La entrevista

Mariló Montero: “El progresismo es una mentira, una falacia. No estamos progresando en nada”

La periodista navarra, que dirigió 'La mañana' de TVE en tiempos de Zapatero y ha vuelto a la actualidad por su encontronazo con Broncano, reivindica su trayectoria: "Ser coherente me ha costado caro, pero el silencio es la peor dinamita contra el populismo"

Mariló Montero vuelve a estar en boca de todos. La escena en la que interpeló a David Broncano sobre la imparcialidad de la televisión pública reabrió un viejo debate en RTVE y devolvió al primer plano a una profesional que, desde sus inicios en la radio navarra hasta su etapa como presentadora de La Mañana de TVE en la era Zapatero, nunca ha rehuido la controversia. Mujer de rutinas férreas y de voz clara, Montero ha desafiado etiquetas: conservadora al frente de programas en una televisión gobernada por la izquierda, firme feminista pero crítica con lo que llama “feminismo a la carta”, y periodista que ha sobrevivido en un ecosistema mediático dominado por hombres. Entre la televisión, la radio y su salto a MasterChef, sigue defendiendo que hablar libre y serenamente es su forma de resistencia.

Un día en la vida de Mariló Montero es una semana para un mortal. ¿A qué hora te levantas?

No tengo la disciplina de Mario Vargas Llosa de levantarme temprano para escribir, ni tampoco mi trabajo me lo exige. Yo tengo tertulias, compromisos, otras rutinas. Durante mucho tiempo me levanté a las tres de la mañana para hacer deporte, porque trabajando en las mañanas de Televisión Española no había otra forma de encontrar ese hueco. Después llegaba a Prado del Rey antes que nadie: el guarda de seguridad me daba la llave, yo abría la puerta, encendía las luces… era la primera en llegar. Actualmente me levanto a las seis, hago deporte y luego empiezo mi jornada. Eso me permite sentir que ya tengo el día hecho. En verano, aunque esté de vacaciones, me pasa igual: lo primero es hacer deporte. Después puedo improvisar, salir con amigos hasta tarde, pero ya con la sensación de haber cumplido conmigo misma.

¿Te imaginabas que tu vida iba a ser así? Los periodistas tenemos fama de nocturnos…

Es cierto que los periodistas solemos estar asociados a la vida nocturna. En mi caso, mi concentración se amplifica de noche. El silencio de la ciudad y la ausencia de llamadas o interrupciones me permiten trabajar con mucha intensidad. Es un momento de refugio. Aun así, ahora intento acostarme temprano. A las once y media de la noche ya estoy durmiendo.

Hablas a menudo de tu infancia en Estella. ¿Qué queda hoy de aquella niña navarra en la mujer que vemos en los platós y en la vida pública?

No vivo la infancia de forma tan presente, salvo por el vínculo con mis amigas de Estella, las mismas con las que fui al colegio. Esa unión permanece. También mi familia y mis visitas a Estella, que me gustaría que fueran más frecuentes. De aquella niña queda la mirada que reconozco en fotografías antiguas: sé qué pensaba en ese momento, las ganas de hacer muchas cosas en la vida. Trato de mantener mi vida variada, nada aburrida ni monótona.

Mariló Montero presentó 'La Mañana' de TVE entre 2009 y 2016
Mariló Montero presentó ‘La Mañana’ de TVE entre 2009 y 2016

¿Cuándo crees que nació en ti la vocación periodística?

Muy pronto. Jugaba en casa con un radiocasete, grababa, entrevistaba a mis amigas. Escribía textos que me publicaban ya con 13 o 14 años. Después empecé a colaborar en Radio Navarra Antena 3, haciendo entrevistas incluso en el mercado de Estella: preguntaba por los precios de las frutas, de las hortalizas… Siempre he sido muy preguntona, me gustaba escuchar. Fue Javier Ferrer, director de Radio Navarra Antena 3, quien me propuso trabajar allí. Así comenzó mi carrera profesional en el periodismo.

¿Tu interés periodístico tiene que ver con el gusto por contar historias?

Sí, lo entiendo como un servicio público. De pequeña no escribía diarios, pero sí inventaba historias y personajes. Recuerdo que mi madre hablaba del “cuento de la ballena”: convivía en mi mente con ese personaje y le contaba cosas. Siempre me ha gustado contar historias. Con Jesús Hermida coincidí plenamente en esa visión: la vida debe narrarse a través de pequeñas historias, que es como mejor llega el mensaje.

