El mantra bursátil de comprar con el rumor y vender con la noticia se ha dejado notar con fuerza en los parqués europeos. El optimismo generado por la posibilidad de recortes de tipos se ha enfriado con rapidez, y los inversores han recogido beneficios tras semanas de euforia contenida.
El Ibex cerró con un retroceso del 0,96%, en línea con el Euro Stoxx 50, que cedió un 0,93%. Se trata de la peor sesión en tres semanas, tras un mes de agosto que había dejado una racha casi impecable.
En Wall Street, la situación fue algo más calmada. El S&P 500 apenas cayó un 0,10%. Sin embargo, el golpe en Europa confirma que el entusiasmo por los recortes de tipos ha perdido fuelle y que los mercados reclaman nuevas referencias para mantener el impulso alcista.
Francia arrastra al continente
La jornada estuvo marcada en su tramo final por la moción de confianza anunciada por el primer ministro francés, François Bayrou, prevista para el 8 de septiembre. El índice Cac 40 terminó desplomándose un 1,59%, con la prima de riesgo francesa repuntando hasta los 74 puntos básicos, su nivel más alto desde abril.
Este movimiento contagió al resto de plazas europeas, ya debilitadas por la falta de catalizadores más allá de los recortes de tipos que los analistas daban por descontados. En el caso español, el Ibex apenas encontró apoyos. Solo media docena de valores terminaron en positivo, con Rovi liderando con una tímida subida del 0,95%.

Las caídas más abultadas se concentraron en el sector de renovables. La danesa Orsted, que atraviesa graves problemas con sus proyectos eólicos en Estados Unidos, ha perdido casi la mitad de su valor en pocas semanas. Este desplome arrastró a todo el sector europeo. Acciona Energía cayó un 3,49%, Acciona un 3,14% e Iberdrola un 1,47%.
La banca tampoco se libró. BBVA se dejó un 1,88% y Sacyr cayó un 2,67%. El optimismo de principios de mes, impulsado por la expectativa de recortes de tipos, se ha visto sustituido por una corrección que refleja la vulnerabilidad del mercado ante cualquier factor externo.
Powell confirma lo evidente
El discurso de Jerome Powell en Jackson Hole, que en un primer momento había servido de gasolina para los inversores, terminó mostrando sus límites. El presidente de la Reserva Federal confirmó lo que ya estaba asumido: que los recortes de tipos en septiembre son prácticamente seguros, con una probabilidad del 85% según los futuros.

Sin embargo, el mercado no encontró un nuevo estímulo. “A estas alturas, un movimiento en septiembre se perfila como el desenlace más probable”, señalan desde la gestora Abrdn, como han recogido en Cinco Días. El problema es que, al no aportar nada nuevo, el efecto de los recortes de tipos sobre la renta variable parece agotado.
La atención se centra ahora en el deflactor del consumo privado de Estados Unidos, indicador clave para medir la inflación y seguido de cerca por la Reserva Federal. Este dato puede condicionar el perfil de los próximos recortes de tipos. A fin de cuentas, Powell ha insistido en que prioriza la debilidad del mercado laboral para decidir su política monetaria.
Nvidia y la IA, en el punto de mira
El miércoles se esperan los resultados de Nvidia, compañía con un peso cercano al 8% en el S&P 500 y considerada la referencia del sector tecnológico por su papel en la inteligencia artificial. Sus cuentas podrían convertirse en un catalizador tan relevante como los propios recortes de tipos, dado que el 40% de su negocio depende de gigantes como Meta, Microsoft, Google y Amazon.

Unos resultados sólidos podrían reactivar el ánimo inversor. Mientras que una decepción reforzaría la idea de que los recortes de tipos por sí solos no bastan para sostener la tendencia alcista en las bolsas globales.