David Menayo (Bilbao, 1982) nos cita en la redacción de Marca, en la que lleva trabajando casi dos décadas, a pocas horas de que la 69º edición del Balón de Oro de a conocer el mayor galardón individual que el fútbol otorga a nivel mundial. Un premio que desde 2018 se entrega también a las futbolistas y desde ese año, Menayo es parte del selecto grupo de los cincuenta jueces internacionales encargados de votar.
Lejos de engordar su protagonismo, él prefiere dárselo a las jugadoras, con las que lleva conviviendo desde la primera Eurocopa que cubrió en 2013. Allí era el único, un cambio abismal respecto a la de este verano, a la que acudieron más de cuarenta acreditados.
Se considera justo ecuánime y consecuente, imprescindible para emitir una votación que puede no gustar a alguna. De hecho el año pasado su voto no fue para Aitana sino para Caroline Graham Hansen “me pareció que tuvo una temporada más regular“, reconoce con sinceridad, también que nunca ha ido físicamente a la gala, una espinita que espera quitarse algún día.
Una ceremonia en el Théâtre du Châtelet a la que los nominados, nos asegura Menayo, acuden sin saber quien se alzará con el galardón. Este lunes conoceremos a la ganadora 2025 y a los pocos días las votaciones se harán públicas. No le preocupa, “ese día saco el paraguas y aguanto el chaparrón de las críticas“, nos dice con talante.

Eres el único español que vota en el Balón de Oro, ¿Le gana la responsabilidad al orgullo?
Lo llevo con orgullo. A pesar de llevar tantos años mantengo la ilusión y las ganas de dar visibilidad, de contar historias, de contar éxitos, que aunque no siempre han sido éxitos pero sí historias.
¿Cómo llegó esa llamada o ese mail con la propuesta?
No recuerdo exactamente si fue llamada o email. El Balón de Oro nunca se había entregado a nivel femenino hasta el 2018. Yo ya era jurado del premio UEFA Woman Player, que se creó en 2013.
Entonces, cuando hacen en el 18 un poco esa composición de jurado, y desde ahí pasan el contacto, y me escribieron del equipo para que formase parte del jurado.
Siempre he creído que este tipo de premios los tiene que votar gente que controle. Me considero una persona objetiva en mi trabajo, también lo iba a ser en el premio.
Me costase lo que me costase, yo iba a intentar pues dar esa objetividad, ese valor añadido.
¿Cómo es el procedimiento a la hora de votar?
Desde la organización a los 50 que votamos nos mandan un mail con las nominadas (este año el periodo para votar iba del 7 al 25 de agosto). Este ha sido el primer año en el que además de votar he configurado con el panel de expertos la lista de las 30 jugadoras.
El primer voto son 15 puntos, el segundo 12, luego 10, y así 9,8,7, etc … hasta el final. Se vota también el entrenador, la jugadora joven y la portera. Le das a validar y ya no sabes nada hasta el día de la gala.
La revista debe marcar tres criterios. El primero es la influencia individual de la jugadora, sus números, lo que influye en el equipo, en la Selección. El segundo es lo que ha conseguido a nivel de títulos colectivos. Y el tercero, el fair play.
¿Ha cambiado en algo el trato de las jugadoras contigo desde que eres miembro del jurado? El año pasado no votaste a Aitana, no sé si te llegó recado…
Nada. No ha cambiado en nada. Son super profesionales. Si que he sabido por terceros si luego ven bien que les haya votado más arriba o más abajo.
Yo me alegro que ganase Aitana, vamos, 100% y ojalá gane muchos más, pero en mi opinión hicieron una temporada muy pareja, pero Aitana no hizo unos buenos Juegos Olímpicos en los que no participo Graham. Por eso Caroline fue mi primera opción y Aitana la segunda.
Lo que si es innegable es que ganarlo significa relanzar sus carreras a nivel publicitario.
De ganarlo Aitana o Alexia, se desequilibraría la balanza en la que hasta ahora están habiendo ganado prácticamente lo mismo. ¿Cómo valoras esa rivalidad?
Son dos mujeres de personalidades diferentes y han llegado a un entendimiento común de que juntas en el campo se complementan y son mejores, es decir, Aitana no sería Aitana sin Alexia y Alexia no sería Alexia sin Aitana.
Otra cosa es no queden a cenar o que se vayan de copas. Lo preocupante sería que no se mirasen en el campo, que no se buscasen, pero si miramos las estadísticas, las asistencias que dan la una a la otra o las jugadas que generan una y otra nos hacen ver que es imposible decir que se llevan mal dentro del campo.
Alexia sí que votó por Aitana como primera opción el año pasado…
Sí, por eso, como capitana ella tiene que ser también objetiva. No tiene que ser tu amiga del alma.
El pique sano yo sí yo sí lo fomento, esa riqueza a nivel competitivo sí me parece sana, que se mejoren la una a la otra.