¿Crees que la televisión ha sido un medio de información y ha evolucionado hacia el entretenimiento?

La televisión siempre ha tenido los informativos como columna vertebral, y eso no tiene fecha de caducidad. Es verdad que las redes sociales han amplificado el mensaje, y que los medios digitales han hecho crecer la oferta informativa. Antes la desaparición de un periódico era vivida como un duelo; ahora el nacimiento de nuevas cabeceras se celebra. Las parrillas televisivas y radiofónicas combinan información y entretenimiento, lo mismo que la prensa digital. El público elige qué consumir. Yo soy más seguidora de informativos, aunque acabo de participar en MasterChef, un formato de puro entretenimiento. Ha despertado en mí emociones que no conocía y ha sido una experiencia absolutamente positiva. Coincido con quienes dicen que volverían a repetir.

¿Ha sido positivo tu paso por MasterChef… a pesar de todo?

Sí; es cierto que yo no sabía hacer ni un huevo, porque era negacionista de la cocina. Quizá porque vengo de una casa en la que mi madre, a pesar de haber estudiado enfermería, no pudo trabajar. Se casó, crio a sus cuatro hijos y se dedicó a darnos de comer. Y nosotros nunca le agradecimos todo el trabajo que hizo. Yo me negaba a convertirme en esa imagen, así que siempre he comido en la calle, en el trabajo, en un bar o en el restaurante de la televisión. Me he apañado divinamente y no he tenido dificultad en ese aspecto.

Pero en MasterChef me entregué a Macarena Rey, que es una de las mujeres más importantes de la televisión en España, si no la más importante. Lo es desde hace años por su convencimiento y, sobre todo, por su forma tan elegante y rigurosa de hacer un buen show televisivo, desde la organización de los contenidos hasta el trato con el participante. A mí, que soy un animal televisivo, me hizo una invitación de ese nivel y no pude decir que no. Tardamos un tiempo por incompatibilidades con otros proyectos, pero finalmente acepté. Y tengo que dar las gracias a quienes tuvieron paciencia conmigo, porque era una ignorante absoluta en la cocina. Han sido muy generosos y me han enseñado a amar la cocina.

Mariló Montero ha concursado en MasterChef en 2025
Mariló Montero ha concursado en MasterChef en 2025

Corren muchas leyendas sobre el programa. ¿Realmente se trabaja mucho, se aprende a cocinar?

Hacer todo el proceso me permite dar fe absoluta: no te dan nada hecho, todo lo contrario. En el primer programa ya se vio que le dije a los jueces: “Yo llevo toda la vida haciéndolo al revés. Estudio para luego contar o escribir, y aquí nos hacéis el examen y después tenemos que ir corriendo a estudiar”. Hay que tener en cuenta que muchos concursantes ya llevaban tiempo estudiando antes de entrar, algunos con profesores particulares, otros trabajando en restaurantes, otros cocinando en sus casas. Yo no. Llegué con una carencia tremenda, iba a destiempo. Y de ayudas, ninguna: recetas cero, absolutamente cero. La tienes que aprender, y ahí hay un valor. Es cierto que el programa es mucho show, porque es televisión, pero sabe combinar espectáculo y arte culinario. Vienen grandes chefs nacionales e internacionales a participar y eso resulta fascinante.

¿Una cocina puede ser parecida a una redacción periodística? ¿Se manejan los mismos niveles de estrés y adrenalina?

Cuando empecé a dar clases, quince días antes de grabar, mi profesor particular me enseñaba cuatro recetas en cuatro horas. Estudiábamos a una velocidad trepidante. Llegó un momento en que le dije: “Es que no sé qué estoy haciendo, no sé a qué plato corresponde este proceso, si al del pescado, la carne o la salsa”. Me perdía. Lo pasé muy mal porque tenía muchos nervios. No sabía controlar la situación: me podían poner una lechuga o un bogavante y no tenía dominio. Eso me generaba ansiedad. Soñaba con alimentos y con las voces de los chefs, tenía pesadillas por la noche. Ahora, tras el verano, intento cocinar en casa con tranquilidad. He conseguido llevar el gusto por la cocina a mi entorno más íntimo, para mi familia y mis amigos. Creo que cocinar con temple, con mesura y con paz será posible en algún momento.

