Quienes están en búsqueda activa de empleo saben el valor de hacer una entrevista de trabajo y salir con un contrato bajo el brazo. “Venimos a una entrevista y salimos con un contrato o, al menos, con una oportunidad real. No es habitual que pase”, explican varias de las asistentes. Así le ocurrió a Jenny, que llevaba varios meses sin trabajo y cuidará a personas mayores, o a Larissa, que el próximo 15 de junio empezará a trabajar en la estación de Chamartín como Personal de Movilidad Reducida.
Grisel o Samantha salen con buenas vibraciones y creen que en breve encontrarán un empleo. Historias como las de estas mujeres son un ejemplo de lo vivido por las candidatas participantes en la IV Edición de la Feria de Empleo Virtual de Clece, un evento en el que la filial de servicios de ACS ha lanzado más de 2.500 puestos de trabajo orientados a personas vulnerables.

Vulnerabilidad
“Esta feria tiene una serie de particularidades. La primera es que apostamos por la empleabilidad en los colectivos que en España tienen mayores dificultades. Nos centramos básicamente en mujeres víctimas de violencia de género, personas con discapacidad y personas que están en una situación de vulnerabilidad social”, explica a Artículo14 Íñigo Camilleri, responsable de Selección y Desarrollo de Clece. Esta empresa cuenta con una plantilla de 85.000 personas, de las que un 12% son consideradas un colectivo vulnerable.
“Otra particularidad de esta feria es que seríamos incapaces de celebrarla sin la colaboración de las entidades sociales públicas y del tercer sector. Estas son quienes previamente han preseleccionado los perfiles. En muchos casos son candidatos que necesitan cierta preparación para afrontar una entrevista y realizar su desempeño en una empresa”, valora Camilleri. En toda España, Clece colabora con más de 150 asociaciones, desde las más grandes con capilaridad nacional hasta otras de perfil local.
Perfiles
En esta edición, los candidatos han sido entrevistados por alguno de los 12 técnicos de selección de forma personal en la feria presencial en el centro de Madrid, donde se ofertaron más de 500 empleos. La mayoría contaba con cita previa, pero también se aceptaron candidaturas espontaneas. En paralelo, fuera de la capital los candidatos accedieron al evento en remoto por videoconferencia. En esta fórmula participaron 44 técnicos de selección para la gestión de otros 2.000 puestos de trabajo.
Todos están relacionados con la actividad de Clece y, así, los perfiles que se demandan son para limpieza de interiores, para el ámbito sociosanitario (especialmente en ayuda a domicilio); auxiliares de información; profesionales para cocina, mantenimiento o el sector medioambiental. Hay perfiles que sí necesitan una habilitación académica, sin la cual no se puede trabajar; y otros en los que no se requiere titulación.
Colaboración público-privada
El reflejo de la colaboración público-privada quedó patente en la feria, con la presencia de directores de oficinas de Empleo de la Comunidad de Madrid y de técnicos de las diferentes asociaciones que colaboran con Clece, acompañando a sus candidatas. “Ese acompañamiento es importante, porque nosotros, cuando incorporamos a una persona de colectivo vulnerable, no somos paternalistas: le exigimos exactamente lo mismo que a cualquier otra persona”, explicó el responsable de Clece.
Las bonanzas de esta colaboración se identifican también desde el ámbito público. Así, María José Tejedor, directora de la oficina de empleo del barrio de la Concepción dependiente de la Comunidad de Madrid, explicó a Artículo14 que “llevan muchísimos años colaborando”. En su opinión, esta relación funciona “muy bien” porque es una oportunidad real. En su caso, han centrado la búsqueda para personal de limpieza de aeronaves, de los que se requieren un centenar de personas.
Voces con nombre propio

Artículo14 compartió con algunas de las asistentes su participación en la feria. Estos son sus testimonios.
“Estoy contentísima por la oportunidad que me ofrece Clece”, afirma Jenny, una mujer colombiana que llegó hace cinco años y medio a España y que llevaba varios meses sin trabajo. Gracias a la feria, ha logrado un contrato vinculado al curso de formación sociosanitaria que está realizando. “Cuidaré a personas mayores en instituciones sociales. Esta oportunidad me permite sostener a mi hijo y cubrir las necesidades básicas de la familia”, cuenta emocionada. Jenny fue derivada por la asociación Axis, en San Cristóbal, y tiene claro que no se siente una mujer vulnerable, sino fuerte: “Claro que sí”.
En el caso de Larissa, el proceso también ha sido un punto de inflexión. De origen brasileño, empezará a trabajar el 15 de junio en la estación de Chamartín como Personal de Movilidad Reducida (PMR), ayudando a personas mayores o con discapacidad a desplazarse por la estación. “Siempre he trabajado en hostelería y en Amazon, y me apetecía algo nuevo. Me gusta hablar con la gente y ayudar. Es un contrato de campaña, pero si lo hago bien, me volverán a llamar”, explica.
Buenas vibraciones
Grisel, vecina de Rivas, lleva 25 años en España y asistió a la feria con la asociación local de mujeres. Técnica en farmacia y parafarmacia, cuenta que tuvo que dejar su anterior empleo en una residencia de mayores por la dificultad para conciliar con el cuidado de sus dos hijos. “Ahora busco algo más estable, donde cotice y tenga derechos. Estoy formada en teleasistencia, así que me han ofrecido varios perfiles, como control de accesos o atención telefónica. Lo que quiero es entrar de nuevo en el mercado laboral”, asegura.
Por su parte, Samantha Vega, teleoperadora de profesión, reconoce abiertamente que su conversión a la religión musulmana ha supuesto un freno en su carrera laboral. “He hecho 15 entrevistas y me han descartado en 13. En un trabajo como teleoperadora, donde lo que importa es la voz, no tendría que ser así”, denuncia. Gracias a la Fundación EMMA Mujer, ha accedido a esta feria y ha salido con una preoferta: “Si completo los cursos en plazo, podría comenzar en junio como limpiadora de aeronaves. Las mujeres tenemos muchos hándicaps y aquí, al menos, me han permitido presentarme tal como soy, sin miedos”.