Este verano, en la Euro, Alexia hacía esa reflexión de cómo había crecido la cobertura de los medios. ¿Cómo lo has vivido tú?
Ahora se pone en la tele cuando hay un partido de la selección, cuando juega el Barça a la Champions, se sigue, se anima. Creo que en eso se ha evolucionado mucho. Es verdad que también ha hecho mucho que los que nos dedicamos a ellos, le ponemos un plus de pasión, y eso quizá en otras áreas no la hay. Luego está el factor éxito, que al final España es un país muy resultadista y cuando acompaña los éxitos el foco es mayor.
Cuando fui a esa Euro 2013 solo ante el peligro a moverme por Suecia, tenía que lidiar con una España que era un poco amateur. A nivel de juego de jugadoras como a nivel de estructura. A Suecia fueron las futbolistas, el seleccionador, tres ayudantes y uno de prensa.
No había más, no había ni traductor y me acuerdo que jugamos contra Francia el segundo partido y en la rueda de prensa se dio la circunstancia de que tuve que hacer de traductor porque ni la jugadora que era Sandra Vilanova ni el entrenador sabían inglés, tampoco nuestro jefe de prensa. Ahora no pasaría.
¿Qué crees que le falta al fútbol femenino español aún?
Lo hemos visto con Inglaterra, que lo tenemos ahí al lado, la Eurocopa del 2022 le relanzó, ahora tienen una estructura, una base mucho más sólida que la nuestra, a pesar de tener jugadores que son peores que las nuestras.
La calidad de la futbolista española siempre ha estado ahí y ahora que teníamos el escenario perfecto, ha faltado sacarle para partido. Tenemos a Alexia y Aitana como grandes referentes, tenemos al Barça que lo gana todo, pero a la liga en conjunto le falta pegar el petardazo.
El escenario perfecto era ese Mundial ganado en 2023, que llegó de la mano del `Se acabó´ y toda la repercusión en torno al beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso. Aquello ayudó o perjudicó a España?
Yo creo que a corto plazo le perjudicó porque se puso el foco en algo que no era deportivo y el gran éxito es deportivo, pero a medio y largo plazo le ayudó.
Porque para empezar reventó una Federación que parecía imperturbable y se está creando una estructura mucho más justa, más igualitaria, muy diferente a lo que había antes.
En eso han ganado las jugadoras y ha ganado el deporte femenino, porque ahora se mira con lupa el trato a la deportista, el trato hacia la persona o hacia la mujer.
Esta generación va a quedar no sólo como referentes sociales, que me parece también otra gran victoria, otro gran título.
Como en toda gran revolución hay daños colaterales, las jugadoras no pudieron disfrutar de su gran éxito, no sabemos cuándo vendrá el siguiente, que al final esto es deporte y es fútbol. Jenni se ha visto apartada, entre comillas, de de la selección por méritos deportivos o no.
El fútbol femenino ha salido durante meses en los medios por el juicio a Rubiales y no por la Liga F o por la Champions pero cuando esto se estudie dentro de unos años se verá que el mensaje era: “estamos aquí, queremos ser valoradas, queremos ser respetadas”.
¿Le ha pesado a Jenni Hermoso todo esto? ¿Cambiará con Sonia Bermúdez y la volveremos a ver con la camiseta de España?
En el caso de Jenni habría que valorarla lo que era antes del beso, es decir, es una gran jugadora, la máxima goleadora de la selección y después del beso. Durante mucho tiempo se habló solo de eso, de las reacciones, del movimiento, del juicio. Se ensombreció un poco a la Jenni futbolista. Y al final todo lo que te pasa en el ámbito personal te perjudica en lo deportivo.
Después de los JJOO el rendimiento deportivo de Jenni bajó, eso es tangible, porque es numérico y ella lo sabe. Desaparecer de una Selección y encima para nosotros que estamos en España que juegue en México, no significa desaparecer del mapa, pero casi. Porque al final lo quieras o no, la información no fluye igual, el acceso La liga mexicana no es igual tampoco.
El acceso a ella con todo lo que pasó, se ha reducido a lo mínimo de lo mínimo. Ella no ha dado entrevistas que no sean pagadas. Entonces, al final todo es la pescadilla que se muerde la cola. Sus números han mejorado pero no sé si será suficiente para que le llame la seleccionadora.
No sé por dónde va a tirar Sonia (Bermúdez), si va a hacer un cambio de ciclo real. Jenni Hermoso tiene 34 años y tampoco es una futbolista de futuro. Si es aprovechable todavía para la Selección, pues no lo sé, también habría que analizar si ella está dispuesta a ir a con España como segunda fila, es decir, sin ser titular y estar para ciertos minutos.
O para despedirse, ¿no?
O para despedirse, si. Lo que sí creo es que va a cambiar es el trato jugadora, seleccionadora, Federación. Ese triángulo va a cambiar, porque era una situación que estaba muy enquistada.