Ese temple, esa serenidad, es algo que muchos destacan de ti como periodista. No te sacan de tus casillas fácilmente…

Heredé la serenidad de mi madre y presumo de ella con frecuencia. Soy serena y muy pocas veces se me puede sacar de mis casillas. Para que eso ocurra tiene que haber un motivo muy razonable. En MasterChef, por ejemplo, con Torito… Hemos visto esta semana que es como un elefante en una cacharrería: hace su personaje y es fascinante, mientras que Quique es un tipo adorable. También hacíamos show, pero me molestó que jugara tanto con la comida. Le dije: “Deja de tirar alimentos, tira otras cosas, pero la comida no”. Sacarme de mis casillas es difícil. Además, no me lo recomiendo: perder la serenidad significa perder la razón y el control. Vivo muy cómoda en la serenidad.

Esta semana precisamente saltaste de nuevo a la palestra por tu encuentro con David Broncano y tus opiniones sobre la televisión pública…

Lo que dije, y lo subrayo, es que las cadenas públicas siempre han estado sometidas al debate de la independencia, y siempre se pone a la BBC como ejemplo. En España nunca se ha conseguido del todo. Es cierto que en otras épocas los gobiernos han colocado a personas de su cuerda, pero había un equilibrio en la programación. Ahora Televisión Española es todo rojo, de la mañana a la noche. Lo dije en La Revuelta con Broncano y lo sigo diciendo. Y se extiende también a los contertulios, que siguen la doctrina de Moncloa a pie juntillas. Estoy convencida de que la cadena pública está totalmente en manos de la ideología sanchista.

David Broncano y Mariló Montero en La Revuelta
David Broncano y Mariló Montero en La Revuelta
RTVE

¿Crees que es posible, que existe el periodismo libre e independiente?

No. Es muy difícil. Conozco a muy pocas personas que lo practiquen. Hay periódicos que da gusto leer porque exponen el relato con hechos, y admiro a periodistas que dicen: “Yo solo relato los hechos”. Eso me fascina. Pero también hay gente que cuenta cómo deja de ser contratada o deja de interesar por ejercer así. Estamos en un mercado saturado de periodistas. Por eso nacen tantos pódcasts y canales de YouTube: para poder mostrar tu visión de la realidad. El mundo del periodismo está muy radicalizado y los medios lo ponen difícil. Quizá también es cierto que ahora el ciudadano dispone de muchas más fuentes para informarse, incluso en tiempo real desde que nació Twitter. Ya no necesitas que un periodista te lo filtre.

El periodismo ha perdido mucho valor, en parte por la proliferación de redes sociales y en parte por la abdicación del ciudadano a la hora de informarse. ¿Tú sigues siendo seguidora de “medios de comunicación puros”?

Claro, lo has dicho tú misma: sigo leyendo periódicos, aunque ya no en papel. Me costó mucho acostumbrarme a pasar del papel a Orbyt y Kiosco y Más, que fueron de las primeras plataformas que dieron el salto ante la amenaza de la desaparición de los kioscos. Es verdad que ahora en los kioscos hay muy pocos periódicos de papel y se venden menos, pero siguen vivos. La reproducción digital de esos periódicos fue una manera de resistir. De ahí saltamos a Instagram y a Twitter. Después llegaron los periódicos nacidos directamente en lo digital, como Artículo 14, El Confidencial o El Español, que yo también diría que son “puros”.

Luego hay otros que no lo son, porque en digital se vuelven muy agresivos y hacen la guerra contra todo tipo de oposición. Son “sanchistas” también, y se distingue perfectamente. Igual que con la parrilla de televisión: eliges qué periódico quieres leer y cuál no, porque ya sabes lo que te vas a encontrar, salvo que publiquen una exclusiva que periodísticamente merezca la pena. Pero en general, yo ya no leo ese tipo de periódicos.

Con el tiempo, los periodistas o se vuelven vagos o se vuelven cínicos. ¿Cómo has luchado tú contra esto?

