagar suscripciones a pachas o gorronear Netflix
Compartir cuentas o usar contraseñas de amigos no es solo ahorro: es el deporte nacional del charca digital.
10. Hacerte fotos en el aeropuerto o con pantallas de vuelos aunque no viajes
Fingir un viaje de lujo (cuando en realidad vas en bus a Cuenca) es la cúspide del postureo charca: low cost y apariencia en un solo ejemplo.
Mas allá del prejuicio
El ‘español de charca’ es un concepto que puede parecer algo clasista y ofensivo hacia las clases sociales que tienen esta forma de vida por supervivencia. De hecho, hay quienes hablan de ello como si fuese una ‘mentalidad de pobre’ o ‘conformista’.
El español tiene que empezar a darse cuenta que es pobre y dejar de normalizar la mentalidad de charca: pic.twitter.com/DvqPL2wnYi
— Wall Street Wolverine (@wallstwolverine) May 4, 2025
Sin embargo, el español de charca es una caricatura de todos los españoles, pues la picardía, la resistencia y ‘el apaño‘, son el resultado de una forma de vivir que no entiende tanto de clases sociales.
Se trata mas bien del resultado de la historia de un país que ha salido con resiliencia una y otra vez de varias crisis, siempre con humor y austeridad, que con el tiempo han ido creando este tipo de carácter tan entrañable y distintivo.