Crítica de cine

Leer ‘Lolita’ en Teherán: el arte como resistencia a la tiranía y la represión misógina

La adaptación cinematográfica de "Leer ‘Lolita’ en Teherán" aspira a capturar la fuerza emancipadora de la literatura en un contexto de represión, pero tropieza al trasladar a la pantalla la intensidad política y emocional del libro de Azar Nafisi

'Leer Lolita en Teherán', la película de Eran Riklis que adapta las memorias de Azar Nafisi
'Leer Lolita en Teherán', la película de Eran Riklis que adapta las memorias de Azar Nafisi

La novela más famosa de Vladimir Nabokov, Lolita, está protagonizada por una niña que es privada de su voz, y reducida a objeto de deseo y de fabulación por parte de un hombre que habla en su lugar. El gran Gatsby, la obra maestra F. Scott Fitzgerald, retrata un mundo en el que las apariencias importan más que la verdad; En Madame Bovary, de Gustave Flaubert, el deseo femenino es sofocado por las normas sociales.

Esos y otros textos célebres son referenciados en Leer ‘Lolita’ en Teherán, el libro autobiográfico de Azar Nafisi cuya intrepidez a la hora de establecer paralelismos entre lo contado en diversos clásicos de la literatura occidental y la vida cotidiana de las mujeres iraníes bajo el represivo régimen de los ayatolás -que secuestra sus cuerpos, sus pensamientos y sus voces- en buena medida explica tanto el éxito apabullante de crítica y público que obtuvo en el momento de su publicación, hace ya dos décadas, como por qué sigue siendo leído, estudiado y debatido tantos años después. Ahora, su adaptación cinematográfica homónima derrocha reverencia mientras explora cómo la literatura, el arte y la ciencia pueden contribuir a preservar la humanidad en un contexto de barbarie.

Leer ‘Lolita’ en Teherán, el libro autobiográfico de Azar Nafisi
Leer ‘Lolita’ en Teherán, el libro autobiográfico de Azar Nafisi

Dirigida por el israelí Eran Riklis -su nacionalidad no deja de ser irónica, dada la hostilidad actual entre Israel e Irán-, la película se fija objetivos tan altos como los logros del libro. En concreto, su misión es cuádruple: en primer lugar, narrar la historia de vida de Nafisi a lo largo de más de veinte años desde la Revolución Islámica hasta la segunda mitad de los años 90, prestando especial atención a su ejercicio como profesora de literatura anglosajona en la universidad y en el club de lectura clandestino que creó posteriormente; también repasar las terribles consecuencias que la imposición de una autoridad basada en el extremismo dogmático tuvo en Irán desde entonces, sobre todo para una población femenina privada de libertad, obligada a llevar el velo y sistemáticamente amenazada con la cárcel, la tortura y el asesinato; asimismo, explorar las personalidades tanto de Nafisi -encarnada por la actriz iraní Golshifteh Farahani, que huyó del país en 2009 y tiene prohibido regresar- como de otras siete mujeres, que ejercen de símbolos de sororidad, feminismo y resiliencia intelectual contra el oscurantismo; y, por último, conectarlo todo con una serie de obras literarias ilustres. Sin embargo, condensar todos esos asuntos en 107 minutos de metraje exige más capacidad de síntesis de la que Riklis demuestra ser capaz aquí.

Sobre el papel, Leer ‘Lolita’ en Teherán funciona a modo de reflexión sobre la compleja interacción entre lo real y la ficción; para las mujeres integrantes del club de lectura secreto, que una vez a la semana se reúnen para intercambiar opiniones en un lugar donde tal cosa está prohibida, la literatura ofrece un espacio seguro de debate y reconocimiento mutuo, un escudo contra el mundo exterior y una vía de escape de la opresiva vida cotidiana, y una oportunidad tanto par replantearse el propio destino como para rebelarse contra él. Y mientras las contempla, Riklis las obliga una y otra vez a verbalizar con palabras los temas de la película, a través de debates que se perciben como demasiado obviamente guionizados como para ser capaces de capturar la energía que se les presupone a los intercambios de ideas de verdadero calado intelectual.

La actriz Golshifteh Farahani protagoniza "Leer 'Lolita' en Teherán"
La actriz Golshifteh Farahani protagoniza “Leer ‘Lolita’ en Teherán”

Peor aún, en esos diálogos se echan de menos tanto una verdadera sensación de impotencia y derrota, de dolor por los sueños rotos y de vacío, como la evocación convincente de la rebeldía y la capacidad de rebelión consustanciales al arte literario y la imaginación. Y, en conjunto, la recreación de la película no logra transmitir los niveles de represión dictados por los dogmas religiosos y patriarcales con la sensibilidad que el asunto requiere, ni el significado político de un acto de desobediencia como el que aquel club de lectura representa. En última instancia, el valor de Leer ‘Lolita’ en Teherán estriba principalmente en su vigencia. Como atestiguan la situación actual en Irán y la ola de misoginia y antifeminismo que recorre el planeta, el mensaje de igualdad, resistencia y solidaridad que transmite resulta especialmente relevante.

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