En mi caso, lo he vivido como quien coge un barco y navega: hay días de sol y hay días de vendaval y tormenta. Hay que surfearlo todo con naturalidad, sabiendo que las cosas van a venir así. Para mí, la clave ha sido mantener una carrera estable, dentro de todos los movimientos que yo misma he decidido darle, porque no me gusta estar siempre en el mismo sitio. Necesito alimentarme de cosas nuevas. Y estoy contenta: me va bien, estoy satisfecha. Estoy en televisión, en varias cadenas, estoy en el periódico, en la radio.

¿Cómo convive Mariló Montero, la persona privada, con Mariló Montero, el personaje mediático que los demás construyen sobre ti?

Hombre, claro que hay diferencia. Yo, como persona pública, me reservo mucho mi intimidad. Lo hablaba el otro día con mi Alberto, que me preguntaba: “Mamá, yo veo una diferencia que pones entre lo personal y lo íntimo, ¿qué es?”. Y le respondí: “Lo personal son todas aquellas cosas que puedas confesar porque tu experiencia pueda ayudar a alguien, darle un punch de fuerza y energía. La intimidad es otra cosa, una parcela absolutamente cerrada en la que no doy la llave a nadie, más que a los míos”. Esa es la diferencia que yo hago.

¿Eso lo aprendiste desde el principio o ha sido un trabajo de madurez?

Creo que lo aprendí desde la educación de mis padres. Ellos siempre nos enseñaron a tener una vida sin estar expuestos a la opinión pública. Nos educaron en el respeto, en los valores, en la serenidad, en el trabajo, en el sacrificio, en la prudencia, en la discreción… En no hablar mal de los demás. Todo eso me ha permitido marcar esa diferencia entre lo personal y lo íntimo.

Mariló Montero en la redacción de Artículo14
Javier Cuadrado

Hablar claro, hablar libremente, ¿tiene un precio? ¿Tú has tenido que pagarlo?

A mí me va muy bien ser coherente, y soy una persona sensata y con sentido común, creo. No tengo miedo ni a hablar ni a preguntarme cosas. Me daría lástima dejar de hacérmelas, o cuando observo que hay personas que tienen miedo a hablar por ser linchadas. El silencio es realmente la peor dinamita para los totalitarismos y los populismos. Es lo peor que podemos ofrecer: nuestro silencio.

Aunque haya personas incluso que amenacen con azotarte hasta hacerte sangrar, como hizo Pablo Iglesias…

Es algo de hace mucho tiempo. Yo soy poco rencorosa, pero sí he de decir que nunca pidió perdón y que mintió cuando dijo que pidió perdón. Este es el retrato de una comunidad que se viste de pobre, pero quiere vivir como rica, y me preocupa enormemente que ese discurso se lo compren sus seguidores. No solamente se compraron la casa en Galapagar: ahora llevan a los hijos a una escuela privada, cuando están diciendo totalmente lo contrario. Me quedo pasmada y me pregunto cómo quienes les siguen votando y admirando (a este grupo, Podemos) entienden que ellos siguen siendo pobres cuando sus líderes se enriquecen. No puedo entenderlo. ¿Cómo pueden querer que España vaya hacia un comunismo, hacia una izquierda extrema muy violenta? Ni siquiera han mejorado los sueldos de los trabajadores. Yolanda Díaz está vendiendo la reforma laboral incrementando muchísimo los impuestos a los empresarios: un 35% más que en el resto de Europa, y el salario del empleado no sube. Es una incongruencia.

Si la mayoría de las empresas en España son pymes y estás apretando a una pequeña empresa que tiene dos, cuatro o cinco empleados, la estás abocando al cierre. Entonces, ¿por qué los seguidores de Sumar y de Podemos y de la extrema izquierda, incluso seguidores de Pedro Sánchez, quieren apoyar unas políticas que lo que hacen es ahogar a la sociedad? Lo que dicen que es progresismo es mentira, es una falacia, no están progresando en nada. Están aumentando la comunidad vulnerable. Que me den una estadística de cuántos vulnerables ha sacado este gobierno de su vulnerabilidad. ¿Cuántos okupas tienen una casa ocupada y a cuántos el gobierno les ha solucionado esa situación de ocupación? Aumenta la pobreza en España, aumenta el dinero negro, aumenta el número de okupas y está aumentando muchísimo el perfil paupérrimo en nuestra sociedad. Entonces, que me digan qué ha hecho este gobierno para mejorar la calidad de los trabajadores y las trabajadoras que Yolanda Díaz secuestra como si fueran solamente ellos. El resto de España trabaja.

