La 17ª edición de la Copa Libertadores tendrá lugar en Argentina entre los días 2 y 18 de octubre con sedes principales en el estadio Nuevo Francisco Urbano (Deportivo Morón) y el Florencio Sola (Banfield).
La competición contará con 16 equipos procedentes de los diez equipos que forman la Conmebol, entre ellos Boca Junior y San Lorenzo que representaran a Argentina durante el torneo y ambos buscarán ser el primer equipo argentino que gane la Copa Libertadores.
A pesar de esta gran noticia para el fútbol femenino argentino una notable desigualdad salarial entre los jugadores y las jugadoras del fútbol argentino ha hecho saltar las alarmas y ha levantado varias voces.
Ya en su día grandes representantes del fútbol femenino se han quejado de esta situación, entre ellas la ganadora del Balón de Oro de 2019 Megan Rapinoe. “Yo no pido el mismo salario que Messi. Nosotras luchamos por la igualdad de inversiones, igualdad de oportunidades, programas juveniles, mismos fondos y recursos destinados al equipo”.

Los datos que respaldan a las jugadoras
Según datos de la AFA (Asociación de Fútbol Femenino) un futbolista profesional de primera división recibe un salario medio de 595 mil pesos, mientras que el de una futbolista profesional está en torno a 377 mil pesos, un 37% menos,
Sin embargo, existe una diferencia muy significativa: en Argentina el fútbol es semiprofesional y los clubes deben tener como mínimo a 15 jugadoras con contrato, haciendo que el 30% de las jugadoras sean amateur.
¡Todos juntos por la misma ilusión! 💙💛💙#LibertadoresFEM pic.twitter.com/R1MmBvM1nH
— Boca Juniors Fútbol Femenino (@BocaJrsFutFem) October 1, 2025
Pero esta no es la única queja, la diferencia de infraestructuras y vestimenta también es una queja recurrente entre las jugadoras.
Una de ellas es Vanina Preininger, mediocampista de San Lorenzo y de la selección argentina, que en una entrevista concedida a EFE comentó lo siguiente. “Nosotras tenemos dos conjuntos de entrenamiento y tres pares de medias; ellos tienen seis, ocho conjuntos. No hay ningún club que dé botines, salvo que tengas sponsor”.
Europa tampoco se salva
Esta desigualdad no solo ocurre en Latinoamérica sino que en Europa también esta presente. Sin ir mas lejos al comparar los salario de los dos Balones de Oro, mientras que Ousmane Dembélé cobra anualmente 18 millones de euros, Aitana Bonmatí recibe más de 1,5 millón por temporada, siendo la jugadora mejor pagada del momento.
Pero España no se queda atrás, el salario medio en el fútbol masculino se sitúa entre los 1.8 y 2.4 millones de euros anuales, con un mínimo de 155.000 euros, mientras que la media de la Liga F femenina ronda los 40.000 euros.

Crecimiento constante
Es verdad que actualmente hay muchos avances, y esto se vió en el Mundial Femenino de 2023 donde tal y como anunció Gianni Infantino, se recaudó 570 millones de dólares, obtuvo 8,3 millones de seguidores y un total de 1,978,274 personas que asistieron a los estadios de Australia y Nueva Zelanda.
Esto representó un gran paso para ahora contar con más visualización, apoyo y patrocinios pero queda mucho por hacer.
Un gran paso para el futbol femenino argentino es esta nueva edición de la Libertadores que por primera vez, se celebrará en el país y es una oportunidad inigualable para que las jugadoras muestren que merecen mucho más de lo que les dan.
El reto ahora es transformar el impulso en cambios concretos: invertir en divisiones formativas, profesionalizar planteles y garantizar condiciones laborales justas.
Si clubes, dirigentes, marcas y afición empujan en la misma dirección, la Libertadores en Argentina no solo dejará grandes partidos: puede marcar el inicio de una era en la que el talento de las jugadoras reciba el reconocimiento, la visibilidad y la dignidad que siempre mereció.