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‘Hu / Bailad como si nadie os viera’: el ‘Sirat’ de Oliver Laxe llega al Museo Reina Sofía

Tras cosechar varias nominaciones a los Globos de Oro y entrar en las shortlists de los Oscars, el cineasta gallego inaugura una exposición que amplía el universo de su galardonado film

Oliver Laxe en la presentación de la exposición HU / Bailad como si nadie os viera

Oliver Laxe está conquistando el mundo entero con su cine, su sensibilidad expresiva y su particular visión artística. Su última película, Sirat, fue elegida como representante española para los premios Oscar de la academia de las ciencias y las artes cinematográficas estadounidense, apenas unos meses después de haber sido galardonado con el Gran Premio del Jurado en la última edición del festival de Cannes. Más recientemente, ha sido protagonista en las nominaciones de varios de los premios más importantes, tanto del país como internacionalmente. Pese a no llevarse ninguna estatuilla en los Premios Forqué, celebrados este mes, el film fue nominado a dos categorías (película internacional y música) en los Globos de Oro, y la semana pasada se anunció que estaba en la carrera por lograr la nominación en cinco secciones de los Premios Oscar, incluyendo también película internacional y música, así como sonido, casting y fotografía.

Ahora, el cineasta gallego expandirá el universo de su celebrado film en el Museo Reina Sofía de Madrid. La nueva instalación audiovisual HU / Bailad como si nadie os viera, parte del proceso creativo, la investigación y las grabaciones que dieron lugar a la película y ocupa dos salas del Espacio 1, en el edificio Sabatini del museo, cuya nueva programación se inaugura con esta muestra y estará dedicada al cine de exposición. 

MADRID, 16/12/2025.- El cineasta gallego Oliver Laxe, ante la instalación ‘Oliver Laxe, HU/????. Bailad como si nadie os viera’, parte de la investigación y de las grabaciones de la película Sirat, Gran Premio del Jurado en Cannes, 2025, durante la presentación este martes en el Museo de Arte Reina Sofía de dicha instalación, junto con una retrospectiva de la filmografía de Laxe y una carta blanca con tres películas escogidas por el autor. EFE/ Fernando Villar

La primera sala pretende ser una experiencia sensorial a través del sentido del oído. Solo una cosa ocupa la habitación, que sirve como preparación para lo que se va a ver en la segunda, tal y cómo se estructuraban los edificios religiosos y templos de la antigüedad, donde una antesala se usaba para purgar toda distracción exterior. Así, este objeto se trata de una especie de tótem, constituido por una pirámide de altavoces de unos tres metros de altura. En la penumbra, esta construcción emite una vibración, continua y sin variaciones melódicas notorias, obra de su colaborador en la película, Kangding Ray, y que pretenden poner en trance al visitante, en una clara referencia a las raves del desierto que se muestran en la película de Laxe. 

En la siguiente sala, tres proyecciones muestran paisajes desérticos, muy similares a aquellos que dibuja el gallego en su film, pero salpicadas aquí y allá por siluetas y formas lejanas de edificios religiosos, series de altavoces y personas moviéndose por el espacio. El artista filmó estas imágenes de antiguas construcciones religiosas hace una década en Irán. Así, la exposición parece suponer una vuelta a los orígenes para Oliver Laxe, ya que además de volver a su pasado, se presenta uno de los temas más importantes en su filmografía, la trascendencia desde la pura corporalidad, el baile por impulso, el recuerdo y la presencia de lo sagrado en el paisaje natural, arquitectónico y sonoro, ya que mezcla los sonidos de esta sala con la emisión de la anterior.

Imagen de la exposición HU / Bailad como si nadie os viera

La muestra es solo la primera parte de la experiencia, ya que para la ocasión, el museo proyectará en el Cine del Museo los cortometrajes de la carrera temprana de Laxe, así como sus 4 largometrajes. Por otro lado, el cineasta ha seleccionado cuatro películas que entablan diálogo con las suyas: Highway (1999), de Sergei Dvortsevoy; La isla desnuda (1960), de Kaneto Shindo; Las estaciones (1975), de Artavazd Peleshyan y Trás-os-Montes (1976), de Antònio Reis y Margarida Cordeiro.

En la presentación de la instalación, Laxe ha reflexionado sobre su proceso de creación, equiparándolo al que se hace en un museo: “Llevo años trabajando con imágenes y experimentando con estas comunidades alternativas y viendo lo que tienen de sagrado, el ceremonial del baile, la relación con la herida. La obra empieza hoy, vamos a ver qué es, vamos a sentir, porque cada persona tendrá una experiencia diferente”. Para los comisarios del proyecto, Julia Morandeira y Chema González, la instalación “comparte imaginario con Sirāt pero es una pieza singular, con un tratamiento del espacio radical, porque va a la raíz, con gestos contundentes, un espacio sobrio pero fuerte, directo, en el que la cuestión de la oscuridad modula la experiencia”.

La exposición estará disponible para visitas hasta el 20 de abril, y cuenta con un aforo de 40 personas que se irá renovando cada media hora.

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