¿Tú defiendes que el de Pedro Sánchez es el peor Gobierno de la democracia?

Sin duda. Lo empezó a construir José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez lo está llevando a un punto de autoritarismo, de populismo, con una crispación social enorme… Le hemos visto arengar incluso a la violencia, apoyando a manifestantes en la Vuelta a España en Madrid. Había tantos antidisturbios como manifestantes violentos, identificados por medios de comunicación: gente de la kale borroka detenida por apoyo a ETA y también de Hamás. Por mucho que diga el Gobierno que ha sido manifestación pacífica, cómo puede serlo si están tirando vallas, golpeando, hiriendo a 23 policías. Me sorprende que digan que toda la Comunidad de Madrid apoyaba las revueltas. No. Ha sido un grupo. El resto estábamos espantados. Madrid es una comunidad de paz y tranquila, una de las capitales más importantes del mundo.

Retuercen la realidad. Cuando dicen “ustedes nos insultan”, no es cierto: la oposición no les está insultando. Son ellos los que insultan. Y como mucha gente no lee periódicos, se queda con TikTok, Instagram, un tertuliano, y repite lo que ha oído aunque sea mentira… Este Gobierno nos está llevando a un punto de muchísima preocupación. Estoy muy preocupada. No sé en qué momento va a parar. Quizá Pedro Sánchez se irá, y solo le podrá echar la dirección del PSOE, porque los demás son como borregos. Los ministros no tienen autoridad, repiten la frase que se les da por la mañana, sin cambiar ni un sinónimo. Es alucinante lo poco preparados que están estos políticos; nos van a llevar a una España devastada.

Mariló Montero en la redacción de Artículo14
Javier Cuadrado

Esta polarización también se ve en un tema que nos interesa mucho: el feminismo. ¿Tú te consideras feminista?

Claro que soy feminista, pero hace muchísimos años. Lo que pasa es que han hecho otra comunidad feminista que no apoya a mujeres que están denunciando públicamente malos tratos si no les conviene ideológicamente. Entonces no son feministas, son “feministas a la carta”. Ese feminismo se confundió con la comunidad LGTBI, que apoyamos la mayoría porque reclaman derechos y hay que ayudarles en la contratación laboral, la sanidad, en todos los aspectos. Pero no tiene nada que ver con las manifestaciones del 8M. Eso no es feminismo, eso es la comunidad LGTBI que necesita avances. El otro feminismo es el que han querido secuestrar Podemos y Sumar, dividiendo y rompiendo el discurso.

El PP y el PSOE han luchado por el feminismo, pero qué pasa con la contratación laboral, tener mismos derechos y deberes, el aborto, la equiparación de direcciones en los medios de comunicación… Lo dije hace poco: las televisiones, radios y periódicos, la mayoría están dirigidos por hombres. En Artículo14 hay una abundancia femenina importante, nació con ese espíritu. Pero en general, la mayoría de los programas de radio matinal son masculinos, lo mismo que los de la tarde y la noche. En televisión, por la mañana mayoría de mujeres, pero luego cocina, concursos y late nights son de hombres. Entonces, ¿se están encargando de esto Podemos y Sumar? No. Se están encargando de dividir. El discurso de las feministas es igualdad laboral y de derechos. No se trata de echarte contra un hombre diciendo que es un violador. Eso de que todos los hombres son violadores potenciales no es así.

¿Tú personalmente has sufrido por ser mujer en tu carrera? ¿Has sufrido machismo?

Pues claro que pasan cosas. No te dicen “no te contrato porque eres mujer”, pero lo notas. A veces contratan a un hombre en lugar de a ti. Pues yo me pongo a trabajar por otra vía. Mi reivindicación es que los medios de comunicación están dirigidos y presentados en su mayoría por hombres. Mira las escaletas de radio, periódicos y televisiones.

¿Veremos una mujer al frente del Gobierno de España?

En 50 años de elecciones no hemos tenido una mujer presidenta. Los partidos se llenan la boca de feminismo pero no quieren ver las mujeres preparadas que hay en sus filas. Yo creo que sí hay mujeres que pueden ser presidentas, pero los propios partidos pecan de machistas: ponen a sus amigos hombres. Espero poder vivir que en España gobierne una mujer, me encantaría.

Y tú, ¿nunca te has planteado pasarte a la política?

No, jamás.

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