aval de los accionistas

Sabadell consolida su independencia y desinfla la opa del BBVA

Es el turno de que el BBVA decida si continúa la partida o se retira del juego

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (d), junto al consejero delegado, César González-Bueno (i), durante la Junta General Extraordinaria de Accionistas de la entidad
Efe

En plenas vacaciones de verano, los accionistas del Banco Sabadell han refrendado las decisiones de la entidad con una participación histórica de casi el 75% del capital social. Dos juntas extraordinarias, una detrás de otra, en las que han avalado la venta de la filial británica TSB al Banco Santander por 3.100 millones de euros y el reparto de un dividendo extraordinario millonario, a 50 céntimos la acción. No es una simple gestión corporativa: es una maniobra clave en el tablero estratégico del Sabadell, con implicaciones directas en la opa de BBVA. Un golpe en la mesa para demostrar su independencia y fortaleza como banco.

Su presidente Josep Oliu, se felicitaba por el éxito de la operación. “El Consejo ha estimado que esta operación era beneficiosa para la entidad y sus accionistas, ya que es una oportunidad de realización de valor al ejecutar la desinversión en un momento particularmente propicio al tiempo que permite devolver capital a los accionistas y focalizar el banco en su proyecto central, que es el desarrollo de la franquicia en el mercado español“.

La transacción ha sido avalada casi por unanimidad por un 99,6 % de votos a favor. Y aunque ya recibió ofertas para deshacerse de la filial británica en el año 2021, fueron rechazadas por no alcanzar el valor deseado. Esta vez, Santander ha superado a Barclays en la puja final y completará la operación en el primer trimestre de 2026, después de recibir las aprobaciones regulatorias pertinentes. No solo el inversor minoritario ha respaldado al banco, también los grandes inversores institucionales como BlackRock, Zurich, Vanguard o Goldman Sachs, y con el visto bueno de firmas de asesoramiento de voto como ISS, Glass Lewis y Corporance.

La letra pequeña en este movimiento del banco es fundamental. El macrodividendo que ha aprobado tiene una condición: los accionistas solo lo cobrarán si no acuden a la opa del BBVA. El aval tan mayoritario puede ser un reflejo de cómo se puede comportar el accionista de cara a votar la opa hostil. Y parece que los accionistas están alineados con la cúpula de la entidad respecto a su rechazo a la fusión.

Turno del BBVA

Por su parte, BBVA ya ha señalado a través de su CEO Onur Genç, que la aprobación de la venta de TSB y el dividendo posterior le otorgan el derecho a retirar su opa. Aún no se ha tomado una decisión definitiva, al menos en público, es una posibilidad que coge forma. Más todavía después de conocer las duras condiciones impuestas por el Gobierno, entre las que se encuentra el no poder fusionarse totalmente hasta, al menos, tres años más.

El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, ha exigido transparencia al BBVA en el folleto de la opa que debe aprobar la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Le ha pedido aclarar si los accionistas recibirán un 25% del valor actual en dividendos en el próximo año, si prevé devolver un 40% en los próximos tres años y cómo va a llevar a la práctica esos 850 millones de euros en sinergias si la fusión está vetada por el ejecutivo de Pedro Sánchez temporalmente.

La cotización de Sabadell y BBVA

Con los números en la mano, el Sabadell está dejando en desventaja al BBVA. La entidad vasca ofreció una prima del 30% en la opa, un precio más alto del que valían entonces las acciones del banco catalán y por lo tanto una fórmula atractiva económicamente para el accionista. Pero desde entonces, el Sabadell ha mejorado tanto sus resultados que ahora la oferta del BBVA valdría un 7,5% menos que el precio actual de las acciones del Sabadell. No tendría sentido la opa en la actualidad porque los accionistas perderían dinero.

Además, tanto BBVA como Sabadell cotizan en bolsa con valoraciones similares. Por tanto, el intercambio de acciones (canje) no resulta especialmente ventajoso para nadie.

Sabadell ha presentado además un plan estratégico para crecer entre 2025 y 2027 que incluye una rentabilidad del 16 % y repartir 6.300 millones de euros entre sus accionistas. En el caso del BBVA, planea obtener beneficios de 48.000 millones en los próximos cuatro años. Los dos sacan pecho para impresionar a los accionistas.
Sabadell ha movido sus piezas con precisión y ha fortalecido su independencia. Es el turno de que el BBVA decida si continúa la partida o se retira del juego.

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